“Suárez se sentía con impunidad absoluta”, afirmó la interventora del SOMU

La interventora del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y diputada nacional de cambiemos, Gladys González, sostuvo que el ahora detenido extitular de ese gremio, Omar Suárez, se «sentía con impunidad absoluta» producto de la relación que mantenía con el anterior gobierno nacional.

En diálogo con Télam, ratificó que el sindicalista usó al gremio «como pantalla para enriquecerse» y recordó que Suárez era definido por la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner como «su sindicalista favorito».

La operatoria denunciada y que es una de las pistas más fuertes en contra de «El Caballo» supone «la creación de un holding de empresas a las que el sindicato les pagaba». Esas empresas están conformadas por accionistas que, según señaló González, «no tienen solvencia», por lo que se configuraría una maniobra de «lavado de activos».

La legisladora explicó que los hechos denunciados están vinculados a la importación de gas que se produjo a partir de 2012 y ratificó que «Suárez extorsionaba a las empresas haciéndoles pagar los sueldos de toda la tripulación, que él mismo afirmaba que no estaban preparados para la tarea» y aduciendo que los fondos se utilizarían para la formación de esos trabajadores.

González apuntó al referente del SOMU por la situación actual de una «Marina Mercante está lejos de lo que tiene que ser», en la que «la hidrovía está controlada por Paraguay» y que desde el gobierno argentino «buscan potenciar y recuperar para que haya mas buques y mas trabajo».

Más temprano, en declaraciones a Radio Mitre, la legisladora afirmó que Suárez «tenía un ejército de choque y amenazaba de todas las formas a las empresas. Amenazaba con que si no le daban lo que quería, no los dejaba operar, fundamentalmente con los remolcadores», señaló.

La interventora explicó que «también había una operatoria con los gasificadores para impedir a los tripulantes navegar, y todo el dinero que recolectó lo desvió a terceras empresas que creó para enriquecerse» y «así desviaban los fondos del sindicato».

«Su forma era amenazar con un arma, espero que ahora muchos se animen a denunciar este modus operandi que era con la extorsión pero también la amenaza de muerte, con anónimos, anécdotas tremendas de situaciones de este estilo que generaron que un sector que la marina mercante de un país haya perdido competitividad», sumó la interventora del sindicato.