En 2013 la Asamblea General de la ONU decretó el 30 de julio como Día Mundial contra la Trata de Personas, con la intención de visibilizar y concientizar sobre la grave problemática de este delito a nivel mundial.
Desde aquella fecha todos los años, gobiernos, funcionarios y profesionales ligados a la seguridad, la justicia y el trabajo repasamos los avances y retrocesos para erradicar la trata con fines de explotación sexual y laboral.
Este año en particular la conmemoración lleva el tema «Las voces de las víctimas marcan el camino», situando a las víctimas en el centro de la campaña poniendo de relieve la importancia de escuchar y aprender de los supervivientes de la trata de personas.
Ahora bien, pasando a un enfoque más concreto y actualizado corresponde examinar las últimas publicaciones y en particular un informe sobre incidencia de la actual pandemia de covid 19 sobre la problemática.
El Informe Mundial sobre la Trata de Personas 2020 publicado principios de 2021 por la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) expone que un 50% de las víctimas de trata en el mundo son sometidas con fines de explotación sexual. La segunda causa más común es el trabajo forzado, con un 38% de las víctimas detectadas hasta 2018. Sudamérica es una de las regiones con la tasa más alta de trabajo forzado, con un 35% de las víctimas.
A comienzos de este mes la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) presentó un informe que ilustra sobre el impacto devastador del COVID-19 en las víctimas y sobrevivientes de la trata de personas y destaca el aumento de la focalización en y la explotación de los niños.
Se destaca en el informe como las medidas para frenar la propagación del virus aumentaron el riesgo de trata para las personas en situaciones vulnerables y expusieron a las víctimas a una mayor explotación.
“Los traficantes se aprovechan de las vulnerabilidades y a menudo atraen a sus víctimas con falsas promesas de empleo”, explica Ilias Chatzis, Jefe de la Sección de Trata de Personas y Tráfico de Migrantes de la UNODC, que desarrolló el nuevo estudio.
“La pandemia ha provocado importantes pérdidas de puestos de trabajo en muchos sectores y esto crea oportunidades para que las redes delictivas se aprovechen de las personas desesperadas”, agrega.
La pandemia golpeó muy fuerte a los trabajadores migrantes quienes perdieron sus empleos y con el cierre de fronteras debieron permanecer lejos de sus hogares sin empleo, sin la posibilidad de enviar remesas aumentando así su vulnerabilidad.
A su vez el parate económico sufrido por la pandemia trajo aparejado que las redes de explotación y trabajo forzado no pudieron colocar sus productos y ante la necesidad de alimentar a las víctimas eligieron abandonarlas en la calle. El cierre de fronteras también obligó al reclutamiento local de víctimas.
A comienzos del mes se publicó también el Tráfico de Personas 2021 del Departamento de Estado de Estados Unidos. En este informe también se pondera el aumento de las vulnerabilidades y la falta de recursos y atención por parte de los Estados.
El informe señala que hay 17 países que no cumplen con los estándares mínimos de la lucha contra la trata. Entre estos están Afganistán, China, Cuba, Irán, Nicaragua, Corea del Norte, Siria, Rusia y Venezuela.
En el caso de China se la señala por la «trata política» o «de trabajo forzoso» sobre los uigures y otras minorías en la región de Xinjiang. Allí el gobierno Chino habría detenido a más de un millón de personas en 1.200 campos de internamiento dónde las personas son sometidas a violencia física, abusos sexual y tortura para obligarlos a trabajar».
Cómo vemos la trata de personas es una práctica bien instalada en los cuatro cuartos del globo y también vale recordar que es tan antigua como la humanidad.
Los países que no proveen las víctimas por lo general son consumidores de productos y servicios que algunas veces están manchados por esta forma de esclavitud del siglo XXI.
Se puede también que pese a la magnitud del problema la sensibilidad social frente al delito ha ido aumentando y poco a poco los países deben mostrar una agenda clara y eficiente. Esperamos con ansias que el próximo año podamos mostrar adelantos.