Conéctate con nosotros

ANÁLISIS Y OPINIÓN

El triunvirato sindical en vanguardia

Por Dr. Ignacio Leonardi, (docente UBA-UNLZ), columnista de Mundo Gremial.

Publicado

|

La maduración de una decisión colectiva, que involucra organizaciones diferenciadas, con variables sectoriales bien disímiles e interlocutores de los más diversos, exige un enorme trabajo. Alcanzar semejante consenso no puede obedecer como fundamento la irrestricta oposición a un plan económico-social despreciable –aunque indudablemente es su disparador- sino más bien un plan de acción que impacte de manera decisiva sobre la agenda de necesidades del movimiento obrero y exteriorice el grito de rechazo de los trabajadores.

En ese sentido, y con aquella finalidad, las conducciones cegetistas transitaron el largo pero maduro y responsable camino de la unificación. Triunvirato que tensiona, no solo con el sector empleador, sino también con la postura de las políticas públicas actuales. A diferencia de otros momentos donde se garantizaba el marco para que sean los sindicatos quienes libremente avancen en conquistas para sus trabajadores, hoy es aquel garante quién distorsiona todas las variables.

Bien es cierto que desde el retorno de la negociación paritaria, las organizaciones sindicales perseguían sus conquistas en un marco de libre negociación con su par signataria. Sin embargo, ello no habilita a creer o expresar que los logros los alcanzó el Estado. Por el contrario, ha sido la fuerza de los trabajadores -concentrada en la organización más representativa- la que alcanza las mejoras y las conquistas, con su lucha inquebrantable. Se trataba de un Estado -a buena hora-  garante de la libre negociación, pero que de manera alguna se lo puede considerar sujeto activo de la conquista.

Contrario sensu, el escenario actual encuentra un Estado cuyas políticas públicas distorsionan todas las variables que afectan el salario del mundo trabajador. La suba de los precios relativos, la devaluación, el tarifazo de los servicios con más los cierres de comercios y la consecuente caída de los puestos de trabajo son golpes directos al poder adquisitivo. Si sumamos la baja que sufre la producción, el déficit fiscal en aumento, la apertura de importaciones  y la quita de retenciones con su consecuente transferencia de recursos a los sectores primarios de la economía –naturalmente exportadores-, el mapa resulta ensombrecedor.

Y si a todas estas perjudiciales medidas, le agregamos la pretensión de flexibilizar las relaciones laborales, replicando los abordajes noventistas para su implementación –contratos basura, redefinición del despido, modificación del régimen de reparación sistémica de la ley de riesgos de trabajo y régimen previsional- la necesidad de unificación se torna imperiosa.

Con los dirigentes a la cabeza, asumiendo el rol en primera persona y en la vanguardia de un cuerpo social empapado hasta los huesos, el triunvirato sindical avanza en una amplia agenda que se opone con fortaleza a las políticas de un Estado que, como mínimo, eligió el camino, las herramientas y los actores equivocados.

Va de suyo que esta conducción fortalecida y consensuada, es una señal para propios y ajenos.

Como principal construcción colectiva que asumirá la representación de sectores que reclaman a gritos la aparición de un sujeto social que los interprete –históricamente un líder carismático, hoy en aparente ausencia- la unificación cegetista ordenará hacia el adentro del espacio no oficialista la confusa superposición de intereses coyunturales; donde un denominador común construido con las necesidades que atraviesan los más diversos sectores sociales y de la economía, servirá de sustrato para una plataforma viable en miras a las intermedias legislativas.

Será esta conducción nacional, aquella que junto a los espacios de representación distrital –integrados por los núcleos de intendentes-, y el brazo federal de los gobernadores,  quienes confluyan en una construcción común. Abierta a los mejores hombre y mujeres.

En relación al gobierno, la conducción unificada marcará los tiempos y los impactos de las decisiones de gestión. Portavoz legítimo del mundo asalariado, será un interlocutor que el gobierno no podrá desconocer, debiendo tamizar sus pretensiones con las perspectivas del movimiento obrero. Sera limitante en la gestión, con un perfil dispuesto a las acciones gremiales que sean necesarias para alcanzar las soluciones que requiere el pueblo argentino.

La iniciativa popular liderada por el movimiento obrero –como lo expresó el último plenario de Secretarios Generales- es un ideal de construcción y no una utopía. Porque mientras la utopía supone siempre una cierta renuncia a la realización, una distancia entre el presente y el futuro deseado que nunca se sabe bien como recorrer; este ideal es el proceso encaminado y la causa final de hacia dónde vamos.

Vestida para la ocasión, la CGT toma la cinta de capitán… y sale a jugar.

Somos una agencia de noticias sindicales. Nuestra misión es dar un espacio de encuentro e información a todos los sectores de la actividad, sin discriminar su capacidad y potencial

Seguir Leyendo
Aviso

Copyright © 2018 MUNDO GREMAIL. Desing by | dosveintiuno