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ANÁLISIS Y OPINIÓN

Eugenio Zanarini: «Es inviable un sistema único integrado de salud en Argentina»

El titular de la Superintendencia de Servicios de Salud le bajó el pulgar a la propuesta del Instituto Patria, aunque admitió que «hay que hacer una reforma del sistema de salud».

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Eugenio Zanarini. Foto: Patricia González Photography ©

Nadie empapado en la temática niega la necesidad de una reforma del sistema de salud actual. El debate está en la forma. La pandemia de Covid-19 aceleró la discusión y comenzaron a aparecer propuestas y borradores de proyectos, que teñidos por la disputa de poder político, empezaron a ganar fuerza en las últimas semanas.

El más comentado fue el impulsado por el Instituto Patria, avalado por la vicepresidenta Cristina Fernández y de la mano del viceministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, que propone la creación de un Sistema Nacional Integrado de Salud Argentino, definido como un «sistema mixto con centralidad en el subsector público».

Aunque no fue una presentación oficial del cristinismo, la iniciativa recorrió los despachos del ministerio de Salud y recibió el rechazo de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación (SSS), el ente que regula y controla a las obras sociales nacionales y entidades de medicina prepaga.

«Un sistema integrado único de salud en Argentina es inviable», aseguró en exclusiva Eugenio Zanarini, titular de la SSS, en una entrevista a Mundo Gremial.

Foto: Patricia González Photography ©

El Superintendente de Servicios de Salud es uno de los funcionarios de extrema confianza del ministro de Salud, Ginés González García, y su negativa al proyecto del Patria no dista del pensamiento del jefe de la cartera sanitaria. Zanarini es Ginés. Por lo que de haber un avance en la propuesta podría surgir un conflicto de alto vuelo.

«No hay ninguna voz disonante en pensar que hay que hacer una reforma del sistema de salud, esto no resiste ni desde lo académico ni desde lo práctico, ni desde la sustentabilidad del sistema, no resiste mayor análisis. El tema es la profundidad o que es lo que uno pretende hacer con una reforma del sistema», sostuvo Zanarini.

El funcionario resaltó la fuerte «fragmentación» del sistema, no sólo a nivel central sino también dentro de cada subsector, es decir el público, el de la seguridad social y el privado, básicamente de la medicina prepaga. «Estos tres sistemas, que no serían para mí muy grave que fueran subsistemas de un sistema mayor, también están muy fragmentados dentro de sus estructuras», deslizó.

Y amplió: » En el sistema público, tenés 24 jurisdicciones con 24 ministerios (de Salud), que no siempre, como ahora, siguen la rectoría de un ministerio nacional, hoy sí el ministerio nacional ejerce funciones de gobernanza y de rectoría sobre el sistema, yo diría más por la calidad y las cualidades de Ginés (González García, ministro de Salud de la Nación) que por convencimiento o por normas. Y tenés 2500 municipios que también tienen Secretarías de Salud. Tenés 290 obras sociales sindicales. Pero después tenés el PAMI, tenes 24 provinciales, o sea, el territorio de la seguridad social también es un mosaico muy, muy complejo, obras sociales de las Fuerzas Armadas, de las fuerzas de seguridad, de las universidades. Lo que quiero decir con esto es que la complejidad de nuestro sistema y cómo se ha ido armando no es fácil resolverlo de un plumazo, aun sin cambiar la Constitución. En la Constitución nuestra y en las 24 constituciones provinciales la salud es una obligación y no es delegada a la Nación, es de cada provincia. Si vos querés hacer un sistema único, integral, tenés que modificar todas las constituciones«.

Eugenio Zanarini. Foto: Patricia González Photography ©

«Se complejiza mucho el tema, y si vas a la medicina privada, ahí en el registro de empresas de medicina privada, hay 650 empresas de medicina privada activas. Si ahora nosotros nos ponemos a nombrarlas, llegamos a 5, o 10, como mucho, pero hay 650. Entonces uno puede decir, ¿qué querés concentrar? No, no quiero concentrar, quiero que haya economía de escala, que no haya una administración cada 700 afiliados, o 500 que tienen algunos, y que esa economía de escala permita negociar mejor las prestaciones, comprar y bajar el gasto en gestión. El gasto en gestión es muy alto, y en este sentido estamos trabajando en tres líneas básicamente: una es el famoso PMO, el Programa Médico Obligatorio cuya última modificación data del año 2005, después se ha ido emparchando, agregando, sacando, pero obliga nada más a las empresas de medicina prepaga y a las obras sociales, con lo cual cuando el Congreso dicta una ley incorporando alguna práctica o alguna enfermedad, o cubrir como la fibrosis quística, o como pasa con otras enfermedades, sólo obliga a las empresas de medicina prepaga y a las obras sociales nacionales, ni siquiera obliga a las obras sociales provinciales y las provincias tienen la facultad de acceder y adherir a la ley o no. Entonces lo que nosotros queremos hacer, y si hablamos de integración del sistema, la primera integración tiene que ser el reconocimiento de los derechos a todos los habitantes. Si yo digo que hay que cubrir fibrosis quística, bueno, hay que cubrirla, tengas obra social o no tengas. ¿Cómo voy a decir que la cubra nada más que Swiss Medical? Porque tiene plata, ¿y el Estado argentino no está obligado a cubrirla para los que no tienen Swiss Medical o para los que no tienen la UOM? «.

