TEXTUALES
Piumato: “La CGT debe ser la custodia de los derechos del trabajador”
En diálogo con Mundo Gremial, el líder de la UEJN habló sobre la actualidad de la Justicia, los intentos de «avasallamiento» por parte del gobierno y las recientes elecciones en el gremio. También dio su visión sobre la CGT y el rearmado de agosto.
Julio Piumato, histórico dirigente sindical de los judiciales, habló con Mundo Gremial luego de triunfar en las elecciones generales de la Unión de Empleados de Justicia de la Nación (UEJN), con un contundente 90% de los votos en todo el país.
La lista Marrón que lideró Piumato obtuvo más de 7600 votos en Capital Federal y en las 14 regionales del interior del país, superando ampliamente a la lista opositora que apenas superó los 1300.
Así, el dirigente afrontará un nuevo mandato al frente del gremio y cumplira más de tres décadas como líder de la organización que en los últimos años enfrentó los “intentos de avasallamiento del poder político” sobre los derechos de los judiciales, según aseguró.
MG: Hay una declaración fuerte de usted marcando que los querían “dividir”, ¿quiénes son esos sectores que los quisieron o los quieren dividir?
Julio Piumato: “Hace ya mucho tiempo, la sensación que tenemos los trabajadores judiciales organizados de la Unión es que somos la principal defensa de los intentos del poder político de avasallar la Justicia. Lo vivimos con el anterior gobierno, el de Cristina, un gobierno que comenzó con una bandera de la independencia judicial con la Corte que determinó Néstor Kirchner, y terminó con el mamarracho de la ‘democratización de la Justicia’ que fue un intento de invadir la Justicia y más perjudicar a los trabajadores, a los jubilados, con las Cámaras de Casación lejos de agilizar era alargar las cuestiones.
Y ahí fue cuando se demostró que los trabajadores tomaron la delantera en la defensa y se encolumnaron todos los sectores, jueces, magistrados, fiscales defensores como también los abogados».
MG: ¿Y con el nuevo gobierno la situación cambió?
JP: “Ahora pasa lo mismo, con toda esta ofensiva, con un Gobierno que el primer año pareció respetar la independencia judicial pero cayó en la tentación que caen todos de tener una Justicia que le responda: hoy hay operadores del gobierno que recorren los pasillos judiciales en la causas más sentidas.
Uno ve que hay una desesperación por que los fallos de la Justicia respondan a las necesidades del gobierno y los fallos de la Justicia tienen que responder las necesidades de la Corte Suprema Nacional y de las leyes fundamentalmente”.
MG: ¿Cuál fue el accionar del gremio en este sentido?
JP: “Nosotros hemos asumido esa defensa, tanto cuando el gobierno planteó el tema del traspaso de la Justicia que es una suerte de ‘desguace’ que no justifica la forma patética en donde funciona la Justicia de la Ciudad donde se maneja un criterio de comiteril no un criterio de Poder Judicial, esto pasa desde que comenzó, no es una responsabilidad propia de este gobierno.
Hay un acuerdo de las distintas fracciones políticas que se mueven para que la Ciudad, para que la justicia, sea prácticamente una torta que dividen de acuerdo a los porcentajes electorales y esto no es un Poder Judicial.
«Los judiciales somos la principal defensa de los intentos de avasallar la Justicia»
Ese traspaso nosotros lo entendíamos inconveniente, porque respondía a una intención de gobierno de garantizarse el traspaso de la justicia penal para garantizar la impunidad de los funcionarios de la Cuidad en el sentido que traspasaban todos los juicios de corrupción de funcionarios donde son ‘victimas’ el gobierno de la Ciudad o el Estado de la Ciudad de Buenos Aires y de los funcionarios que trabajan en él.
Nosotros decimos que se cae en lo mismo, o sea, Cristina quería garantizar la impunidad del Poder Judicial de la Nación, y el PRO quiere empezar garantizando, pensando que es un distrito propio, la Ciudad, y esto no es conveniente para una mejor justicia”.
MG: ¿Y la justicia laboral?
JP: “En el caso de la justicia laboral, nosotros denunciamos que había una intención de la flexibilización de las relaciones laborales vía el traspaso; porque en el Consejo de la Magistratura de la Ciudad es mucho más endeble la situación de los jueces porque son nombrados por simple mayoría y removidos por simple mayoría por lo cual el que no responda a la mayoría de turno se va.
