Héctor Barba García es abogado laboralista de México con una amplia trayectoria en asesoría sindical, y con participación en destacados hechos trascendentales en la vida gremial del país centroamericano durante la década de los setenta.
Está a Ginebra, Suiza, para participar de la 107° Conferencia Internacional del Trabajo, como delegado de la Confederación Sindical Internacional y en nombre de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).
El licenciado aportará sus conocimientos en materia de relaciones laborales y ofrecerá un análisis y descripción de la difícil situación que atraviesan los trabajadores mexicanos.
«Todo país que requiera progresar tiene primero que aceptar la libertad sindical y la contratación colectiva»
En diálogo con Mundo Gremial, Barba García se refirió al trabajo de la Comisión de Aplicación de Nomas de la Conferencia 2018 y señaló que “siempre habrá disconformidad en la elección de los casos porque la verdad es que la graduación que permite la terminación de los casos no es una graduación que siempre satisfaga a todos”.
“Están tales las cosas del mundo laboral que ya no basta la OIT para los problemas, tendríamos que tener una OIT en cada uno de los continentes y con trabajo permanente, porque el grado de descomposición en las relaciones laborales, el grado de acentuación real de la lucha de clases, es de tal manera que no nos deja espacio para mayor negociación”, sostuvo.
Y agregó: “Es decir son negociaciones donde se pactan las cosas pero se imponen a los hechos, cosas por encima y al margen de los pactos. Entonces ¿qué nos queda? Pelear, pelear y seguir peleando”.
Respecto a la realidad de los obreros mexicanos, el especialista la calificó como “pésima” al destacar que “hoy hay alrededor de 52 millones de mexicanos ocupados y de ellos más de la mitad reciben ingresos por debajo de la línea de la pobreza”.
“Es decir trabajo informal, cero prestaciones, cero organización sindical, contratación colectiva, ¿quien sabe que será eso? Y eso no permite progreso, progreso requiere justicia social. Todo país que requiera progresar tiene primero que aceptar la libertad sindical y la contratación colectiva porque son los instrumentos, son las llaves, las claves del progreso real”, finalizó.