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ANÁLISIS Y OPINIÓN

Un discurso dominante: Antisindicatos y Antisindicalistas

Por Pascual Daniel Persichella, columnista de Mundo Gremial.

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No hay que olvidar para entender, la lógica descarnada de los grandes medios de comunicación masiva, adscriptos a la derecha perpetua. Son ante todo una Empresa, un negocio. Muchas veces, verdaderos factores de poder. Por tanto y como tales, se benefician también de este discurso dominante, dado que tienen su contraparte en el o los sindicatos o sindicalistas que representan a los trabajadores de prensa.

A pesar de no haber sido nunca una noticia propalada abiertamente; muchos sabemos que uno de los lugares donde más cuesta hacer respetar los derechos y garantías sindicales, como ser la tutela sindical o la huelga, es en el ámbito laboral de esos medios de comunicación masiva. Es muy raro que sea noticia de un medio de comunicación, la huelga o el conflicto colectivo de trabajo entre los Trabajadores de Prensa y una Empresa de Medios de Comunicación.

Además, por ser esos grandes medios de comunicación masiva, una empresa y negocio en sí; su lógica hace que deban asegurar un discurso conveniente, amigable, para sus principales clientes, las Empresas; que son las que financian centralmente esa actividad. No se nos escape que entre estos clientes en tanto Patronal, también están los Estados Nación, Provincias y Municipios.

Me motiva a exponer estas ideas, un disparador que se repite a lo largo de la historia reciente en nuestra Patria. Cada vez que se debate una cuestión que hace al interés o derechos de los trabajadores (ley antidespidos vetada, paritarias salariales todos los años, un Paro General, Ley de Ajuste Previsional, la reciente movilización del 21F), siempre se cruza el tratamiento de las conductas indebidas de los sindicalistas; corrupciones, patrimonios abultados, perpetuación en las estructuras sindicales. Sin reparar en los porque, terminamos escuchando hablar en los medios referidos, más del patrimonio abultado de algunos sindicalistas y de sus interminables mandatos sindicales, que de la cuestión que afecta a los trabajadores: los despidos, los magros salarios, el derecho constitucional a una huelga, la pérdida del poder adquisitivo, etc.

No estoy defendiendo ilicitud alguna de sindicalista alguno. No esquivo los temas. No es normal, no está bien, que existan sindicalistas con patrimonios abultados, incompatibles con el historial laboral de cada uno de ellos. También estimo legítimo discurrir sobre lo inadecuado de los mandatos ilimitados; aunque esta es una discusión distinta ya que ello, guste o no, es legal hoy. El debate sería si lo legal es justo y conveniente, en especial para el movimiento obrero argentino. Creo que no es conveniente.

Aclarado ello; asevero que quienes manejan el Discurso Dominante, deslegitiman la necesidad y justicia de los temas laborales: (despidos y ley antidespido, salarios, mal estado generalizado de la clase trabajadora, ajuste previsional); cruzando -para quitarles importancia-, estas problemáticas graves, con esas cuestiones delesnables en cualquier caso que existan; con el fin predeterminado de quitar fuerza al reclamo laboral. Cambiar el foco de la cuestión obrera es la estratagema. Hoy más sofisticados, ponen en agenda el tema Aborto, a horas de una movilización que dice mucho, pero en los grandes medios nada.

Estos procederes no son espontáneos, sino decisiones de quienes bajan el Discurso Dominante, que obviamente son parte de quienes manejan el poder real en la sociedad. La metodología es la de siempre: deslegitimar al interlocutor (sindicalistas y sindicatos) para distraer la atención y no hablar seria y profundamente del problema: la cuestión laboral, la concentración de la riqueza, la distribución de la riqueza. Cómo abordar seriamente la pobreza sin analizar la concentración y los mecanismos de distribución de riqueza?

Los trabajadores deben estar atentos a estas jugadas. No deben perdonar y admitir la existencia de sindicalistas corruptos y/o con patrimonios irrazonables. Nunca. Siempre deben exigir sindicalistas ejemplares y sindicatos eficaces. Pero no se distraigan; el tratamiento mediatico de los procederes indebidos de los dirigentes sindicales en cada caso que existan, no puede deslegitimar ni cancelar sus problemas laborales reales. Se trata de maniobras del poder real. Alguna forma de distracción otrora le costó al movimiento obrero argentino padecer LOS NOVENTA.

La jugada del discurso estigmatizante y distractivo, del poder real económico gobernante desde Diciembre 2015, persigue claros objetivos. Despedir no es un fin en si mismo, es un mensaje directo a la negociación salarial. Un trabajador que siente que puede ser despedido, posterga su justa necesidad de incremento salarial. Reparemos en que ya se comenzó a hablar de que Argentina debe alcanzar “adecuados niveles de competitividad”. En buen romance, y sin desconocer que quiera decir otras cosas, una que quiere significar sin dudas es que los niveles salariales de los trabajadores argentinos son muy altos, para la Patronal. Competitividad se traduce a estos fines, en sinónimo de bajas salariales y condiciones y derechos laborales a la baja. Y el desempleo es el mejor disuasivo para no incrementar salarios y aún para negociar a la baja en salarios y en condiciones laborales. La teoría ha denominado a los desempleados como El Ejercito de Reserva; garante de la negociación colectiva de trabajo a la baja.

La permanencia de este tipo de discurso dominante antisindicatos y antisindicalistas, se puede colegir haciendo una somera recorrida histórica. Debemos asumir, para ser realistas y curarnos en salud, que para las contrapartes de los sindicalistas y de los sindicatos; patronales en sentido lato, el mejor estado de situación sería que no existieran sindicatos ni sindicalistas. Recordemos que la primera reacción del Poder ante la aparición de lo sindical en la Historia, fue incorporar al código penal la figura del delito de coalición, que era toda actividad que reunía a personas con fines gremiales. También se prohibió legalmente esa actividad.

Como no se pudo contra la altura de los tiempos y la conciencia histórica social; ya no es posible la inexistencia de sindicatos y sindicalistas. No obstante, se despliegan todo tipo de estrategias, para darles lucha sin cuartel desde el Poder real. Como no se los elimina se los divide y/o deslegitima; se hace sistemática mala prensa, se desenfoca la cuestión sindical obrera, descalificando a los interlocutores o exaltando lo peor de la actividad, para evadir la cuestión de fondo: pobreza, concentración de la riqueza y redistribución de la misma.

Adelanto que si un día, dejan de existir sindicalistas con patrimonios abultados, con mandatos interminables; seguramente se instalará alguno o varios vicios para seguir deslegitimando la cuestión sindical. La consigna perenne es un discurso permanente antisindical y antisindicalista.

No es casual ni viejo, que alguien alguna vez, le decía al Movimiento Obrero Organizado Argentino que debía tener su propio Órgano de Difusión.

Aunque merece un capítulo aparte; llama la atención y va en la misma línea del Negocio de los grandes medios; que el debate sobre CORRUPCION, sabiendo que necesariamente tiene dos patas; nunca o casi nunca comprende al empresario involucrado. Se centra en quien la recibe, pero se omite o se trata livianamente sobre quien la pone. Es fácil de entender: es este quien puede financiar a ese tipo de medios de comunicación. Ni los políticos tienen cobertura mediática permanente, dado que cuando se bajan del Poder y pierden lapicera y chequera, también pierden cobertura mediática.

PASCUAL DANIEL PERSICHELLA
DNI Nº 13.396.564
ABOGADO – U.N.CORDOBA
LIC. EN CS. POLITICAS – U.N.S.J.

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