El 2018 no será un año más en la vida del Sindicato del Seguro. Será recordado como los doce meses más convulsionados de los últimos tiempos, producto de las diferencias surgidas entre los dirigentes tras la imputación del secretario general Raúl Martínez por una supuesta defraudación de fondos públicos originados en la obra social del gremio.
Martínez es investigado por un convenio de honorarios realizado con el estudio jurídico de Carlos Miodownick Vera por la suma de 60 millones de dólares estadounidenses, en una causa que avanza en el juzgado federal de la Dra. María Romilda Servini de Cubria.
Mientras tanto, la vida en el sindicato se hace cada vez más virulenta, entre aquellos que sostiene y apoyan a Martínez, como Jorge Sola y Salvador Bianco, cada vez más distanciados, ya que -según señalan desde el sindicato- este último viene pidiendo pista y se anota en la carrera para secretario general.
«Bianco está envalentonado por la elección que se adjudicó en la compañía Sura, con la victoria de Mario Rondón, un supuesto compromiso que deberá verse reflejado en el Congreso Nacional del 29 de noviembre próximo», explicó un representante sindical del Seguro a Mundo Gremial.
Sobre el Congreso, la misma fuente gremial confió que «son muchos los congresales que dudan en asistir o en muchos casos en aprobar el balance y la memoria», por el temor a «quedar «comprometidos judicialmente» en la causa que investiga a Martínez.
En la vereda de enfrente siguen el Adjunto del Seguro, Miguel Méndez, y el secretario de Organización, Luis Berndt, y Marcelo Perea, delegado del poderoso grupo Provincia, que siguen reclamando la responsabilidad política a Martínez.
En ese marco, el miedo a una intervención sigue vigente, por ser el sindicato la institución madres de la obra social cuestionada, como lo anticipó Mundo Gremial en la publicación del pasado 19 de julio.
Fuentes reservados del caso confirman las movidas de Martínez, por medio de su operador judicial, el exsecretario de Culto Santiago de Estrada, para intentar avanzar en una ‘autointervención’ con el objetivo de «ubicar como normalizador a su yerno, el Dr. Bosch, cuyo estudio jurídico se encuentra vinculado a la obra social».
Como si fuera poco, en la última reunión del Consejo Directivo, Martínez abrió un nuevo frente oriental contra la Secretaria de Trabajo de la Nación, ya que le impidió el ingreso a un veedor del organismo, que se había apersonado tras las denuncias de irregularidades y aprietes.
Según cuentan dirigentes presentes en el lugar, el funcionario público fue expulsado «a los gritos y empujones» por el propio secretario de gremiales Jorge Sola, una situación que se extendió a otros delegados presentes en el lugar.
El entrevero del Seguro tendrá más capítulos virulentos de acá a fin de año, en un conflicto que parece tener un final anunciado y con nombre y apellido: Raul Martínez.