Como gremio a través del CIP, nuestro Centro de Investigaciones y Proyectos en materia de justicia y política de Estado, impulsamos la Federalización del Foro Laboral, porque como es de orden público, tiene que tener carácter federal como lo tiene la hermana República del Brasil por la importancia que tiene las relaciones laborales.
«La única salvación para los trabajadores es un movimiento obrero unido»
También vivimos la ofensiva del Presidente, donde le apuntó al régimen de trabajo de los judiciales pero en el fondo iba muchos más allá de eso, y esto generó una reacción importante, y bueno eso, nosotros tenemos la sensación por un montón de elementos que debilitar al gremio es la forma de debilitar a la Justicia.
Por eso nosotros hablamos de intento de división, nosotros hicimos un llamado a la oposición a confluir en una, porque como digamos, en los postulados en teoría ellos también están en contra de un traspaso no hay una diferencia en la formulación de los reclamos y de los ejes de la defensa de la Justicia; entonces si realmente ellos defienden esos postulados habría que haber hecho una lista de unidad y darnos una mayor fortaleza, pero no quisieron”.
ELECCIÓN Y DEMOCRACIA SINDICAL
MG: Hubo oposición, hubo elección en todos lados… ¿esto ratifica una vida democrática plena dentro del sindicato?
JP: “Sí, nosotros en la discusión tradicional del movimiento obrero sobre modelo sindical discrepamos con los gremios, como por ejemplo con la CTA sobre pluralidad de gremios, eso debilita al trabajador. Nosotros creemos en el sindicato único por rama y eso da fortaleza, con el ingrediente de la democracia sindical donde realmente las dirigencias sindicales respondan al mandato de sus bases, y la mejor forma es que haya democracia sindical.
Nosotros las practicamos, salvo las últimas elecciones, siempre desde que estoy en el gremio tuvimos una, dos y tres listas de oposición, y en esta oportunidad confluyeron todas las listas que eran opositoras, fueron cuatro agrupaciones y armaron un Frente Único, y ahí debatimos con todos los compañeros.
No hay ni una sola impugnación al proceso electoral por parte de la oposición y más incluso nosotros admitimos donde ellos ganaron congresales, como en la Ciudad de Buenos Aires que obtuvieron la minoría de congresales y le dimos uno más de lo que ellos esperaban, eran una fracción de 24 y nosotros le dimos 25, uno más, porque siempre hay que estar a favor de la participación.
Ellos tiene un 9% de los congresales a nivel nacional, y creo que a nosotros nos hizo bien la presencia de una oposición porque si no es como que la gente se relaja, entonces por un lado la provocación que tuvimos por parte de esa ofensiva contra la justicia despertaron a mucha gente, al judicial medio lo despertaron del letargo, se animó mucho más, participó mucho más, y más allá del concluyente resultado, la participación fue masiva de los afiliados en la votación”.
MG: Lleva 27 años al frente del sindicato, ¿qué piensa de la intromisión del Congreso de querer limitar la reelección o la vida interna de un sindicato?
JP: “Las voces que aparecen en el Congreso quieren limitar, condicionar la libertad sindical, eso es lo que se pretende. Porque una organización sindical es una organización libre del pueblo, no es una organización del Estado, está regulada como están reguladas las organizaciones civiles, y reguladas en especial precisamente porque existe la personería gremial específica que regula, por una ley que fue sancionada por unanimidad en la época de Alfonsín. Es decir todos los sectores políticos y todos los sectores gremiales coincidieron en el contenido de esa ley entonces fue importante, no salió por una mayoría circunstancial.
Desde ahí nosotros creemos que no se puede limitar el mandato porque es lo mismo que vos quieras limitar el mandato de un CEO de una empresa, multinacional o cualquier otra empresa, es meterte en un ámbito la cual no le pertenece al Estado, sí le corresponde a los trabajadores: por eso para nosotros es elemento esencial la democracia sindical.
No estamos de acuerdo a la limitación de los mandatos porque incide en la voluntad de los afiliados, porque no es un organismo de orden público, es una organización libre del pueblo, no es lo mismo que un cargo político, un concejal, esos son cargo del Estado, son cargos representativos del conjunto de la comunidad, entonces ahí se pueden poner o no y uno puede estar de acuerdo o no, pero ponerle trabas al recambio o a la continuidad, pero en los sindicatos no. Así no se defiende al trabajador, para defender al trabajador si hay que defender la democracia sindical, los representantes que estén serán los auténticos representantes de sus gremios”.
