ANÁLISIS Y OPINIÓN
El gobierno abre juego con la CGT para dar cierre a la conformación de Trabajo
Los nuevos funcionarios intensifican diálogos con la cúpula de la central para encontrar consensos que eviten desencuentros futuros.

La nueva estructura del área de Trabajo en el gobierno de Javier Milei sigue sin resolverse y hay tensión por la designación de nombres claves. Como contó Mundo Gremial, la silla de la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales (DNAS) continúa libre. Es que la secretaría de Trabajo estaría buscando cierto consenso con el movimiento obrero para evitar futuros quiebres y conflictos.
En ese marco, envíados de la secretaría generaron un intercambio con parte de la cúpula cegetista para intentar avanzar en un acuerdo para un cargo clave en la relación gobierno-sindicatos. La DNAS, en síntesis, es la dependencia que garantiza el funcionamiento institucional y práctico de las organizaciones sindicales.
Hasta el momento, hay al menos tres nombres en pugna. El primero que se mencionó fue el de Karina Palacios, quien ya ocupó el cargo durante la gestión de Jorge Triacca en Trabajo. La exfuncionaria nacional cuenta con el aval de Horacio Pitrau, subsecretario de Trabajo, y de Omar Yasín, titular de la Secretaría.
Pero en los últimos días, fruto de operaciones cruzadas, aparecieron otros dos nombres. El del abogado Claudio Aquino, cercano a corporaciones empresarias, y de Julio Cordero, hombre del Grupo Techint y UIA.
Esos apellidos generaron inquietud en la CGT, que por lo bajo transmitió cierto descontento que fue canalizado con un diálogo en busca de consenso.
Por estas horas, el nombre que uniría a las partes y daría curso a un entendimiento es el de Mónica Rissotto, actual titular de la DNAS. Sería la carta que podría proponer el gobierno para evitar grietas con el sindicalismo.
Según cuentan a Mundo Gremial, hubo un ofrecimiento por parte de la Secretaría para que la DNAS tenga una persona designada por CGT. Pero la central sindical prefirió apartarse de la designación. «En todo caso vamos a avalar un nombre, pero poner a alguien, no«, afirman fuentes del caso a este medio.
El aval de CGT estaría en Rissotto con quien los gremios han mantenido aceitado el diálogo durante años de gestión en una dirección estratégica. De allí salen las certificaciones de autoridades, las convocatorias a asamblea, congresos y elecciones, la compulsa de afiliados y los encuadres sindicales, entre otros puntos.
