Taxistas rechazan ley que los obliga a reemplazar el reloj taxímetro por una tablet

La Asociación Taxistas de Capital (ATC) manifestó su posición respecto a la normativa que aprobó este jueves la Legislatura porteña y que los obliga a reemplazar el tradicional reloj taxímetro por una tablet.

Por ley, todos los taxis de Capital Federal deberán contar de forma obligatoria con al menos una aplicación para celular para que los pasajeros puedan solicitar el viaje por ese medio y además tener habilitado el sistema de pago a través de tarjeta de crédito o débito.

«No nos oponemos a modernizar el servicio, si esa modernidad respeta nuestro trabajo y nuestros ingresos, si no representa una nueva carga sobre nuestra economía», sostuvo el sindicato que conduce Luis Fernández.

Desde el gremio señalaron que «un proyecto de este tipo no puede sacarse a las apuradas, sin debate suficiente con las organizaciones representativas de la actividad, teniendo en cuenta no solo lo escrito sino las consecuencias e interrogantes que se desprenden de la lectura del mismo».

Explicaron que la iniciativa «no incluye cómo se financiarán los cambios que se proponen que quedarán al arbitrio del Ejecutivo aunque se haya hecho correr informalmente un plan de amortización y mantenimiento con valores desproporcionados que implican una verdadera fortuna».

«No es este un dato menor si se entiende la grave crisis que afecta nuestra actividad por la caída de demanda producto de dos factores confluyentes: la crisis económica en curso, que según la propia información oficial se agravará en el próximo semestre con una inflación galopante, con un aumento desmesurado de costos de mantenimiento del servicio y para el sustento de nuestros hogares a lo que se suma el otro factor, cual es la actividad ilegal y clandestina de UBER y otras multinacionales sin una política eficaz del gobierno para terminar con esa competencia desleal», agregaron.

La ATC aseguró que «es claramente injusto y desproporcionado multiplicar medidas de control en una actividad absolutamente regulada, si a la par prácticamente esos controles no existen para un transporte ilegal que se multiplica en la Ciudad».

«La ley abre posibilidades para una concentración de la demanda de los viajes con la penetración de una empresa extranjera que ha actuado, hasta hoy, de manera impúdica en la ilegalidad», concluyeron al manifestar el descontento con la nueva normativa.