MG: ¿Cómo se garantiza esa democracia sindical?
JP: «Habría que dar cuenta la actitud que han tenido los ministerios de Trabajo, los sucesivos gobiernos que han incidido o no en la democracia sindical. Los gobiernos hacen como el tero, critican a los gremios porque no se renuevan todo y después terminan favoreciendo la continuidad, estoy hablando de procesos que han sido cuestionados por manipulación del padrón y todas esas cosas.
Planteamos en este caso que la autoridad de aplicación de los procesos electorales sea la justicia electoral, te da hoy mayor garantías de ecuanimidad y la ley debería garantizar lo que está en la ley, la transparencia del proceso, lo que pasa es que muchas veces no se cumple, ni los plazos de presentación de lista ni de padrón, ni todas las garantías digamos que hay que dar para democracia no se cumplen.
En la UEJN desarrollamos el proceso electoral respetando todos los pasos legales y terminamos el proceso sin ninguna impugnación, más allá de las críticas políticas que hacia la oposición en las campañas. Nadie puede cuestionar la transparencia del proceso, y para nosotros es importante porque nos sirve como una forma de credibilidad de nuestros afiliados en su organización, que es un mensaje distinto al que da la opinión pública y además podemos decir que somos representativos de nuestros afiliados y nos están respaldando, aún con errores que pudimos haber cometido en la gestión, porque la democracia sindical no hay que aclamarla sino ejercerla”.
SU AMISTAD CON MOYANO Y EL FUTURO DE LA CGT
MG: ¿Cómo es su relación hoy con Hugo Moyano?
JP: “Es buena, no nos vemos tanto como antes, el hecho de que no represente a Camioneros (en la CGT) es un punto central. Fue Pablo en su momento y ahora es Omar Pérez, ya no nos vemos en la reunión de CGT generalmente y además este último año su responsabilidad en Independiente lo capturó mucho. Sí tengo mucha más charlas telefónicas que personales.
Con Hugo nos une una gran amistad, primero una comunidad muy fuerte que hubo dentro de nuestros gremios desde la década del 90, desde el MTA, que si bien gremios muy diferentes, será que comulgamos los mismos principios y entonces a pesar de la diferencia de la constitución de la gente que esta en Judiciales y Camioneros hubo una empatía muy grande, ya no solo de los dirigentes, si no de los militantes y afiliados, tenemos una trayectoria muy común y eso hizo que generara una amistad importante con Hugo Moyano”.
MG: ¿Fue un error optar por un triunvirato?
JP: “No, para mí no hubo error porque no hubo un dirigente que sintetizara todo, era el único camino. No era lo ideal, lo ideal es una sola cabeza en la representación. Hay veces en que el responsable, la cabeza, tiene que tomar decisiones o su palabra es la que define, porque hay un liderazgo. Pero la realidad del camino sindical, si vamos camino a una unidad, es que no había nadie que sintetice, era imposible, hoy yo lo sigo viendo, no es el triunvirato el que está en crisis, el problema de la CGT no es el triunvirato, el problema de la CGT es que no hay un programa claro de hacia dónde vamos, porque un programa claro te determina que buscamos y obviamente la relación con el Gobierno, esto fue lo que no quedó claro.
«Con un solo secretario general, la crisis de la CGT estallaba igual»
Fundamentalmente el primer tiempo se convivió bien, y creo que a partir del triunfo del gobierno en las últimas elecciones, y ese avance que tuvo el Gobierno o que pretendió avanzar, no respetando los acuerdos previos a las elecciones que tenía con el triunvirato y las promesas que este había hecho, generó una situación y un agravamiento de la situación económica y social de los trabajadores, generando actitudes distintas frente al gobierno, y esto puso en crisis a la CGT, no al triunvirato, porque aunque haya habido un solo secretario general esa crisis hubiera estallado.
Creo que el camino a la unidad después de tanto, de un camino con divisiones, pasa a partir de poner por encima el respeto a la defensa del derecho de los trabajadores. Siempre me acuerdo de Perón cuando declaró los derechos del trabajador dijo claramente que la CGT iba a ser la custodia de esos derechos, era la responsabilidad que le cabía y yo creo que la CGT tiene que hacer eso, ser la custodia de esos derechos, y cuando eso no pasa, cuando no hay convicción en algunos se producen las diferencias”.
