El movimiento sindical internacional, representado por la Confederación Sindical Internacional (CSI), lanzó en las últimas horas un contundente llamado «por la paz y la democracia» en el marco de la próxima Jornada Mundial por el Trabajo Decente, que se celebrará el 7 de octubre.
Esta convocatoria surge como respuesta al creciente avance del autoritarismo y la intensificación de los conflictos armados que afectan gravemente la vida de las trabajadoras y los trabajadores en todo el mundo.
La CSI subrayó que sin paz no puede haber justicia social y, a su vez, sin justicia social, la paz no será sostenible. Los sindicatos señalan que los conflictos armados, que se extienden por diversas regiones, están devastando vidas, medios de subsistencia y derechos laborales, dejando a la clase trabajadora en la primera línea de esta crisis mundial.
Entre los casos más alarmantes mencionados por la CSI se encuentran:
- Myanmar: Desde 2021, la dictadura militar ha reprimido brutalmente a los trabajadores y sus familias, privándolos de derechos esenciales. El pueblo de Myanmar sigue exigiendo el reconocimiento del Gobierno de Unidad Nacional.
- Ucrania: La invasión rusa, que comenzó en 2022, ha causado un sufrimiento humano indescriptible y la pérdida de miles de vidas. El movimiento sindical continúa reclamando la paz y la restauración de la soberanía ucraniana.
- Palestina e Israel: La reciente escalada del conflicto ha resultado en la muerte y el desplazamiento de miles de personas. Los sindicatos exigen un alto el fuego inmediato, la liberación de rehenes y personas detenidas sin el debido proceso legal, y una solución duradera basada en la coexistencia de dos Estados.
Luc Triangle, secretario general de la CSI, destacó la falta de éxito de los gobiernos para resolver los conflictos a través de vías diplomáticas: «Es fundamental que las trabajadoras y los trabajadores participen en los procesos de paz y reconstrucción para garantizar su éxito y generar las condiciones necesarias para una paz y estabilidad perdurables», afirmó.
El dirigente también denunció que el aumento del gasto militar está desviando recursos vitales de las prioridades sociales, como el trabajo decente, la educación, la salud y la transición hacia una economía verde.
La confederación internacional enfatizó la necesidad de un cambio radical en las prioridades globales. «Debemos empezar a invertir en la paz, no en la guerra», sentenció Triangle, añadiendo que el desarme es clave para construir un mundo pacífico y con prosperidad compartida.