ANÁLISIS Y OPINIÓN
Pasillo Gremial: La era de los huérfanos
Por Nicolás Giménez

Pablo desapareció. En el chat íntimo no habla, tampoco salió del grupo, sigue como administrador. Octavio habla con los propios por el momento. A Hugo ya con eso le alcanza.
El Frente Sindical llegó a su fin, y los que quedaron dando vueltas están atrapados en dos barreras difíciles de sortear. Una es la apuesta a una mística moyanista que se terminó hace años y que el último intento fue el 21F del 2018. La otra es que durante estos últimos años depositaron “la estrategia” a San José 1781. Y la verdad es que Cuneo Libarona el 10 de diciembre de 2023 expuso algo trágico, que no había estrategia. Un año después, Pablo tuvo que renunciar a la CGT y Paco se diluó en Diputados. Y ahí ahora el guapo es Manes; «ni esa nos salió».
Con este desafío, mística y estrategia, empieza a reconfigurarse un nuevo espacio, con una base de sindicatos estratégicos. Se habla de un nuevo movimiento sindical. ¿Un moyanismo sin moyanos? Esto les permitiría entablar nuevos puentes que rediseñaría nuevos consensos en la próxima elección de autoridades de CGT, que ya tiene varios anotados, entre otros a Jorge Sola del Seguro.
Y para cerrar este punto, hay algo que los moyanistas extramuros CGT sufrieron este verano con la ida de Pablo. Es la pérdida de un jugador clave para resistir al gobierno de Milei. Sin sectores de trabajadores en el mundo privado no hay resistencia posible. Para monotributista está Caputo.
Un tema que por debajo es un parte aguas, y que también puede reconfigurar el movimiento obrero, es la nueva normativa para obras sociales, que pega de lleno en las chicas o administradas con prestadores. A las grandes y la de los pesados de CGT no las afecta, pero en las chicas o en jugadores como Hugo Quintana de APOC, que mantiene un negocio con varios fideicomisos de obras sociales, golpea en un sistema multimillonario que lleva 15/20 años de estabilidad. Veremos qué forma toma.
Pero hay algo que pocos pueden ver, y otros intuyen. Los que habitan en la CGT poseen el tiempo, son dueños de ese poder, lo que el tiempo deja y lo que el tiempo se lleva. Todos pasan, el poder sigue ahí.
