La jornada, que se extendió durante más de cuatro horas, comenzó con una charla que sintetizó el proceso de recuperación de la fábrica bajo gestión de los trabajadores. “Nosotros éramos obreros, no empresarios. Tuvimos que aprender muchas cosas”, recordó Corpo.
Ese aprendizaje instaló a Envases Flexibles Mataderos como una de las únicas plantas que puede realizar todo el proceso productivo completo: “acá entrás con una idea y salís con un envase”, se jactó Corpo al señalar que realizan desde el arte del producto hasta su impresión, por diferentes sistemas de alta calidad.
El objetivo es claro: “queremos seguir creciendo”, señaló el presidente, quien durante la gestión privada se encargaba del mantenimiento de las máquinas. Para acercarse a la meta la cooperativa firmó un acuerdo de cooperación mutua con el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), para desarrollar nuevas materias primas que le den mayor valor agregado a su producción.
El recorrido no olvidó ningún puesto del circuito y dejó a la decena de estudiantes de la materia Tecnología de la fabricación asombrados. El profesor a cargo, Juan Carlos Galli, recalcó que “esta conexión de empresa y universidad que se mancomunan para el bien de todos es lo que se trata de hacer desde la UTN. Estamos para ayudar en el momento en que empresas como éstas lo necesiten, y para que los graduados puedan incorporarse al sistema de esta manera. Esto es lo que nos permitiría mejorar a todos como país”.
Las anécdotas y el ida y vuelta de conocimientos poblaron la planta de voces que hablaban en un mismo idioma. El orgullo por mostrar la experiencia resaltaba en la cara de los trabajadores que, a medida que los estudiantes iban llegando a sus lugares, explicaban con detalles cada eslabón de la impresión. “Se trata de un resurgir de la industria argentina. Es bueno que los jóvenes profesionales se vinculen con nosotros y también conozcan lo que es una cooperativa”, explicó Diego Garay, asociado fundador de Envases Flexibles Mataderos.