Durante la jornada de este viernes 16, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) cerró el encuentro de este año con una sesión plenaria matutina y la exposición de varias delegaciones, entre ellas representantes de Argentina; un discurso esbozado por el secretario General de la Conferencia, Gilbert Houngbo, acerca de la vinculación entre el trabajo y los derechos humanos; y la clausura del evento con las palabras finales de Ali Bin Samikh Al Marri, presidente de la CIT y ministro de Trabajo de Qatar.
En la sesión plenaria que se transmitió por streaming, como el resto de las sesiones a lo largo de estas dos semanas, expusieron representantes presentes en las comisiones internas de trabajo. Desde la Comisión de Verificación de Poderes se detalló el trabajo sobre tres objeciones de credenciales para los países de Belarus, India y Nicaragua, éste último propuesto recientemente por acusación de no cumplimiento por parte del gobierno actual de la libertad de asociación sindical.
Sobre la Comisión de Aprendizajes de calidad, el balance giró en torno a la vinculación del concepto de transición justa entre mundo del trabajo informal y el mundo del trabajo formal. Fueron 172 los países miembros de la OIT que tuvieron representación tri-partita durante el evento y la gran mayoría congenió en que el crecimiento del trabajo informal es el gran problema a resolver en la actualidad.
Otra de las comisiones de trabajo fue la Comisión de Protección de los trabajadores, que trabajó en el desarrollo de 12 encuentros plenarios, los dos primeros días de debate general en donde se establecieron los debates centrales. Es en este marco que se destacó el trabajo realizado por el Comité de Redacción con “apenas un puñado de temas que no fueron aceptados” en términos gramaticales y con 138 propuestas de enmiendas al documento que será publicado oficialmente el 23 de junio y reflejará los consensos abordados por las delegaciones.
El informe que elaboró dicha comisión asegura que “desde la primera discusión recurrente sobre la protección social, celebrada en 2015, los Estados Miembros de la OIT han logrado progresos en todas las dimensiones de la protección de los trabajadores, inclusive a través de medidas positivas adoptadas por los interlocutores sociales, aunque persisten algunos desafíos y han surgido otros nuevos”.
Los dos principales reclamos que se despenden del análisis sobre el mundo del trabajo de este siglo radican en el derecho a la desconexión y la recuperación frente a los índices inflacionarios de los salarios. Hoy, muchos trabajadores y trabajadoras en relación de dependencia no tienen un salario digno porque no alcanza para cubrir las demandas esenciales en alimentación, vivienda y abrigo.
Fue Plamen Dimitrov, representante de la Confederación de Sindicatos Independientes de Bulgaria (CITUB) quien propuso un piso del 50 por ciento de aumento para que la representación sindical comience a negociar los salarios. También destacó que la brecha salarial de género continúa siendo un conflicto no resuelto y agravado por la implementación de la digitalización en el trabajo.
Por Filipinas, el consejero técnico gubernamental Tulfo Raffi sostuvo que el protagonismo de la informalidad laboral es el presente a rediseñar desde la seguridad social para los trabajadores y las trabajadoras. Destacó que en el mundo el 90 por ciento del empleo es generado por pymes.
También aparecieron entre las reflexiones dos alusiones importantes sobre la coyuntura del mundo del trabajo, una vinculada a la protección de la salud mental debido a la cantidad de horas que se trabaja por la conexión remota a la red y por otra parte se planteó una defensa de la gestión algorítmica de la seguridad social de los trabajadores y trabajadoras.
José Enrique Oñate Vera, consejero técnico y delegado suplente de los trabajadores México, remarcó la discriminación de género y el acoso de trabajadoras por querer acceder a puestos de mayor jerarquía como situaciones a visualizar para lograr erradicarlas. Tanto la brecha salarial como la discriminación por identidad y género fueron fuertes reclamos de las delegaciones y de representantes sindicales.
Sobre ello, la discusión del Estudio General elaboró un documento titulado “Alcanzar la igualdad de género en el trabajo” en donde califica y ejemplifica los diferentes tipos de discriminación que existen en el ámbito laboral. También presentó un informe que esboza los principios rectores para una transición justa con los resultados de las labores de la comisión que lleva ese nombre.
“Para que sea inclusiva, una transición justa debe tener una fuerte dimensión de género a fin de afrontar muchos de los desafíos medioambientales y aprovechar las posibles oportunidades”, establece uno de los diez puntos consensuados. El trabajador como concepto central del mundo del trabajo retoma una postura renacentista en donde tanto el hombre como la mujer que trabajan deben volver a tener garantizadas las condiciones de dignidad a través de su salario.
El sobre-empleo, la no desconexión, el aumento de los precios de los alimentos como así también de los servicios básicos protagonizan la crisis múltiple que azota al mundo del trabajo, lo que requiere que los países diseñen mejor y de manera más eficiente sus planes internacionales de abordaje.
Participaron del cierre de la 111° Conferencia Internacional del Trabajo Suiza, Australia, Suecia, Portugal, Kenya, Islandia, Filipinas, Guatemala, Argentina, Panamá, Bangladesh, México, Bulgaria y la Unión Europea, entre otros. El cierre de la sesión estuvo a cargo de Marysol Rodríguez, consejera técnica gubernamental Argentina por el Grupo de Países Latinoamericanos y del Caribe (GRULAC).