MG: Es una desigualdad en realidad del modelo, que afecta a las personas, no solo a las instituciones…

EZ: «Claro. Yo creo que la integración tiene que empezar por el beneficiario, por la equidad, por el acceso y por la igualdad de derechos. No podés hablar de integración de sistemas si vos tenés el derecho a una cosa y yo tengo el derecho a otra».

MG: ¿Qué opinión tiene del proyecto del Instituto Patria para avanzar a un sistema integrado de salud?

EZ: «Que es inviable. Estamos en la Argentina no somos España saliendo del franquismo, no somos Inglaterra, vos tenés los intereses privados, los intereses sindicales, el PAMI y el funcionamiento del PAMI que son 11 mil empleados, que tenés ahí adentro con 4 o 5 gremios y los beneficiarios. El argentino quiere tener prepaga, no le importa qué le de la prepaga. Nosotros tenemos una clase media que tiene muchos valores aspiracionales, si vos vas al interior es la misma clínica la que te puede mandar el OSDE 610, que la que te pude mandar la UOM, porque no hay 14 clínicas para elegir. Y generalmente el hospital público es mejor que esas clínicas, está mejor equipado, tiene mayores profesionales y demás».

Eugenio Zanarini. Foto: Patricia González Photography ©

MG: ¿Y cuál sería la propuesta en ese sentido?

EZ: «Mi idea es que una manera de integrar es que nosotros hagamos que el hospital público levante el nivel y compita con esas clínicas y sea el hospital público el contratado por las obras sociales y por la medicina prepaga. Esto en algunas provincias sucede, en Mendoza pasa, por ejemplo, en San Luis va a pasar, (el gobernador Alberto) Rodríguez Saá está haciendo un hospital que supera al Austral a Los Arcos, que supera en tecnología, en modernidad a todos, con lo cual van a cerrar las clínicas en San Luis, ¿qué van a hacer? Por ahí tiene que venir la integración de los sistemas por mejorar la calidad, porque sino vivimos nivelando para abajo. ‘No, vos no pagués más Swiss Medical porque Belocopitt se llena de plata’, ‘y qué me vas a dar’, ‘y vas a tener que ir al Eva Perón de Avellaneda, y vas a seguir pagando Swiss Medical porque es el servicio que vos querés, vos podés pagar’, primero, porque no es obligatoria la medicina prepaga. Que ese es el otro tema, cuando atacamos la medicina prepaga tiene tres componentes básicamente: hay 4 millones y medio que son de obras sociales, no son afiliados a la medicina prepaga, son de obras sociales que tienen contrato con una empresa de medicina privada que funciona como prestadora, no funciona como prepago. Y de estos 4 millones, 2 millones o dos millones y medio son corporativos, la decisión y la contratación, la hace la Ford, Volkswagen, el Banco Santander, el Banco Francés y pagan todo ellos no es que el trabajador paga la diferencia, la diferencia la paga el empleador. Y después tenés los voluntarios que son un millón y medio que es gente de dinero que no tiene trabajo formal que paga la cuota en la prepaga que quiere que, en realidad, esos son los verdaderos usuarios de prepago, los puros, los demás no son puros ninguno. El año pasado las recaudaciones subieron un 35% y el aumento de la prepaga fue un 10% con lo cual mucha gente dejó de pagar adicional con lo que pagaba de sueldo ya le alcanzaba para el pago de la prepaga. Además, es una franja, tampoco son todos los trabajadores, el trabajador repositor que gana 50 mil pesos no va a una prepaga porque su aporte del 9% es muy poquito comparado con la cuota inicial de una prepaga».

MG: En los últimos días, apareció un nombre para reemplazarlo en su cargo, en medio de este marco de crisis pandémica, ¿qué opinión tiene sobre eso?

EZ: «Ninguna, creo que son especulaciones periodísticas que pueden tener algún dejo de verosimilitud o pueden tener alguna razón fundada, a mí no me preocupan porque en realidad estoy acá para acompañar a Ginés, y si Ginés dentro de un rato me llama y me dice “correte”, me corro y me daría mucha lastima por todas las cosas que todavía hay que hacer».

Juan Manuel Morena, director de Mundo Gremial.

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