El primer encuentro del Consejo del Salario en la era Javier Milei terminó sin acuerdo. Los representantes de las tres centrales sindicales consensuaron una propuesta única: un aumento del 85% a partir del 1 de febrero que lleve el salario mínimo a $288.600.
El pedido fue rechazo por el sector empresario y ahora la Secretaría de Trabajo, bajo la órbita del ministerio de Capital Humano, definirá de manera unilateral el incremento en el haber mínimo, que tiene impacto sobre el mínimo no imponible de Ganancias y el monto de las prestaciones sociales. Hoy es de $156.000.
El fracaso de la reunión del Consejo del Salario consolidó la unidad de las centrales sindicales y aumentó la tensión del Gobierno nacional con los gremios. La CGT y las dos CTA apuntaron contra funcionarios por montar una «farsa» en complicidad con el empresariado.
«Rompiendo una larga tradición de diálogo social tripartito y acuerdo colectivos en el ámbito del Consejo del Salario en nuestro país, el gobierno impidió el normal desarrollo de la reunión con el único objetivo de boicotear cualquier posibilidad de acuerdo», denunció la CGT.
La máxima central obrera estuvo representada por los triunviros Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña y los dirigentes de Consejo Directivo, José Luis Lingeri, Rodolfo Daer y Cristian Jerónimo, en una reunión desarrollada bajo modalidad virtual.
Con un duro comunicado, la CGT aseguró que los funcionarios nacionales presentes -el secretario de Trabajo, Omar Yasin, y el Director Nacional de Asociaciones Sindicales (DNAS), Claudio Aquino– evitaron «por todos los medios posibles que la reunión se desarrollara con normalidad».
«Los empresarios encabezados por la Unión Industrial Argentina fueron complacientes con esa estrategia y no formularon ninguna propuesta», apuntó la organización sindical, y disparó: «Son los mismos empresarios que en la OIT defienden el diálogo social y los consensos colectivos».
Inédita unidad sindical: Las CTA acompañaron el pedido de CGT
El gobierno de Milei logró una situación inédita en los últimos tiempos: que las centrales sindicales tengan una postura unificada en el Consejo del Salario y consoliden la unidad frente a los embates del Ejecutivo.
Tras la reunión, la CTA de los Trabajadores, que conduce Hugo Yasky y que estuvo representada en el encuentro por el secretario gremial Claudio Marín, denunció un «piquete empresarial» al Consejo del Salario.
«Lo que sucedió demuestra una connivencia entre el gobierno y los empresarios para utilizar el salario como variable de ajuste y nos reafirma en la voluntad de seguir accionando con la unidad de las centrales sindicales para evitar que se siga hambreando a nuestro pueblo», señaló la entidad.
En tanto, la CTA Autónoma de Hugo «Cachorro» Godoy calificó el encuentro como «una farsa» del Gobierno «junto al empresariado». «(Los funcionaros) decidieron no realizar ningún esfuerzo para que hoy se formalice un nuevo Salario Mínimo Vital y Móvil. El gobierno acompañó la pasividad del empresariado, que no presentaron ninguna propuesta, solamente una actitud extorsiva de querer imponer que el aumento fuera a partir del mes de marzo», sostuvo en un comunicado.
Y avisó: «Nosotros estamos en un plan de lucha. Vamos a hacer consultas con las otras centrales sindicales para poder definir nuevas acciones. Porque es evidente que el Gobierno lo que quiere es congelar los salarios o reducirlo a la mínima expresión».
La mitad del plenario del Consejo (las 3 centrales sindicales) votaron a favor de un aumento del 85%; mientras que la mitad del sector empresarial votó en contra. La norma establece que se tiene que obtener dos tercios del plenario para que sea favorecida y aceptada una propuesta. Por lo que, Trabajo definirá por decreto.