El 7 de mayo del corriente año, un conjunto de sindicatos enrolados en la CGT Azopardo, lanza el partido de la Cultura la Educación y el Trabajo (CET), una alternativa política ante los desafíos que presenta el año electoral.
El CET, se estructura alrededor del sindicato de camioneros y sindicatos aliados del viejo Movimiento de Trabajadores Argentinos (CGT que lucha), más algunos recientemente sindicatos incorporados a la CGTRA.
El lanzamiento del CET, nos ayuda a formular una serie de interrogantes con la finalidad de comprender el alcance de la medida. Es bien sabido que, dada la experiencia histórica, el CET buscará integrarse en alianzas electorales más amplias para las próximas elecciones, sin descuidar la opción de una presentación en soledad de esta vertiente política-sindical del movimiento obrero.
Ahora bien, lo que verdaderamente nos interesa para estas reflexiones es, indagar acerca de las razones más estructurales, que han llevado a un sector importante del movimiento obrero peronista a tomar la iniciativa política, más allá de los partidos políticos existentes y del propio partido justicialista.
Como parte de las manifestaciones y comportamientos de la aparición de una nueva versión de la corriente sindicalista; el CET es, la expresión del desprendimiento de una fracción del movimiento obrero del bloque histórico que junto al gobierno nacional, fueron dominantes entre el 2003 y el 2010. Es una suerte de laborismo post-kirchnerismo.
Después del 17 de octubre de 1945, algunos sindicatos que venían trabajando con el entonces coronel Perón en la Secretaría de Trabajo y Previsión, fundaron el partido laborista que, junto al partido independiente (conservadores) y a la UCR Junta Renovadora, hicieron de vehículos electorales para el triunfo de Perón el 24 de febrero de 1946. Después de las elecciones, Perón manda a disolver el partido laborista y fundar así el Partido Peronista, devenido más tarde en partido justicialista.
Perón, sintetizó las aspiraciones de grandes campos de la realidad, tanto de los sindicatos como de los partidos políticos pre-existentes. Por tal motivo, realizó una síntesis histórica que configuró una representación articulada entre lo gremial y lo político. Esta propuesta actual del sindicalismo peronista se da en un momento de descomposición del PJ y del quiebre en la alianza política original con el Kirchnerismo.
Al desaparecer el general Perón, el peronismo se hizo pendular, perdió su punto de equilibrio. Primero por derecha, después por izquierda, se fue licuando en su composición política. Sin ir más lejos, en el llamado peronismo histórico el Ejército nacional y el movimiento obrero fueron los dos actores principales de la alianza en el poder. Hoy día, ni uno ni otro actor forman parte de la masa crítica del gobierno nacional.
Entre tanto, el gobierno nacional sufre el impacto de una lucha entre intereses en lo más alto de la estratificación socio-económica. La disputa por el valor del dólar, han generado una tregua entre los sectores dominantes que en la resolución de la crisis de 2001 fueron contradictorios: Sectores exportadores -nacionales y extranjeros-, (Dolarizadores) y, sectores productivos monopólicos con dominio del mercado interno, (Devaluacionistas).
Esta tregua, responde a las necesidades de la coyuntura; con lo cual, a la pérdida del apoyo de la CGTRA y de un sector de las capas medias, se le suma una tregua en la clase dominante.
A pesar que la oposición presenta al gobierno como una tiranía absolutista, las elecciones se encaminan hacia un escenario de pérdida de su hegemonía. El gobierno nacional ha perdido la hegemonía (consenso), es la fuerza dominante hoy por hoy, pero si no revisa la política de alianzas, pondrá en riesgo su resultado electoral y lo más peligroso, al retroceso del proyecto nacional.
Desde el movimiento obrero, el CET puede aprovechar el tiempo electoral para construir un espacio de alianzas con sectores afines pensando en no perder de vista los intereses nacionales y su proyección hacia la Patria Grande. Tendrá que alejarse al mismo tiempo del lastre opositor del pasado, que pretende usufructuar de la fortaleza del sindicalismo argentino.
