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Dánica volvió a producir pero un grupo de trabajadores denuncian que sólo se reincoporó a empleados afines al SOEIA
La fábica de Dánica, ubicada en Lavallol, volvió a producir luego de la intervención del gobierno de la provincia de Buenos Aires para evitar su cierre. Esta semana la planta comenzó a operar con una dotación mínima de personal y un grupo de trabajadores denunció que sólo se reincorporó a los empleados afines al SOEIA.
La planta de Dánica ubicada en Llavallol, que anunció su cierre en diciembre pasado, volvió a producir esta semana luego de la intervención del gobierno de la Provincia de Buenos Aires. La fábrica reinició sus operaciones con una dotación mínima de trabajadores que se incrementará a medida que aumente la demanda del sector, pero un grupo de empleados despedidos denunció que sólo se reincorporó a los trabajadores afines al Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria del Aceite (SOEIA) y cruzaron duramente al gobernador, Axel Kicillof.
El Ministerio de Trabajo bonaerense, que conduce Walter Correa, intervino por orden de Kicillof, para evitar el cierre de la planta que afectaría gravemente a la economía de la región. El Ejecutivo provincial se hará cargo de una parte de los sueldos de los trabajadores con el aval del Sindicato de Obreros y Empleados de la Industria del Aceite (SOEIA), enmarcando a Dánica en el Programa de Promoción, Preservación y Regularización del Empleo..
Si bien el acuerdo alcanzado entre el gremio, la provincia y el Grupo Beltrán, dueño de la planta, establecía reiniciar las tareas con una dotación de 40 trabajadores, un grupo de operarios despedidos denunció que sólo se reincorporaron 24 empleados de los más de 100 que fueron despedidos.
Los trabajadores difundieron una carta dirigida al gobernador, donde aseguran que “lo que debería ser un día de alegría para todos es, en cambio, un día de profunda tristeza para muchos” y remarca que “nos sentimos estafados por la empresa que confiamos y defendimos, traicionados por el sindicato que debía protegernos, y defraudados por el ministerio que alguna vez albergó nuestras esperanzas”, apuntaron.
El documento sostiene que los trabajadores de la planta “hemos sido víctimas de uno de los mayores fraudes laborales que jamás hayamos conocido”, y recordó que desde el año 2019 cuando el Grupo Beltrán se hizo cargo de la fábrica “empezó nuestro calvario”.
En esa línea, denuncian que la fábrica “es rentable” y que lo que está buscando la patronal es “flexibilizar aún más la mano de obra y deshacerse de quienes, con años de servicio, merecen recibir lo justo. Con el sindicato como aliado y promesas vacías, lograron su cometido”, manifestaron.
El grupo de trabajadores también denunció que hay 75 trabajadores “en la calle” y que “algunos recibieron indemnizaciones muy por debajo de lo que corresponde, otros ni siquiera han recibido un solo peso una notificación formal de despido”, explicaron.