Este jueves, con la aprobación del presupuesto porteño para 2021, quedó demostrado una vez más que los políticos argentinos de todo pelaje y a lo largo de la historia de nuestro país no saben administrar con creatividad y que la única herramienta que siempre tienen a mano es inventar gravámenes. Lo vimos con el Gobierno nacional con el impuesto país y luego con el aporte solidario, aunque prometen que solo se aplicará una vez por la pandemia; en el caso de Horacio Rodríguez Larreta con el tributo que se aplicará a las tarjetas; amén de haber aumentado un punto ingresos brutos. En números: Argentina tiene 165 impuestos.
Ahora bien, el operativo escorar a Horacio Rodríguez Larreta viene acompañado del engranaje gremial: Pablo Moyano prometió “medidas muy severas” frente a la decisión del alcalde de reducir los días de recolección de basura como método de achique del gasto público. En tanto, la UOCRA realizó una movilización a la sede del gobierno porteño este jueves. Fue a raíz de que no se giró el aporte del 50% de los fondos necesarios para continuar con la obra de ampliación de la cárcel de Marcos Paz; penal al que se derivarán los presos alojados en Devoto.
Paréntesis: el cierre de la cárcel del Devoto data de tantos como la promesa eterna del soterramiento del tren Sarmiento. Una muestra más de la sempiterna impericia de nuestra clase dirigencial.
Pero hay más minas que explotarán y como no podía ser de otra manera la educación pública una vez más cayó en desgracia. Eduardo López, secretario adjunto de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), contó a Mundo Gremial que “presupuesto para 2021 es del 17,18%, el más bajo desde que se formó la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”. Sigue: “En el 2000 la participación llegó a ser del 30%, el pico máximo” y remata: “Todos los años, las administraciones macristas vienen bajando un punto el presupuesto educativo; si siguen 17 años más nos quedamos sin educación pública”.
Con vistas a los números, López repasa: “En este 2020 la inflación estará en torno al 35 por ciento y el aumento salarial otorgado -porque nunca nos dan lugar a debate- fue del 25 por ciento. Un maestro porteño gana 34.000 pesos versus uno de Provincia de Buenos Aires que percibe 35.000. Bueno, en 2021 tendrá lugar otra poda salarial que vendrá acompañada de la reducción de becas y de inversión en infraestructura. Y unos 25.000 chicos se quedarán sin vacantes”.
Redondea: “Va a haber conflictos fuertes; es lo de siempre, pero para peor. Con esto del Presupuesto se cayó el tercer mito macrista: quedó demostrado que Larreta no es un buen administrador; como antes ya se vio, durante el gobierno de Macri, que bajar salario no reduce la inflación y que con los millonarios administrando no habrá robo”.
Pero hay más. Este medio pudo saber que, luego de la pandemia y raíz del teletrabajo, el Gobierno porteño reducirá las oficinas; proceso ya avanzado en el sector privado, y se estima que un 30 por ciento de los contratos que vencen en diciembre no se renovarán. Mundo Gremial contactó a Daniel Catalano sin éxito y desde el siempre hermético Sutecba (Sindicato Único de Trabajadores y Empleados de la Ciudad de Buenos Aires) no se expidieron públicamente sobre posibles achiques a la nómina laboral.