Aerolíneas Argentinas tensa la relación con los gremios por paritarias

Por estas horas, Aerolineas Argentinas no vive sus mejores momentos con los sindicatos aeronáuticos. Las reuniones tensas se suceden en forma vertiginosa entre funcionarios del ministerio de Transporte y sus pares de la aerolínea de bandera, con un enjambre de gremialistas.

El personal de tierra se encuentra amalgamado en el reclamo de los maleteros que agrupa APA y el sindicato de la gerencia de UPSA, ambos con intereses en Intercargo y no muy afines ideológicamente a la administración macrista.

Luego del paro de la semana pasada que los obligó a estar en Conciliacion Obligatoria, reclaman aumentos por arriba del 35 % algo que rechazan desde el gobierno, poniendo como testigo la única paritaria cerrada que fue la de los tripulantes de cabina, azafatas y comisarios de abordo.

Desde Aerolineas Argentinas no niegan que el acuerdo de este gremio fue bueno, esto se debe a que la paritaria de los Aeronavegantes cerró en un 35 por ciento plano sobre el bruto, que de bolsillo da más o menos un 42 por ciento. Además, a través de puntos convencionales y horas extras aseguradas (todas cosas que permanecen en el tiempo), logrando siete puntos y medio más llegando la paritaria de dicho gremio al 49,5 por ciento. Algo que no pudo ser negado desde la empresa.

Mundo Gremial pudo saber que el gremio también sumó otros beneficios para mejorar la calidad de vida de los tripulantes cabina, sobre todo logros para la comisión de género. También, en relación a la incorporación al Convenio Colectivo los mismos beneficios que tienen por licencias maternales aquellas uniones civiles de igual sexo en concordancia con el nuevo código civil, y a los trabajadores que decidan adoptar.

Todas estas mejoras en las condiciones de uno de los gremios rompió el modelo tradicional que buscaba imponer el jefe de los pilotos (APLA), Pablo Biro, como una «paritaria testigo».

Lejos de esa situación, ahora Biro y el conjunto de los gremios aeronáuticos como los pilotos de Austral nucleados en UALA, buscan que el ministro Guillermo Dietrich absorba el costo político del desmadre gremial para cerrar todas las paritarias, algo necesario para tranquilizar las operaciones cotidianas de la ya vapuleada empresa que le toca comandar a Isela Constantini.