Los más de cuatro meses de negociaciones no bastaron para concretar la unidad en la CGT Córdoba. La conducción nacional avanzó con la intervención en la Delegación Regional y puso en funciones a una comisión normalizadora tras el desplazamiento del hasta ahora secretario general José Pihen.
En un acto en la sede cegetista de calle Chacabuco al 400 de la ciudad de Córdoba, Horacio Otero, coordinador de la normalización de las delegaciones regionales de la CGT, oficializó en sus cargos de normalizadores a seis dirigentes sindicales de la región, quienes lo acompañarán en el proceso de elección de la futura conducción.
Los designados por Otero, que pisó tierra cordobesa en representación de la Secretaría del Interior y con el aval de la totalidad del triunvirato nacional de CGT, son: Edgar Luján (camioneros), Rubén Urbano (UOM) y Ricardo López (Sanidad), junto a Emiliano Gramajo (Aoita), Pablo Chacón (Comercio) y Gabriel Suárez (Luz y Fuerza).
Dirigentes, casi en su totalidad, que se negaron a la continuidad en el cargo del secretario general saliente, el estatal Pihen, quien mantuvo su postura y que con el respaldo de más de 50 organizaciones ya planea instaurar una central paralela, según confiaron a Mundo Gremial.
La interna
A pesar de numerosas conversaciones y la intervención de las máximas figuras de la CGT nacional, la regional de la capital de Córdoba no logró la ansiada unidad total.
La puja se manifestó entre dos sectores. El liderado por Pihen y la actual estructura de la regional, por un lado; y gremios como la UOM, Camioneros y Comercio, en primera línea, por el otro.
José Pihen
La decisión de intervención fue adoptada por la CGT nacional en julio pasado ante la imposibilidad de acercar posiciones: «Luego de numerosas reuniones entre los referentes de los distintos gremios, no se alcanzó un acuerdo para integrar una lista de unidad, hecho este que obliga a quien tiene la responsabilidad de encausar la normalización de las delegaciones regionales, a no resignar esfuerzos en búsqueda de zanjar las hipotéticas disconformidades imperantes», explicó el Consejo Directivo Nacional.
Sin acuerdo de unidad, la CGT intervino la delegación regional Córdoba
La medida fue rechazada por la CGT Córdoba de Pihen que aseguró que se trató de un acto «premeditado» y sin «ningún motivo justificado». «Son iniciativas de proscripción de dirigentes«, se quejaron.
Lo cierto es que la CGT nacional avanzó de igual manera y concretó la intervención, pese el pedido del grupo de Pihen, con una presentación a la entidad madre con el apoyo de más de 50 organizaciones, por una normalización «en el marco del Estatuto, sin exclusiones, y de no haber acuerdo, a través del voto de las organizaciones sindicales cordobesas».
La designación de la comisión normalizadora
En el acto de designación, Otero respondió al pedido del sector desplazado y destacó que «desde marzo a la fecha, 42 delegaciones regionales fueron normalizadas, sin urnas; a mano alzada y por unanimidad».
Y a su vez, se refirió a las negociaciones previas y aseguró que el sector de Pihen presentó padrones con «25 organizaciones no confederadas», estando estas imposibilitadas para ser parte de las secretarías de conducción, por ende con voz pero sin votos, con lo que bajó al dirigente estatal de la carrera.
Así, los recurrentes ideas y vueltas no dieron frutos y el conflicto derivó en la conformación de la comisión normalizadora vigente, que en parte cuenta con atisbos de conducta hacia el diálogo y la posibilidad nunca desechada de concretar la unión de todo el movimiento obrero. Así lo expresó Emiliano Gramajo, titular de la AOITA y el único de los designados que viene de formar parte de la conducción de la CGT regional, en el marco del acto de designación: «A las partes las tenemos que acercar y hacer la unidad«, concluyó.
La CGT paralela
En diálogo con Mundo Gremial, desde el sector que lidera Pihen manifestaron la presdisposición al diálogo y rechazaron la «exclusión de gente», al tiempo que consideraron que la comisión normalizadora fue «designada a dedo, pusieron a los que buscaban quedarse con la CGT».
Pihen, al frente de un plenario en la casa histórica de la CGT sobre calle Vélez Sarfield
Resumieron: «es muy dificil que se llegue a la unidad», por lo que «seguimos trabajando y vamos a camino a una nueva central, solo tenemos que cambiarle de nombre».
Por lo pronto, el sector de Pihen se reunirá en plenario en las próximas horas, y además de discutir la conformación de la CGT paralela, convocarán a una movilización contra los formadores de precios.