ANÁLISIS Y OPINIÓN
Pablo Moyano fuera de CGT: Donde manda capitán, no gobierna marinero
La salida del dirigente de la conducción de la central evidenció las fuertes diferencias con padre Hugo Moyano, con una secuencia de acontecimientos que anticipan la renuncia. Sin el sello de CGT ni de Camioneros, ¿qué va a representar Pablo Moyano?.
Pasadas 24 horas de la renuncia de Pablo Moyano al triunvirato de la CGT se puede analizar una secuencia consecutiva de hechos que mostraban un resultado anticipado. El dirigente había asumido en el cargo el 11 de noviembre de 2021 en una conducción de tres patas junto a Héctor Daer y Carlos Acuña. Con vaivenes y momentos de acercamiento, la relación entre los sectores siempre fue de tensión. Lo mismo sucedió al interior del gremio de Camioneros, con un conflictivo vínculo con Hugo Moyano que nunca logró superar.
El corrimiento del mayor de los hijos Moyano de las principales estructuras de poder de Camioneros hablan de una relación deteriorada con su padre, y hoy -conocidos los hechos- es dable asegurar que esa ruptura en la consideración tuvo mucho que ver en la reciente salida de la máxima central sindical del país.
Se va Pablo, entra Hugo: Qué hay detrás de la renuncia de Moyano a la CGT
Existe una secuencia de acontecimientos que lo confirman. Pablo Moyano no fue incorporado en la Federación de Camioneros en el último cambio de autoridades y su lugar fue ocupado por el chubutense Jorge Taboada. Además, el ahora excotitular de CGT salió del cargo que ostentaba en la obra social del gremio, en desacuerdo con la escandalosa administración que lleva la mujer del padre.
¿Le quedó otra salida a Pablo Moyano? La renuncia se conoció después de una semana de desautorización interna que su propio padre le hizo al interior de la CGT, con un llamado a los máximos popes de la central para alejarse de la postura de ir a un paro general. La gota que rebalsó el vaso fue cuando se enteró de la presencia de su hermano Hugo Antonio Moyano en una mesa de diálogo junto al Secretario de Trabajo, Julio Cordero, para discutir modificaciones en el sistema de riesgos laborales.
La salida de Pablo debe tener una evaluación de resultados en sus tres años al frente de la CGT. El listado de logros es escaso, casi nulo. No pudo resaltar en agenda en ninguna de las tres etapas: ni con Alberto Fernández, tampoco en la escena electoral con Sergio Massa, ni en una etapa de lucha con Javier Milei. ¿Qué necesitaba Pablo para tener protagonismo?
En la fricción de la mesa familiar y en la escalada del conflicto, Hugo Moyano a los íntimos les deja deslizar una reflexión, y es que Pablo en las posiciones de poder que tuvo no le acercó ninguna solución a la organización. Reflejo de esto es que Pablo no está ni en la mesa paritaria del gremio.
No obstante, dirigentes cercanos a las filas camioneras destacan la devoción de Pablo hacia su progenitor más allá de las circunstancias descriptas. Públicamente nunca planteó un desacuerdo o crítica hacia su padre, como sí marcó diferencias con su hermano Facundo Moyano u otros actores del seno familiar.
Para sumar al desplante, inmediatamente tras el anuncio de renuncia, Hugo salió a decir que Camioneros no se va de la CGT, los cargos son de las organizaciones, no de las personas. Como paso con Mario «Paco» Manrique que SMATA mantuvo la secretaría, el gremio de los Moyano cubrirá la secretaría general con alguien de la organización, cuestión que se definirá en los próximos días. Hay una fija: el líder del sindicato estará al frente de la agenda, pero se habla que sería un tercero el designado, el tema huele al plan D de la sucesión. Muchos hablan de Hugo Antonio Moyano hijo.
Sobre el futuro de Pablo, si bien es cierta la posibilidad de la construcción de una alianza de combativos, tal como describió hoy La Nación, el dilema que tendrá será construir un lugar desde dónde actuar, ya sin el sello de CGT ni la conducción de Camioneros, con Hugo en la mesa de decisión y en apoyo al ala dialoguista. ¿Qué va a representar?
En la calle San José la cosa no debe ser fácil. Mientras el poder entra en crisis en Roma, los pueblos bárbaros penetran las fronteras del Imperio.