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ANÁLISIS Y OPINIÓN

75 Octubres: Un festejo atípico y el resurgir de las tres CGT

17 de Octubre | Un acto en el Felipe Vallese, una caravana de Camiones y un homenaje en el busto de Perón. Las grietas del sindicalismo peronista.

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Sea porque fue un número redondo o por la atípica geografía que planteó la pandemia, estos 75 octubres que conmemoraron el Día de la Lealtad quedarán registrados en la memoria colectiva -peronista y no peronista- por su atipicidad; pero también por la parafernalia virtual que terminó en manos del organizador de eventos masivos Javier Grosman. Fue un desafío para la CGT que supo desligarse de la producción en manos de profesionales.

A tal punto fue una buena organización que tal vez para encontrar parangón acaso habrá que esperar al 2045 cuando el nacimiento del peronismo llegue al centenario. ¿Cómo estará la Argentina económica y socialmente? ¿Quién gobernará? ¿Seguiremos sumidos en la pobreza actual, o lo que es peor: con más pobreza? ¿Seguirá existiendo el peso? ¿Cuántas devaluaciones y crisis económicas más tendremos?

Pero si afinamos hacemos futurología afinando el foco a nuestro metié: ¿El movimiento obrero seguirá disperso cómo hoy? Dependerá de las nuevas generaciones que ya están en proceso de formación: habrá que ver en ese sentido con que chip fueron seteadas sus cabezas. Para bien o para mal, hay muchos hijos de dirigentes dando vueltas.

Acuña, junto a Barrionuevo y Eduardo Duhalde, en el homenaje a Perón. Foto: Prensa UTHGRA.

En ese camino de ripio que son las internas, el que conmemoró el 17 como si fuera un feriado movible -que tanto rechazo produjo en buena parte de la sociedad- fue Luis Barrionuevo: festejó el 16. Un sinsentido.

Más atinado respetando la fecha patria del peronismo, pero siempre marcando la cancha a la CGT festejaron los Moyano y sus seguidores. A las 10, desde SMATA y sacando camiones a la calle y respetando el protocolo; aunque adentro de las cabinas viajaran más de uno, festejaron con movilización callejera.

El moyanismo copó la 9 de Julio. Foto: Infocamioneros.

Finalmente, el acto central fue en el salón Felipe Vallese, de la sede de la CGT en Azopardo. Hasta allí fue la crema de la política: desde el presidente Alberto Fernández, hasta Máximo Kirchner, pasando por Sergio Massa y su mujer Malena Galmarini, Gustavo Béliz, y el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. También estaban los gobernadores Axel Kicillof (Provincia de Buenos Aires) Mariano Arcioni (Chubut), Jorge Capitanich (Chaco), Gustavo Bordet (Misiones), Sergio Uñac (San Juan), Raúl Jalil (Catamarca) y Juan Manzur (Tucumán).

Del arco sindical cegetista estaban Héctor Daer, Andrés Rodríguez y Antonio Caló; de acuerdo a los poncheos de las cámaras de televisión. Pero también tenían sus sillas Gerardo Martínez y José Luis Lingeri. Del lado de la CTA estaban Hugo Yasky y Roberto Baradel, a quienes se los proyectó en pantalla mucho más que a todos los anteriores juntos. Lo mismo Sergio Palazzo que recibía proyecciones de rebote por estar detrás de Yasky y Baradel.

Alberto Fernández, el único orador del acto central en CGT.

El salón Vallese fue acondicionado especialmente y previo a que hablase el Presidente se mostraron muchos militantes; llamativamente (o no) eran de la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular), organización que nuclea a las decenas de organizaciones sociales; pero también mucha militancia de La Cámpora: una jubilada de este espacio no supo si blanquear o no que era de este movimiento: lo preguntó al aire como disculpándose. Lo cierto es que solo habló una dirigente de UPCN desde el ministerio de Desarrollo Social y otra trabajadora de la Sanidad privada que, por cierto, fue la mejor que habló de todos los que desfilaron.

Un acto con poca mística cegetista, sin menciones a los históricos del sindicalismo que hicieron camino en los 75 años del peronismo y con preponderacia de los movimientos sociales en la previa al discurso de Alberto, el único orador, en un Salón Vallese, sin CGT, prestado para la ocasión.

Quedó demasiado en evidencia la impronta K; lo que genera en algún punto más fricciones en el movimiento obrero.

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