El sindicalismo místico

Creer que por la sola voluntad y los hechos históricos, el sindicalismo sobrevivirá al enfrentamiento con el Gobierno, es una misticidad.

El peronismo creyó que nunca perdería en lugares donde nunca fue derrotado, menos contra un candidato como Mauricio Macri. El peronismo sigue creyendo en frases que están en pleno cuestionamiento, y no se puso a redefinirlas, atento al cambio de época.

Ese mismo error, propia de matriz común, empieza a tener el movimiento obrero; mejor dicho, su conducción.

Que en la historia, cada gobierno de turno que los enfrentó haya perdido la batalla o claudicado, no significa que vaya a pasar lo mismo en este tiempo histórico. Las leyes impulsadas en el alfonsinismo estuvieron en un marco particular y fracasaron. No significa que hoy fracasen.

Cuando todos los dirigentes que están preparando la marcha del #22F creen que en el enfrentamiento con el gobierno van a suceder los mismos desenlaces que muestra la historia, caen en una conclusión mística, y la política hoy es otra cosa, y sus enfrentamientos tienen campos de batalla que la CGT abandona (opinión pública, instalación de temas, consignas).

Los próximos meses van a ser los más complejos y vertiginosos en materia laboral de los últimos 70 años. Se redefine, como algunos dicen, la matriz laboral, y la representación en nuestro país tiene un peso muy importante. Los dirigentes que la discuten tienen 70 años también.

Los 17 días que quedan serán una pulseada que se acelera de cara a la marcha. Moyano retoma la conducción de la CGT, el gobierno negocia con los mismos que negociaron con Cristina, y Macri cierra filas claramente con todo lo que puede. Moyano gana la calle y tiene grandes chances de ganar la reivindicación de muchos trabajadores, y en ese punto está el fino de la pulseada. La disputa de la clase media trabajadora.