El secretario adjunto de la Asociación Sindical de Motociclistas Mensajeros y Servicios (ASiMM), Maximiliano Arranz, pasó por los micrófonos de Queremos Flan! y analizó la actualidad del movimiento sindical y habló de los desafíos ante los proyecto del gobierno de Javier Milei.
Con fuerte autocrítica al interior del sindicalismo, el dirigente llamó a recuperar la «esencia de la unidad» del movimiento obrero y reconoció la necesidad de fortalecer el sector para que pueda tener un lugar en la mesa de las negociaciones «de verdad» de la política.
Milei contra el sincalismo.
«Milei es el tipo que promete y pelea por la destrucción del movimiento obrero organizado, del modelo sindical, de las obras sociales, del modelo que creó Perón. Hay que ser muy realista en cuanto a la realidad que le toca vivir al movimiento obrero, un movimiento obrero unido está en condiciones de enfrentar cualquier clase de batalla. Ahora, adonde se empieza a resquebrajar… El movimiento tendría que volver hacia la esencia de la unidad, de no ser divisible menos en múltiples actores que vayan a negociar cada uno por su lado. En tanto y cuanto no nos demos el trabajo, serio, de volver a buscar una unidad que excede si es un triunvirato o una sola cabeza, pero va en su esencia. Esto es como decía Santo Tomás de Aquino, «bueno, verdadero y bello». Creo que el movimiento obrero tiene que volver a eso. Tiene que ser «bueno» porque su existencia en sí misma es agradable, tiene que ser «verdadero» porque su existencia es necesaria y tiene que ser «bello» como reflejo de los otros dos valores. Si algo es «bueno» y «verdadero», automáticamente es «bello». Y esa belleza, aplicada a la realidad del movimiento obrero. Cuando dicen que somos la institución civil con mayor imagen negativa, seguramente porque fallamos en lo otro, en la unidad, de lo bueno y lo verdadero, tenemos que dar una reconstrucción de fondo de lo que estamos pasando».
Persecución al movimiento obrero organizado.
«(Los liberales) llevan en su matriz perseguir a los gremios, entonces es parte de lo esperable. Mi cuestionamiento es: ¨¿qué nivel de preparación tenemos nosotros desde el movimiento obrero para dar esa batalla? Algunos dicen, vamos a negociar con Milei. ¿Qué tenés que negociar con alguien que tiene como objetivo destruirte? Porque el tipo no va negociar con vos, él tiene como objetivo pasarte a valores».
«No perdamos de vista que el objetivo de este gobierno es destruir al movimento obrero y al movimiento sindical organizado. Tenemos que tener plena conciencia de esto».
«El movimiento obrero necesita irreverencia»
Reivindico a Manrique (el diputado nacional Mario Manrique presenció de espaldas el discursó de Milei en la asamblea legislativa). Si algo necesita el movimiento obrero es irreverencia. ¿Fue una irreverencia aislada que probablemente de quien observe puede quedar como un tonto? Sí, pero es irreverencia al fin. Hay que bancársela solo como lo hizo. Desde pequeños gestos de resistencia es donde veo que el movimiento obrero todavía vive».
Elecciones y mandatos en los gremios
«Es un tema secundario. En Argentina votamos cada dos años desde 1994. ¿Cuál es el aporte que se logró? Positivo no veo ninguno, eso aplicado a los gremios es todavía peor».
«Una cosa es que nosotros pensemos una salida genuina a una situacion que puede ser poco feliz en algunas actividades y otra cosa es que los liberales nos vengan a condicionar. Porque qué significa «modernizar la legislación laboral», quiere decir a la baja. No quieren modernizar nada, quieren que los costos se reduzcan y vos tengas menos derechos. Cuando hablan de la democracia en los gremios, les importa tres pingos, lo que quieren es delibilitar a las organizaciones gremiales, condenándolas a una guerra intestina que estén en interna permanente».
«Lo que nosotros nunca tenemos que hacer, como trabajadores organizados, es renunciar a nuestra esencia, porque si eso pasa jugamos de visitante y tenemos todas las de perder».
Sindicalismo y la política.
«El sindicalismo está absolutamente instalado como actor pero completamente afuera de todas las discusiones reales. De las de verdad, donde se toman las decisiones, el sindicalismo está afuera. En el 2025 hay elecciones legislativas y seguro habrá sindicalistas en las listas, pero porque es parte del folklore. No hay un poder real, un peso específico del sindicalismo en lo político que digan estos son nuestros candidatos. En el simulacro está, en la de verdad, no. Está asociado a la falta de unidad».
«El movimiento obrero tiene que resolver el problema de unidad y no va a tener poder de disuación en la negociación con los políticos hasta tanto y en cuanto no tenga la capacidad de presentar una lista, aunque sea provincial, que saque siete puntos».
Peronismo y sindicalismo en el futuro
«Hay un desfasaje entre la realidad que nos toca vivir y ciertas lecturas que se hacen en el movimiento obrero que hacen que todo sea peor. Tenemos un deber generacional, hay actores que son muy relevantes y tienen la obligación de jugar bien, mi secretario general (Marcelo Pariente, titular de las 62 Organizaciones) es uno, Facundo Moyano es otro, Maturano junior, Cristian Jerónimo, hay tipos que han sido llamados a ser la cara visible de un proceso generacional que tiene que acelerarse».
«Tengo esperanza. Soy un realista esperanzado, cien por cien, si no tengo esperanzas me quedo en mi casa. Que no nos empujen a renunciar a nuestra esencia. Perón dijo en las 20 verdades que somos un movimiento profundamente cristiano, ahí están nuestros valores, en la doctrina social de la Iglesia y en el cristianismo. Tenemos una comunidad de valores a través de la cual nos apalancamos para ir hacia el futuro. Tenemos que seguir el camino de la justicia social, pero el concepto de la justicia social no se entiende sin valores».
