Extraemos del informe ejecutivo del estudio los puntos más sobresalientes y la OIT recomienda adoptar a los países en desarrollo para mantener una política pública de empleo exitosa en función de la economía mundial.
El informe presta especial atención a los efectos de la economía mundial en el mundo del trabajo del periodo 2000-12 incluyendo los efectos de la última crisis económica mundial.
Los países en desarrollo que mas invirtieron en crear empleos de calidad obtuvieron mejoras en la renta anual por habitante. De esto se presume que estos trabajadores mejoraron su calidad y nivel de vida.
Esto se contrasta con los resultados obtenidos en países desarrollados que fue menor, así también fue menor en aquellos otros países que estando en vías de desarrollo destinaron menos recursos en empleos de calidad.
De esta forma se destaca la intima vinculación entre empleo vulnerable y crecimiento económico.
Pese a estas alentadoras tendencias más de la mitad de los trabajadores del mundo en desarrollo se encuentran en situaciones de empleo vulnerable, alrededor de 1. 500 millones de personas no tienen trabajos formales, no acceden a protección social, pensiones, salud e ingresos regulares. Ellos y sus familias están en un círculo vicioso que genera menos perspectivas de desarrollo y crecimiento.
Los jóvenes
Las estimaciones que contiene el informe calculan que 213 millones de personas accederán en los próximos 5 años al mercado del trabajo. De ellos 200 pertenecen a países en desarrollo.
Dentro de esta perspectiva la tasa de desempleo joven en los países en desarrollo asciende al 12% muy por encima de los adultos. En Oriente Medio y África del Norte uno de cada tres jóvenes no consigue empleo, siendo las más perjudicas las mujeres de la región.
La inmigración se presenta como la mejor forma de asegurar un futuro a estos jóvenes con formación. La diferencia de ingresos llega a ser de 10 a 1 de países emisores a receptores. Para 2013 más de 230 millones de personas vivían en un país en el que no habían nacido.
Herramientas para enfrentar este panorama
Frente a este panorama repleto de desafíos el informe brinda cuatro carriles estratégicos para los países en desarrollo. El primero de ellos es diversificar la base económica y mejorar la capacidad de empresas sostenibles para la creación de empleos de calidad. Algunas economías han obtenido buenos resultados en experiencias agrícolas y rurales con un uso eficiente y equitativo de los recursos naturales.
Por otra parte se estima conveniente fortalecer las instituciones del mercado laboral en vez de distraerse del cumplimiento de las normas. La diversificación de la economía puede tener un impacto negativo ya que en el sector del agro, la pequeña y mediana empresa existe la tendencia natural a generar empleo vulnerable lo que generaría mayo desigualdad.
El tercer punto destacado del informe hace hincapié en el valor de la protección social. Esta reduce el efecto de la pobreza, las desigualdades y el empleo vulnerable. Favorece la creación de empleo de calidad.
Se destacan los programas “bolsa de familia” en Brasil, Ley nacional de garantía del empleo rural Mahatma Gandhi en la India y programas anticíclicos implementados en China, Etiopía y Namibia.
En cuarto punto se pondera garantizar la evolución equilibrada de los ingresos para evitar los perjuicios que acarrea la desigualdad que erosiona la cohesión social y genera malestar social. Para abordar esta problemática parece ser más eficaz hacer foco en la distribución de la renta en relación al factor trabajo y el factor capital que centrar la discusión en el sistema tributario de los países, discusión que es desgastante y provoca pocos resultados. Países como Brasil, Argentina y Túnez cuentan con experiencias positivas en la materia.
Por estas horas el gobierno argentino se hace eco del informe y el haber incluido o reconocido la política oficial en materia de redistribución de la riqueza.
