Desde la Unión Molinera no avalan la toma y aseguran que “los trabajadores que la llevan adelante son mal aconsejados”.
Con la presencia de la Policía cordobesa y una escribana, la empresa cerró los portones de la planta dejando a los trabajadores adentro.
Son 150 los trabajadores que aguardan respuestas. Pasaron Navidad y Año Nuevo en la planta exigiendo la reactivación de la empresa.