La fábrica de camiones Iveco confirmó ayer la suspensión de 900 trabajadores de la planta ubicada en la localidad cordobesa Ferreyra y detalló que en marzo funcionará apenas 10 días. Además anunció la apertura de un plan de retiros voluntarios.
El titular de Smata, Ricardo Pignanelli, frente la ola de despidos y suspensiones que enfrenta el sector automotriz, señaló: «Llevamos perdidos 90 mil afiliados y otros 5000 están con licencia o jornada reducida», haciendo hincapié en la caída del 22,1% de la producción en el primer bimestre del año.
La empresa tomó esta decisión tras una fuerte caída de la demanda y el número de suspensiones es mayor a los 500 que se esperaba la semana pasada. La firma italiana también anunció la apertura de un plan de retiros voluntarios para sus empleados.
«En las terminales grandes se puede arreglar suspensiones o planes de retiros voluntarios porque tienen espaldas, pero de ahí para abajo: el pyme, el autopartista chico o el concesionario no puede bancar la situación económica», explicó el titular de Smata.
Para remarcar la crisis que atraviesa su gremio, Pignanelli recordó lo ocurrido con la firma de carrocería de colectivos Metalpar, que cerró sus puertas y dejó a 600 empleados en la calle. «En octubre de 2017 empezamos a trabajar con Metalpar. Alcanzamos un compromiso global para el que faltaba que el Banco Nación y otro banco dieran préstamo a una tasa coherente, pero hoy se está yendo del país con 600 despidos directos y un total de 3 mil indirectos, de trabajadores que pertenecen a los gremios metalúrgico, plástico y textil», finalizó el líder.