Decidido a enfrentar electoralmente al kirchnerismo, Hugo Moyano dio ayer nuevas señales sobre sus ambiciones políticas. Durante el acto por el Día de la Lealtad peronista, llamó a «encauzar el voto de los trabajadores» y criticó con dureza algunas iniciativas del oficialismo.
Al líder de un sector de la CGT le faltó, solamente, proclamar su candidatura. Algo que sí hizo la oradora que lo precedió, la docente Susana Laburu, que anunció a Moyano como «la alternativa política que el país necesita».
Como muestra de su poder de movilización, Moyano reunió ayer a unas 10.000 personas en los alrededores de la CGT para recordar el 17 de octubre de 1945. Sentó en la primera fila del escenario a sus hombres del consejo directivo cegetista, entre ellos, al municipal Amadeo Genta, quien según algunas versiones estaba distanciado del camionero.
Detrás de los sindicalistas, en la segunda línea, se observaron rostros que representan las flamantes alianzas políticas que selló el jefe camionero: el ex carapintada Aldo Rico; el intendente de la comuna bonaerense de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, ligado a Mauricio Macri; la diputada nacional del PJ disidente Claudia Rucci, y un puñado de legisladores bonaerenses que no comulgan con el kirchnerismo.
«Hay gobernadores que quieren estar acá, pero saben que si vienen, les cortan el grifo», dijo Moyano, sobre algunas ausencias. Se supo que cruzó llamadas con el cordobés José Manuel de la Sota y con el santacruceño Daniel Peralta. Y envió un guiño al resto de los mandatarios: exigió que se debata una nueva ley de coparticipación para un reparto más igualitario de los fondos.
El discurso rayó lo electoral. Pidió «un aumento de emergencia» para los jubilados y volvió a la carga con su reclamo de eliminar el impuesto a las ganancias y universalizar las asignaciones familiares. «Se discrimina a los hijos de los trabajadores», acusó. Pero también dirigió su mensaje a los jóvenes. «Sin conocer a Perón, abrazaron su causa», les dedicó. Y hasta fue conciliador con los empresarios.
Moyano ganó aplausos cuando eligió a Cristina Kirchner como blanco. «Póngase la mano en el corazón, señora Presidenta. No se les puede quitar el dinero a los chicos con capacidades especiales. Si es necesario, reduzca el sueldo de los ministros», expresó el camionero sobre el rechazo oficial a pagar reintegros a las obras sociales sindicales por los tratamientos a chicos con alguna discapacidad.
Después de evocar un mensaje de Perón de 1950, cuando cedió la sede de Azopardo a los gremios, Moyano les apuntó a sus rivales de la otra central y al ex asesor legal de la CGT Héctor Recalde. «Nosotros no vamos a apoyar leyes en contra [por la de riesgo de trabajo». Y gritó: «El Gobierno hace lo contrario a Perón. No tiene nada que ver, por más que pongan la foto en sus despachos. El peronismo no es revanchista, hay que mirar para adelante».
Tras casi media hora de una retórica que encadenó reclamos y mensajes proselitistas, Moyano desafió a ir a las urnas. «Vamos a encauzar, si es posible, el voto de los trabajadores. No podemos volver a equivocarnos con el voto», cerró, entre vítores y aplausos. Lucía eufórico.
¿Moyano 2013? Una alternativa, a pesar de que apunta a ser candidato a presidente, en 2015. Anoche, para darle sustento a su deseo, negociaba un encuentro en Mar del Plata con Lula, el ex presidente brasileño.
CRUCES E IRONÍA CON RECALDE
El diputado nacional kirchnerista y ex asesor legal de la CGT Héctor Recalde se defendió tras la acusación de Hugo Moyano de ser un «servil al poder». «Que no conteste no quiere decir que no sienta dolor. No voy a personalizar la discusión», dijo ayer Recalde, quien volvió a ser blanco de las críticas moyanistas. Por Twitter, la cuenta oficial de Camioneros ironizó: «Feliz día de la lealtad». Gerónimo Venegas lo tildó de «traidor»..
