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UTA: La pandemia expone la debilidad de Fernández para contener a las bases
La mayoría de las seccionales de la UTA están en conflicto con parálisis en la rama de larga distancia, sobre todo en el interior del país donde “Gallego” Fernández hace cada vez menos pie.
La cuarentena obligatoria puso en evidencia el debilitamiento de la conducción de la Unión Tranviarios Automotor (UTA): Roberto Fernández ya no cuenta con el respaldo que lo llevó a conducir el sindicato y la bronca de los afiliados va en aumento.
Es que la pandemia generó un gran desconcierto y situaciones de incertidumbre entre los trabajadores, y hasta reavivó internas en comisión directiva con seccionales paralizadas por falta de pago de salarios.
Las fuertes disputas por sueldos adeudados, sin soluciones a la vista y con denuncias por “inacción” a la conducción nacional, han desatado un parálisis de los servicios de transporte urbano e interurbano en grandes ciudades.
En la actualidad hay conflictos en Neuquén, Santa Fe, Tucumán, Córdoba, Entre Ríos, Misiones, Jujuy, Formosa, Salta, parte de Río Negro y parte de Catamarca. Lugares donde la conducción de Fernández está cada vez más endeble.
Los chispazos llegaron hasta la propia comisión directiva nacional, con la renuncia del secretario del Interior, Jorge Kiener, cansado de la inacción de Fernández y la falta de respuestas a los reclamos que recibe en su secretaría. La dimisión no fue aceptada por el titular de la UTA.
Pero los cruces no terminan ahí. En Tucumán, el secretario general de la seccional provincial, César González, amenazó con dar el portazo: “Antes de traicionar a los compañeros (como hace Fernández) me voy”.
La UTA Tucumán inició este lunes la tercera semana de paro de actividades, mostrándole las garras a la conducción nacional.
También hay conflicto en Salta, donde la seccional provincial se despegó de la conducción nacional (video).
El gobierno nacional tomó nota de la crisis de la UTA, y más allá de la excelente relación -habitual de Fernández con todos los oficialismos-, inició el diálogo por separado con los sectores disidentes. Le reconocen la conducción, pero el dique tiene filtraciones irreparables.
Otro de los enojos de los afiliados es por lo que denominaron “falta de solidaridad” de la conducción del “Gallego”. Se quejan de que, además de percibir los recortes en los salarios en el marco de la emergencia, sigan vigentes los descuentos sindicales.
Pero una situación colmó la paciencia de los colectiveros. Fuentes del sector confiaron a Mundo Gremial que parte de los fondos percibidos en la actividad a través del Programa ATP -asistencia a la producción y al trabajo- fueron a parar al pago de sueldos de dirigentes sindicales.
Así las cosas, la conducción de Roberto Fernández continúa en caída libre y el frente opositor toma cada vez más fuerza. El poderío que lo llevó a la secretaría general parece no existir y el interior promete dar pelea. La UTA, en plena pandemia, y con futuro incierto.