Federación SUPeH: Una reforma estatutaria tensiona la relación de Crespi con los sindicatos de base

La Federación de Sindicatos Unidos Petroleros e Hidrocarburiferos (SUPeH) atraviesa momentos de tensión interna por la decisión del secretario general Juan Carlos Crespi de aplicar una reforma estatutaria que debilitaría a los sindicatos de base.

Es que el Crespi, sucesor de Antonio Cassia en la conducción, forzó un congreso extraordinario para llevar adelante sensibles modificaciones estatutarias que hoy abren un frente de conflicto al interior de la federación que representa a los trabajadores de YPF y OPESSA, entre otros.

El dirigente, conocido mediáticamente por sus pasos dirigenciales por el club Boca Juniors y la AFA, encabezó el congreso el pasado 31 de agosto donde, entre otros puntos, se establecieron incompatibilidades para integrar el secretariado nacional.

En ese aspecto, Crespi determinó que quien desee ser parte del secretariado nacional no deberá ser secretario general de ningún sindicato de base adherido a la federación. Se trata de la incorporación de requisitos que el ministerio de Trabajo viene observando respecto a la carrera gremial, y que van en contra del espíritu y legislación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los requisitos de carrera, denominados positivos o negativos, son materia de análisis en el ámbito sindical, con fuertes rechazos de abogados laboralistas y de propios funcionarios de la cartera laboral por atentar contra la democracia sindical y producir un delibitamiento de las organizaciones de segundo grado.

En la práctica, la imposición de este tipo de iniciativas vacía de poder a las federaciones. A saber: una convocatoria a medida de fuerza por parte de Federación SUPEH (integrada según el ideario de Crespi por segundas o terceras línas de los gremios) podría quedar sin sustento y apoyo de los secretarios generales de base.

Las iniciativas reformatorias de Federación SUPEH vienen por impulso de un dirigente que llegó al máximo cargo por sucesión. Vale recordar que Crespi asumió en la organización nacional en noviembre de 2022 en reemplazo del histórico Antonio «Coco» Cassia, fallecido los primeros días del mismo mes.

Su ascenso al máximo sillón se produjo por corrimiento de cargos, situación que lo encuentra sin legimitidad de sindicatos de base y los trabajadores, y en posición incómoda para concretar los cambios aprobados en el congreso de agosto. Gremios del interior se mantienen expectantes con una opinión negativa.

Así las cosas, el ministerio de Trabajo tiene ahora la responsabilidad de aprobar o no, por medio de homologación, las modificaciones estatutarias fijadas por Crespi. Según pudo saber Mundo Gremial, la cartera laboral no aprobaría la iniciativa.

Los argumentos del rechazo estarían vinculados a aspectos legislativos nacionales e internacionales en defensa de la democracia sindical interna.