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ANÁLISIS Y OPINIÓN

Zanarini seguirá al mando de la Superintendencia de Servicios de Salud

Lo ratificó la nueva ministra, Carla Vizzotti, y cuenta con el aval de Ginés González García. Aunque el sindicalismo quiere a alguien de su riñon, prefieren mantener el statu quo ante el posible avance de La Cámpora y el proyecto de reforma de salud.

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El peronismo sabe de lealtades, pero también de traiciones. Por cierto, en esta historia hay lealtades, pero puede haber traiciones. Por un lado, el Superintendente de Servicios de Salud (SSS), Eugenio Zanarini, fue ratificado esta semana en el cargo por la nueva ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti. Aunque la voluntad del funcionario es la de continuar, según supo Mundo Gremial, este martes Zanarini se reunió, en una muestra de lealtad, con su jefe político Ginés González García; quien también le dio la bendición para continuar al mando de la Super. Seguirá.

Se sabe: los sindicalistas siempre fueron refractarios a su designación en ese cargo que maneja el corazón financiero de las obras sociales. No lo sumaban como propio; algo que sí pasaba con quien tenía la camiseta puesta de la CGT en los albores del Gobierno peronista allá por diciembre de 2015: hablamos de David Aruachan, quien fuera el presidente del grupo de Unión Personal-Accord Salud (perteneciente al sindicato de estatales UPCN) y ahora auspicia de Gerente General de la SSS.

El recorrido de Aruachan da cuenta de que entró a la Super en la gestión de Mauricio Macri junto a quien fuera el primer superintendente de Cambiemos, Luis Scervino. Luego continuó bajo la presidencia de Sandro Taricco para luego irse a Accord, bajo la órbita de Andrés Rodríguez.

Claro está los dirigentes sindicales estarían más tranquilos con alguien propio en ese lugar considerando la cada vez más crítica situación de las obras sociales; especialmente con la pandemia del CoVid todavía acechando. Con panorama abierto, algunos sindicalistas pregonan bajarle el pulgar a Zanarini y presionar al Gobierno. Pero otros estrategas sindicales comparten con el albertismo mantener el statu quo a mover el avispero: saben que esa caja la mira con ganas La Cámpora. De hecho, tienen un revival de candidata: Liliana Korenfeld.

Recordar que Korenfeld fue quien manejó la SSS durante el último gobierno de Cristina Kirchner y le puso un freno a las transferencias a las obras sociales en pleno pico de tensión entre la dirigencia sindical y el cristinismo.

Korenfeld sigue en actividad. Actualmente maneja una caja sensible de la política de 2.404.259.060 de pesos según consigna Perfil: se trata de la obra social del Congreso conocida como la Dirección de Ayuda Social del Personal del Congreso de la Nación (DAS). Y otra cuestión más: su jefa política, Cristina Kirchner, ya pidió una reforma al sistema de salud con “una integración de lo público y lo privado para optimizar recursos”; propuesta que provocó un rechazo en el sector empresario y sindical.

Empieza un año electoral plagado de incertidumbre y la salud es una vidriera continua desde que la pandemia se comió al mundo; y la SSS está en el medio del tsunami. Las traiciones, a este statu quo, pueden estar a la vuelta de la esquina.

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