La CTA agrupa a dos millones de afiliados, el sector de Pablo Micheli a un millón y medio de trabajadores, el resto responde a Hugo Yaski.
¿Por qué rompió con Hugo Yaski?
– Por un operativo del kirchnerismo. La legalidad que le da este gobierno a Yaski es un operativo de Tomada, porque él como ministro de Trabajo termina metiéndose en la interna de la CTA, cosa que no tiene permitido por las normas internacionales. Logró que exista el sector de Yaski, minoritario, de «seguidismo» del gobierno.
-¿Cómo es tener al Estado de jefe-patrón?
– Teóricamente es un patrón más sensible que el patrón privado. Pero este gobierno es un patrón bastante autoritario y poco democrático. Los estatales nunca estuvimos tan mal como ahora.
¿Quién se ocupa de los trabajadores en negro?
– Nosotros contenemos dentro de la CTA a los trabajadores en negro, a los precarizados. Acá hay afiliación directa. Es mucho más difícil la pelea por conseguir beneficios para estos trabajadores que para los que están en blanco. Esta es una de las deudas pendientes de este gobierno, y obviamente de este ministro de Trabajo que tiene en su Ministerio, miles de trabajadores en negro.
– ¿Por qué hay tantos problemas con las obras sociales?
– El gobierno está robándole la plata a los trabajadores. El ente recaudador es el Estado, que se retiene lo recaudado. No lo deposita a las obras sociales y se lo queda la superintendencia de Seguros de Salud. Eso es grave porque es jugar con la salud de la gente, de los trabajadores.
-¿Votaría a un Moyano Presidente?
– No [risas], qué sé yo. No lo sé. Por ahí me gustan otros candidatos. Lo votaría a De Gennaro para Presidente. A Moyano lo estoy conociendo, todavía no puedo decir que tenemos una confianza tal para como para que yo diga que sería el Presidente que yo quiero. La verdad que no, todavía no.
– ¿Usted nota una diferencia entre la gestión de Néstor y la gestión de Cristina?
– Sí. En la gestión fundamentalmente, en los gestos, en la actitud de ella. Esta mujer es intratable, intratable. La única vez que estuve frente a ella fue a los pocos días que asumió, en donde tuvo una reunión con la CTA y yo era el adjunto de Yaski. Le planteé que en el INDEC había patotas del gobierno. Me dijo que las patotas eran de ATE. Le dije que no, que me estaba cargando. Terminé discutiendo mal y a partir de ahí empezó a castigar a todos los que estaban en la reunión. A Yaski lo humilló. Fue el preludio de lo que dijera aquél primero de marzo en las aperturas de las Sesiones Extraordinarias del Congreso, cuando le pegó a los docentes, les dijo que eran vagos. Con Néstor Kirchner teníamos diferencias importantes, pero era un tipo con el cual se podía tratar. Con Néstor avanzamos lo que no habíamos avanzado en veinte años.