Turbulencias en Trabajo: Mónica Risotto en la cuerda floja

Mónica Risotto llegó a la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales apadrinada por el taxista Omar Viviani. Su arribo generó el descontento de otros sectores del gremialismo que pugnaban por ese lugar estratégico en la acción del ministerio de Trabajo que conduce Claudio Moroni.

La gestión fue complicada desde el inicio, a través de las designaciones en segundas líneas que dejaron expuestas las debilidades de la funcionaria a la hora de tomar decisiones. Con el correr de los meses le desarmaron el equipo técnico.

Hubo cambios en departamentos clave para el funcionamiento de la Dirección. Sacaron de las primeras líneas a personal de carrera ante una desconcertada Risotto. Hoy hay estructuras acéfalas, sin actividad, como el Departamento de Institucionales. Lo mismo sucedió en Gestión Sindical. Todo quedó a la deriva.

La sombra de Granda

María Granda es la subdirectora de la estructura que encabeza Risotto. Es una funcionaria de carrera, con pasado en el gobierno de Cambiemos, alfil de Miguel de Virgiliis, jefe de gabinete del ministerio.

La labor de Granda durante el macrismo, al frente del Departamento Estructura Sindical, fue muy cuestionada desde el interior del ministerio. Muchos no le conocieron la cara, son pocos los que atestiguan haberlo visto en los pasillos de la cartera. Un despacho vacío durante todo su mandato.

Pero hoy se convirtió en una sombra demasiado grande para Risotto. Su llegada, sin aval de la titular de la Dirección, derivó en cambios que erosionaron el poco poder que pudo tener -o soñó conseguir- la aliada a Viviani en Trabajo.

Lluvia de pedidos sin respuesta

La Dirección de Risotto no funciona. Así lo aseguran numerosos dirigentes sindicales hartados de la falta de respuesta a los pedidos: no salen certificación de autoridades ni inscripciones gremiales. El doble comando resultó problemático y crítico.

La bronca va en aumento y las quejas de pesos pesados (de los que hacen ruido) aumentaron las posibilidades de salida de la funcionaria, que con la inacción afectó el andar dentro del ministerio en el difícil contexto de pandemia.

A esto se suman las denuncias por maltrato que en el último tiempo realizaron los gremios con representatividad en el sector. Desde UPCN fueron contundentes: hablan de desplazos de trabajadores con décadas de servicios en áreas clave, con actitudes «que atentan contra unas condiciones laborales dignas y libres de violencia».

Los experimentados del área comparan la gestión de Risotto, desde lo técnico y por los malos tratos, con el paso por la Dirección de Karina Palacios, la polémica funcionaria de Jorge Triaca.

La salida de Viviani y su posición en el gremialismo dejó frágil a su apadrinada que por estos días tiene las horas contadas en la estratégica Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales.