La pandemia de Covid-19 dejó en evidencia los problemas estructurales de los sistemas de salud en el mundo. Hasta los mejores sistema del planeta colapsaron. Esta situación trajo aparejado un fuerte impacto en los trabajadores y trabajadoras del sector.
Un grupo de sociólogas e investigadores analizó en profundidad las problemáticas y consecuencias que causó en el sistema de salud de Argentina, específicamente, sobre el personal no médico de salud.
El informe «Impacto del COVID-19 en la Salud del personal no médico de Salud», realizado con la colaboración de la ATSA (Asociación de Trabajadores de la Sanidad de Argentina) Filial Buenos Aires y la Fundación Friedrich Ebert.
La investigación está orientada a conocer el grado de desgaste físico y burnout del personal de la salud (a excepción de médicas y médicos). Se realizó entre agosto y noviembre de 2020, con el objetivo de identificar el impacto de la pandemia en el comportamiento y condiciones de trabajo y salud de este colectivo laboral.
Los resultados del trabajo fueron presentados este jueves con participación del secretario general de ATSA Buenos Aires y la CGT, Héctor Daer, miembros de la Fundación y representantes del ministerio de Trabajo de la Nación, junto a las investigadoras del proyecto a cargo de Marta Novick.
Agotamiento, stress y pluriempleo
Entre las conclusiones, el informe destaca el papel central de la fuerza de trabajo de la salud, de los equipos de salud, que «no son valorados en la importancia que tienen tanto en la determinación de la calidad de atención como en el accionar en el trato con las y los pacientes y en los resultados epidemiológicos».
Señala también que en esta pandemia fueron denominados “trabajadores esenciales”. Sin embargo, la carga de trabajo y los contagios provocaron una situación compleja y con consecuencias difíciles de prever en caso de una nueva ola, pico epidemiológico o de cualquier otra epidemia o pandemia.
«Un aspecto destacado es el fuerte compromiso y vocación de las trabajadoras y los trabajadores de la salud evidenciado en la defensa a la pertenencia al puesto de trabajo como elemento de identidad personal, por lo que esto hasta podría actuar como una amenaza para el propio trabajador o trabajadora».
Esta “columna vertebral” del sector salud, con alta vocación profesional y de servicio, ha sentido muy fuertemente en sus propios cuerpos, en sus familias y en sus condiciones de salud el impacto de la intensidad de trabajo, la fatiga física y mental, el estrés, producto de las condiciones de trabajo por pandemia, subraya el trabajo.
El panorama -agrega- se agrava en la medida en que se trata de trabajadores y trabajadoras con pluriempleo, rasgo común de este sector que se manifiesta en casi todos los países de la región, tanto en el sector público como en el privado.
En cuanto a los riesgos psicosociales del trabajo, se evidenció la alta prevalencia del estrés y del burnout,
así como de situaciones que demandan un importante compromiso emocional como las de violencia laboral (antes de y durante la pandemia).
Más del 90% de los encuestados y las encuestadas se han contagiado o han tenido colegas con covid. Esto, señalaron las investigadoras, determina que el personal de salud es una población altamente vulnerable sobre la cual deben aplicarse políticas y estrategias destinadas a disminuir el nivel de estrés y burnout.
Algunas medidas en la línea de regular las jornadas de trabajo, vacaciones, o días de descanso y políticas referidas a horas extras, etc., deberían ser puestas en práctica.
«En síntesis, es importante destacar que, de existir un rebrote de esta pandemia, si bien se tendrá más conocimiento del virus y de su comportamiento, el eje del sector, que es su fuerza de trabajo, estará sufriendo las
secuelas del agotamiento físico y psíquico».
El tema de las secuelas fue considerado como «sumamente preocupante pues aún no son debidamente conocidas». La presente investigación da cuenta de dificultades respiratorias de distinta magnitud y síntomas de agotamiento en personal contagiado que se ha reincorporado a los equipos de trabajo.
Expertos en Medicina del Trabajo entrevistados para el informe resaltaron la necesidad de tomar decisiones políticas y de organización del trabajo y destacan que aunque el enfoque principal de los sistemas de atención de la salud es minimizar la transmisión, tratar la infección y salvar vidas, se debe prestar atención al cuidado de la salud del trabajador y la trabajadora de la salud, quienes suelen percibir el riesgo en el caso de que esté en juego la salud y el bienestar de sus familias, por lo cual se transforma en un sector altamente vulnerable.