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El Gobierno busca limitar los reclamos de la CGT oficialista

El ministro Tomada se comprometió con Caló a no fijar un tope para las demandas salariales; hoy escuchará las exigencias de la CTA liderada por Yasky.

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El Gobierno comenzó ayer a desplegar una activa estrategia para contener y limitar los reclamos de las centrales obreras oficialistas, que, a semejanza de la CGT de Hugo Moyano y de la CTA disidente, insisten en la suba del tope para el pago del impuesto a las ganancias y en aumentos salariales que acompañen el verdadero ritmo inflacionario de la economía.

El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, recibió ayer en su despacho a la CGT oficialista , que encabeza el metalúrgico Antonio Caló. Allí, se comprometió a no fijar un tope para los reclamos salariales y afirmó, en un comunicado, que no existe una «pauta oficial» sobre el punto.

El Ministerio también mostró cierta disposición a modificar, antes de marzo próximo, el piso salarial a partir del cual los trabajadores pagan Ganancias . Pero, en definitiva, todo quedó supeditado a la decisión de la presidenta Cristina Kirchner, incluida la fecha de la próxima reunión entre las partes.

La estrategia del Gobierno se completará hoy, cuando Tomada visite la CTA oficialista, encabezada por Hugo Yasky, que adelantó a LA NACION que le propondrá al ministro una «transformación» del impuesto para evitar que todos los años se deba «discutir lo mismo». Yasky también dijo que un 25% de aumento en los salarios «podría ser» la cifra reclamada por su sindicato.

«No hablamos de porcentaje. Eso va a depender de la realidad de cada gremio», afirmó Héctor Daer, del sindicato de sanidad y vocero de la CGT kirchnerista, a la salida de la reunión de dos horas con Tomada. Otras fuentes de ese sector coincidieron, sin embargo, con la cifra esbozada por Yasky.

La discusión entre funcionarios y sindicalistas comenzó pasadas las 18.30, en la sede del Ministerio de Trabajo.

Uno a uno, en autos con vidrios polarizados y sin responder a la prensa, llegaron al cónclave Caló y sus acompañantes. Por el grupo de los denominados «Gordos» estuvieron Armando Cavalieri (Comercio); Oscar Lescano (Luz y Fuerza); Ricardo Pignanelli (Smata) y el propio Daer. Por el grupo de independientes llegó José Lingeri (Obras Sanitarias), y Roberto Fernández (UTA) asistió en representación del ala díscola que encabeza el taxista Omar Viviani. Además del ministro estuvieron presentes el jefe de Gabinete de la cartera laboral, Norberto Ciaravino; el secretario de Empleo, Enrique Deibe; la subsecretaria de Programación Técnica y Estudios Laborales, Marta Novick, y la directora Nacional de Relaciones del Trabajo, Silvia Squaire.

Jorge Lobais, representante de los textiles y también presente en la reunión de ayer, había generado expectativas sobre la reunión, al afirmar que la inflación «está en alrededor del 25 por ciento para el caso de la canasta básica», y asegurar, en declaraciones radiales, que la CGT de Caló «no aceptará un techo» para discutir salarios en la paritaria, prevista para dentro de dos meses.

El porcentaje coincide con el 25,6 por ciento de inflación anual que dieron a conocer ayer consultoras privadas a través de un grupo de diputados de la oposición.

«Ya hemos manifestado, y Antonio [Caló] lo va a decir. Techo [para negociar] no vamos a aceptar», dijo Lobais. Al término de la reunión, y con intención conciliadora, el ministro Tomada hizo circular un comunicado en el que «ratificó la vigencia de paritarias, en una clara desmentida a quienes intentan instalar -como todos los años- una supuesta pauta oficial que no existe». Daer afirmó, además, que el porcentaje de aumento por solicitar «lo va a fijar cada organización sindical».

COMPROMISO MUTUO

De todos modos, el texto del comunicado conjunto que distribuyó el Ministerio de Trabajo afirmó dos párrafos más adelante que en la reunión «hubo un compromiso explícito acerca de apelar a la responsabilidad de todos los que inciden no sólo en los salarios, sino también en los precios».

«Quedamos en resolver los temas, y no se puso fecha, pero estamos todos esperanzados en darle dinamismo a la reunión (…) Hoy mismo quedamos en volver a reunirnos en breve», dijo Daer, sin fijar una fecha precisa para el nuevo encuentro. «La que va a decidir cuándo y cómo nos reunimos es la Presidenta, que también sabe todo lo que se habló acá», se sinceró un miembro de la CGT oficialista luego del cónclave.

El vocero de la CGT minimizó la postergación de las definiciones. «Lo importante es encontrar un camino de resolución previo al comienzo de la negociación paritaria», afirmó. El plazo que extraoficialmente se fijó fue «antes del mes de marzo», cuando confluyan los reclamos salariales de todos los gremios, estén cerca o lejos de la Casa Rosada.

«Quedó en claro que no hay sujetación ni topes en las paritarias ni negociación a la baja. Lo que vamos a sostener es el poder de compra del salario, como vino sucediendo en las últimas reuniones», agregó Daer, quien calificó ante LA NACION de «distendido» el clima de la reunión con Tomada.

Antes del cónclave, se habló de un paquete de alternativas que la CGT oficialista ofrecería para obtener los recursos que faltarían en caso de subir el piso de Ganancias. «No trajimos ninguna propuesta de ese tipo porque el que sabe cómo conseguir los recursos es el Estado», afirmó Daer. De todos modos, según su vocero, los equipos técnicos de la CGT oficial trabajan en propuestas alternativas «para que se desgraven el IVA de los alquileres de vivienda» entre otras propuestas.

«Hay mucha racionalidad en todos los actores de esta negociación. Y ningún sindicato va a firmar un acuerdo salarial que permita que sus representados pierdan valor», agregó Daer.

La búsqueda de «racionalidad» también se dará en la reunión que Tomada sostendrá hoy con la CTA oficialista que encabeza Yasky, en la sede que esa central sindical tiene en la calle Piedras al 1000.

Acompañado por Pedro Wasejko (neumáticos); Stella Maldonado (Ctera) y Roberto Pianelli (subterráneos). Yasky afirmó a LA NACION que planteará un paquete de temas al ministro, que combinan los reclamos salariales con viejas luchas que la CTA tenía antes de dividirse en oficialistas y opositores (estos últimos encabezados por Pablo Micheli). «Vamos a insistir en el reclamo de personería gremial para la CTA y una nueva ley de Código Nacional Electoral, que permita elecciones democráticas en los sindicatos, que se amplíen los derechos de representación», detalló Yasky a LA NACION.

Tomada prometió llegar a las 16.30 para comenzar esa reunión. Al igual que ayer, intentará mostrar que, por lo menos en lo que hace a los gremios oficialistas, los reclamos están bajo control.

 

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