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Trabajo esclavo: Kosiuko en la mira

La justicia citó a indagatoria a Federico Bonomi, dueño de la firma Kosiuko, y a Marcelo Gallardo, gerente de la empresa sospechados de haber tercerizado la producción en talleres clandestinos.

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El juez Julian Ercolini cito a indagatoria al dueño de la marca Kosiuko, Federico Bonomi, y al gerente de la empresa, Marcelo Gallardo. La firma fue denunciada por Fundación La Alameda por tercerizar su producción en talleres clandestinos.

La causa se origina a partir de una denuncia a Kosiuko en el año 2006 por presunto trabajo esclavo. Tras ser acusada, la empresa le propone a la Fundación La Alameda que lleva adelante una auditoria sobre sus talleres. La fundación acepta pero impone tres condiciones: la auditoria sería gratuita; se llevarían a cabo en lugares neutros; y se presentarían dos testigos ante la sociedad civil, un representante de la Iglesia y un representante de la comunidad judía.

En el marco de estas reuniones, se presentaron distintas pruebas y testimonios, entre ellos el de una pareja de bolivianos que denunciaron haber sido sometidos a aberrantes condiciones de trabajo en un taller ubicado en Crisóstomo Alvarez 391

El titular de la pastoral migratoria, Mario Videla, acreditó ante la justicia que el gerente de Kosiuko, Marcelo Gallardo, había reconocido que las etiquetas encontradas en el taller pertenecían a la firma de Bonomi. Gustavo Vera, miembro de La Alameda,  remarcó “que un cura, de esa autoridad, vaya a Comodoro Py a denunciar con nombre y apellido una marca y a pedir que la procesen no es poca cosa”.

Tras evaluar el expediente, el juez Ercolini citó a indagatoria al titular del taller, Walter Moya y a la presunta intermediaria, Andrea Reparaz Fiori, dejando de lado a la firma Kowsef S.A., usufructuaria de la marca Kosiuko. “

“Fioiri era la titular de la firma Miyagawa S.A., que era el taller registrado, que hacía de pantalla y ocultaba la tercerización con talleres clandestinos, entre otros, el de Moya” explicó Vera a este medio.

La citación no alcanzó a Moya, que no pudo ser localizado y al día de hoy sigue prófugo de la justicia, pero sí a Fiori que se presentó argumentando que solo concurría al taller a dejar restos de tela. En el año 2010, fue absuelta por falta de mérito.

Frente a la absolución, los abogados apelaron la decisión del juez ante la Cámara, que concluyó “no admite discusión que entre fines de 2005 y principios de 2009 existió un vínculo laboral entre Reparaz Fiori y la forma Kowsef S.A.”. De esta manera, consideraron a la mujer responsable del delito de reducción a la servidumbre en grado de partícipe necesaria.

Tras devolver el expediente a Ercolini, la Cámara recomendó que se profundice la investigación para determinar la autenticidad de las etiquetas que llevaban inscriptas el nombre de la marca Kosiuko. Según pudo confirmar La Paco, las pericias dieron positivo.

Cabe aclarar que esta no es la primera vez que la justicia avanza sobre las grandes firmas. El primer antecedente fue el del caso de la marca SOHO, en el que  se citó a indagatoria a la plana mayor de la empresa.

Agencia Paco Urondo

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