Ante una condena injusta y anticipada

Ha llegado a mi conocimiento que el secretario general de los trabajadores camioneros se ha referido a este Secretario General de la Unión Ferroviaria, aludiendo despectivamente a mi condición de procesado y anticipando culpabilidades, al estilo de la prensa amarilla que pretende reemplazar al sistema judicial propio de un estado de derecho por la condena mediática, tan parecida al linchamiento y tan alejada del principio de presunción de inocencia que caracteriza a las democracias.  Es precisamente en ese marco que yo he sido injustamente detenido e imputado, no obstante lo cual espero serenamente el momento del juicio oral y público  -con plena confianza en la independencia y ecuanimidad de los jueces-  en el que se constatará, sin la más mínima duda, la absoluta inexistencia de pruebas en mi contra, así como la inocencia de los otros ferroviarios detenidos.  Este apartamiento brutal de las reglas de la solidaridad en las que nos formamos los militantes sindicales me ha causado un profundo dolor.

Jamás en mi larga trayectoria sindical, luchando siempre contra la injusticia y la pobreza y contra las dictaduras militares, de Onganía primero y de los genocidas  del Proceso después  -hoy juzgados y condenados gracias a la férrea decisión política  de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner-,  olvidé mis deberes para con mis compañeros.  No los olvidé cuando estuve a disposición del PEN, desde el 29 de junio de 1969 y por muchos meses, compartiendo la cárcel con ilustres militantes y queridos compañeros, como Jorge Di Pascuale y Sebastián Borro.  Ni tampoco cuando sufrí otras detenciones y constante persecución desde mi pertenencia a la CGT de los Argentinos, de lo que puede dar testimonio el compañero Raimundo Ongaro.

De mi jamás se ha sospechado que integrara grupos dedicados a delatar compañeros, como para merecer ahora la condena anticipada de parte de un dirigente sindical.  Sigo manteniendo los mismos códigos de todo peronista, que nos imponen el deber de lealtad y solidaridad para con otro trabajador, sea dirigente o no, sea peronista o no.

Hace casi treinta años que nuestra agrupación  -la Lista Verde-  está al frente de la Unión Ferroviaria.  Durante ese lapso seguramente cometimos muchos errores, pero jamás nos valimos de la violencia, jamás utilizamos patotas, jamás tuvimos que lamentar un lastimado como consecuencia de la lucha sindical.  Así fue hasta la lamentada muerte de Mariano Ferreyra y los otros heridos de ese aciago día, que todos los ferroviarios hemos condenado y que tanto nos ha conmovido y ha conmovido la vida de nuestra Organización.

Esa muerte enluta a la Unión Ferroviaria y en particular a este Secretario General, elegido siempre por la voluntad ampliamente mayoritaria de los trabajadores, sin amedrentamientos y sin presiones.  Por todo eso es que anhelo tan fervorosamente que se haga justicia y se condene a los culpables.  Porque siempre he luchado por la justicia y porque quiero seguir luchando como toda mi vida, sin violencia, por los derechos de los trabajadores.  Y también para seguir practicando la solidaridad y mereciendo la de mis compañeros, como ahora la recibo, aunque alguno se aparte de los deberes que impone.

Por la unidad de los Trabajadores

José Angel Pedraza