MG: Y cómo ves lo que viene…
JP: “Estoy contento con la última reunión, que no sé si el tiempo que pasó o los hechos graves que se produjeron en la política nacional, graves para los trabajadores, para el conjunto de argentinos, ayudó a unarla, en general en el discurso en el diagnóstico nunca hubieron grandes diferencias, sí aparecieron cuando al frente de esto nos preguntamos ‘qué hacemos’.
Es un proceso de maduración, sigo pensando que la única salvación para los trabajadores es que el movimiento obrero esté unido, y que una unidad del movimiento obrero habilita, le da entidad y posibilidades a una reorganización de una alternativa que realmente contemple las aspiración de las mayorías nacionales. Es el elemento que claramente cataliza todas las diferencias que pueden haber en el marco o en la política, porque le da un sentido de pertenencia.
Ya se ha fijado el 22 como fecha del Congreso, tenemos que llegar porque somos los mismos actores los que vamos a asistir, más allá de la división de los cargos, tenemos que llegar con ese programa claro y lo que queremos de inmediato para los trabajadores y la visión que tenemos de la Argentina”.
MG: ¿Quién le gustaría que sea el futuro secretario general de la CGT?
JP: “No, todavía no sé porque no hemos discutido y hay que empezar a hablar, lo que más importa es mantener el sentido de la unidad. Un liderazgo no se hace en un mes, hoy no está quien sintetice todo. Entonces tenemos que ver cómo llegamos a una síntesis que realmente convenza a todos y nos exprese a todos, y después de un liderazgo tan fuerte como fue el de Hugo Moyano, no se encuentra el recambio, si vos ves la historia del movimiento obrero no ha habido muchos líderes que hayan marcado épocas, entonces hoy hay que vivir con eso y con la responsabilidad de una situación donde cada vez el panorama aparece más difícil para los trabajadores activos y pasivos.
MG: Hablaba de ese ejercicio de custodia en la CGT, ¿qué opina de la reforma laboral, los proyectos que presentó el gobierno?
JP: “Es exactamente lo mismo de antes, ya las vivimos. En un primer punto que la flexibilización de la indemnización no favorece la creación de empleo ya la vivimos en los 90, es exactamente lo mismo, el objetivo era generar empleo y no lo generaron.
Uno puede criticar si van a usar la plata del ANSES para reemplazar los aportes o desfinanciar el ANSES para beneficiar a los empresarios morosos en el tema del blanqueo, que es necesario. Nosotros estábamos de acuerdo con ese blanqueo, ahí la CGT hizo concesiones que no perjudicaron al trabajador, en todo caso perjudican al Estado, les dan ventajas a los empresarios en que no paguen todo lo que deben, pero sí se le garantiza que se le reconozca al trabajador el tiempo real en su antigüedad en su empleo, en eso estaba bien.
Las cuestiones de la capacitación se puede entender que está bien en general, no conozco la letra chica. Y después la agencia de salud es importante para los gremios que tiene obra social, porque hoy hay una actitud de atacar el sistema de salud, con nuevas prácticas, hay mucho negocio en la salud y nuevas prácticas que son carísimas, entonces tiene que haber una regulación de qué debe cubrir y qué es lo que pretende esta agencia, qué debe ser dado, cuándo un trasplante tiene que ser dado, algo que marque un rumbo.
Ahora todo esto que metieron que otra vez flexibilizan las relaciones individuales de trabajo, es un tema tremendo porque no estuvo nunca consensuado y es una nueva provocación que genera un marco de conflicto y la desesperación de siempre favorecer a los sectores que no la pasan tan mal, así que totalmente rechazamos esa reforma.
Y lo peor es que hace inviable el diálogo. Hay que preguntarse si el gobierno quiere avanzar en un camino de consenso o es una táctica para buscar el conflicto. Te deja dudando.
Para eliminar la pobreza tenés que dar garantías, más derechos. Esa reforma violenta totalmente la Constitución Nacional, porque violenta los convenios internacionales. Va a ser inconstitucional y cualquier juez lo va a decretar inconstitucional, entonces para qué insistir por ese camino. Uno no lo entiende, salvo que el Gobierno esté recibiendo un mandato externo que lo obligue a hacer esas cosas…
Pero en un momento donde todo el mundo dice que la situación de la Argentina implicaría llevar adelante acuerdos en políticas de Estado, el Gobierno desiste tozudamente, parece que a lo único que le hace caso son a los grandes capitales especulativos y eso no es bueno para Argentina”.