Ya firmados los principales acuerdos salariales de 2011, el balance es claramente dispar, aunque un denominador común es que en casi todos los casos los acuerdos se lograron sin medidas de fuerza, apelando en algunos casos el Ministerio de Trabajo a la “conciliación obligatoria”, con prórrogas incluidas.
Con aumentos en dos o tres cuotas que arrojan punta a punta un alza del 24% (que en promedio representa menos del 20% anual) se ubicaron gremios claves como, entre otros, los estatales de UPCN y camioneros.
Le siguieron, con incrementos por debajo del 28%, también en cuotas (con un promedio anual del 20%), gremios numerosos como metalúrgicos o la construcción. Y con el 30% o por encima de ese porcentaje se ubicaron droguerías y alimentación, a los que se agregaría empleados de comercio. Los estatales resultaron los más rezagados porque, además, vienen con incrementos salariales inferiores a los del sector privado.
Sumando a los empleados públicos provinciales, las cifras oficiales del Indec marcan un desfase salarial del sector público de 20 puntos en los últimos 3 años. Por ese motivo, hay descontento y medidas de fuerza en distintas dependencias estatales, como es el caso de la Anses o el PAMI.
Por su parte, los que obtuvieron aumentos porcentuales mayores parten de un cuadro salarial rezagado ya que recién a comienzos de 2012 los trabajadores de esos gremios podrán contar con un básico inicial de $ 4.000 o inclusive menos.
En metalúrgicos el básico garantizado es todavía más bajo, de $ 3.200. En muchos casos se volvieron a otorgar sumas no remunerativas, que no aportan al sistema previsional y que fueron objetadas por la Corte Suprema.
En todos esos casos, se trata de salarios de convenio porque la realidad salarial puede ser mayor por la existencia de premios, adicionales por productividad o presentismo. Ahora, en muchos establecimientos se reclama que los porcentajes acordados se apliquen sobre todos los rubros salariales, no sólo sobre los básicos, y en otros, con sueldos más altos, reaparece la queja por el impacto del impuesto a las Ganancias.
Este año el mínimo no imponible aumentó el 20% pero sin actualizar las escalas sobre las que se aplican las alícuotas, valores que hace 11 años que no se actualizan.
La pauta que no fue
De todas maneras, el aumento salarial del 24% de los camioneros, que en un principio se manejó como una posible “gran pauta” que dominaría las negociaciones, fue cumplido en pocos casos. No obstante, las subas pactadas están en línea con lo que se había negociado el año pasado, en tanto que el promedio de los aumentos resultó inferior a lo que se podría haber estimado a principio de año.
El abogado sindical Lucio Garzón Maceda recordó que en la primera semana de febrero dijo que “los trabajadores, pese a lo que entonces se anunciaba, discutirían sus remuneraciones anuales fundados en el costo de vida pasado y en la inflación prevista para el 2011.
Preanunciábamos, coincidentemente con lo que había aconsejado la Confederación de la Alimentación (Casia), que los sindicatos con salarios bajos irían en la categoría inicial por valores cercanos a un mínimo de $ 3.800/4.000, vale decir un aumento de entre 30% y 35%.
Y señalamos que los sindicatos con salarios altos -tales como químicos, petroleros, energía- y medianos -como camioneros, aguas gaseosas- tendrían aumentos de entre 25 y 30%”.
Según Garzón Maceda, “ocurrió exactamente lo previsto, destacándose entre el pelotón de sindicatos con mayores porcentuales de aumentos la Sanidad, en su rama Droguería, y la Alimentación, ambos recurriendo a paros previos «de ablande» y con posteriores acuerdos orgánicos, consagrando aumentos acumulables cercanos al 34%, con casi el 30% en los primeros ocho meses. Contra lo que esperaban algunos especialistas, no hubo que elegir entre el diálogo o la confrontación, sino que hubo complementación: hubo un proceso de dialogo, paro y finalmente concertación”.
Quedan pendientes algunas paritarias, como algunas ramas de Sanidad, que volverán a reclamar básicos más altos, y fijar el nuevo salario mínimo, vital y móvil, que hoy tiene un valor ($ 1.840 mensuales) muy alejado del costo de la canasta básica. El balance final dependerá de estas últimas negociaciones y del ritmo inflacionario, que viene nuevamente en tendencia ascendente. Y es la inflación de los «supermercados».
fuente: Los Andes
