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ANÁLISIS Y OPINIÓN

Rechazo gremial al protocolo educativo: de la mera formalidad a la inaplicabilidad

La tensión en el sector educativo quedará expuesta a fin de mes cuando sea convocada la mesa paritaria nacional, que tiene final incierto y reclamos salariales fuertes.

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Hasta que no haya vacuna habrá compatibilidad entre la virtualidad y la presencialidad en el sistema educativo argentino. Varios factores indican que el teletrabajo docente llegó para quedarse: aunque no hay estadísticas y el mapa educativo naufraga si de información oficial hablamos no se sabe cuántos docentes enmarcados en grupos de riesgo no podrán dar más clases hasta encontrarse la vacuna. Lo mismo pasa con los miles de alumnos que son grupo de riesgo por tener enfermedades preexistentes o porque a muchos otros la pobreza los sumió en cuerpos débiles que no podrían sobrevivir al virus.

Tampoco se sabe el nivel de deserción escolar por falta de una computadora, celular o internet para poder recibir la educación a distancia. Solo en Provincia de Buenos Aires (PBA) son miles. “La deserción en algún punto se recupera”, bosquejan desde un gremio. Y explican: “Como no hay trabajo no es que los chicos dejarán de ir a clase cuando vuelvan la presencialidad”. Esto decanta en otro problema: la dualidad “virtualidad presencialidad” implica, por el distanciamiento que impone entre alumnos a la hora de las clases, desdoblar una misma cursada en varios bloques de horarios.

Incógnita: si no hay lugar para todos en la presencialidad, ¿la manera de selección podría ser que aquellos que tengan enfermedades preexistentes sigan recibiendo educación a distancia junto a los que tengan infraestructura para recibirla? ¿Sería discriminatorio? En Ciudad Universitaria es habitual ver un curso de CBC con más de 400 alumnos en un aula. Este cuadro se replica en muchas facultades de la UBA donde no hay infraestructura edilicia que permita un desdoblamiento para mantener el distanciamiento social que propone el protocolo que el ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, presentó esta semana. “El protocolo universitario es inaplicable”, sintetizan desde un gremio universitario.

Otro caso: “En Provincia la virtualidad funciona a los sopapos”, describe Miguel Díaz, secretario general de Udocba. Agrega: “No hay medición seria de cómo estamos parados”.

El protocolo, conocido este jueves, tuvo el aval de todos los ministros provinciales del área que tiene “el objetivo de brindar protocolos y recomendaciones de los ámbitos de la salud, higiene y seguridad e infraestructura escolar”. Sin embargo, desde el lado sindical, en un recorrido de llamados que hizo Mundo Gremial, recibió rechazos por inaplicable. La prensa tradicional lo vio como un avance positivo; acaso por los intereses por reabrir más que por la realidad de su aplicabilidad.

PROTOCOLOS Y RECOMENDACIONES PARA EL REGRESO PRESENCIAL A LAS AULAS by Mundo Gremial on Scribd

Entre sus párrafos se destaca este que deja al desnudo cómo es la realidad: “La Secretaría de Cooperación Educativa y Acciones Prioritarias ha sistematizado los principales protocolos y decisiones institucionales de alcance nacional o regional implementadas por 12 países del Norte con alto grado de desarrollo económico, social y educativo. La principal conclusión de tal estudio preliminar es que resulta mucho más difícil reabrir escuelas que cerrarlas”.

Los países a los que se refieren son: Alemania, Francia, España, Italia, Finlandia, Noruega, Portugal, Israel, Bélgica, Inglaterra, Japón y Corea del Sur. En algún punto se podría decir gracias por hacernos sentir parte del primer mundo, pero cualquiera de esos países está muy lejos de nuestra realidad socio económica y la de la región.

En otra parte del documento, siempre implementando “jornadas escolares con turnos horarios cortos para la atención de distintos grupos en la presencialidad, con espacios temporales intermedios para permitir la higiene y desinfección de las instalaciones, entre el egreso e ingreso de los distintos agrupamientos”, propone:

• Priorizar la sala de 5 años y el primer año de primaria, poniendo el énfasis en la socialización, en la alfabetización básica y la continuidad pedagógica al segundo ciclo de primaria.

• Priorizar el último año del ciclo superior de la educación primaria y el año de ingreso al nivel secundario por la necesidad de dar continuidad a la trayectoria educativa en el cambio de modelo institucional de primaria a secundaria (dificultad de pasaje del interniveles con el primario).

“El protocolo permite ir ordenando el escenario que da la pandemia, pero es insuficiente porque es una letra fría que no condice con la realidad que es bien distinta porque las escuelas no están en condiciones de volver a la presencialidad”, define Sergio Romero, de UDA. Amplia: “La presencia de esta pandemia carece y padece por los distintos gobiernos que no han cumplido con las inversiones que prevé la ley de financiamiento educativo y en esta pandemia quedó a las claras la falta de presencia de los estados nacional y provinciales”. Cierra: “Hemos hecho un relevamiento y podemos decir que ninguna escuela está en condiciones de volver a la presencialidad en lo inmediato más allá del entusiasmo del ministro Trotta que no va con la realidad”.

Completa Díaz de Udocba: “Estamos ante una reforma educativa per sé por la pandemia y con este protocolo se arranca mal; sin ningún compromiso de parte de la Nación. Lo dijo Trotta: no pensemos en el cuándo, sino en el cómo. Bueno pensemos el cómo que es lo que falta”. Explica: “Por ejemplo: no hay recursos humanos por la cantidad de personal de riesgo que hay, tampoco infraestructura y agua potable en las escuelas; tendrían que dar un kit con barbijos y herramientas de higiene personal; además de lavandina y otros artículos de limpieza para las escuelas. Todo esto es un costo muy grande. Y todavía falta que tanto Nación como las Provincias provean notebooks a los docentes y alumnos”, detalla. Y agrega: “¿Vos te imaginás a un trabajador de SMATA que le digan ´traete tu torno para trabajar´? Me pregunto: ¿Por qué los docentes sí tenemos que poner nuestra máquina?”. Esta semana el ministro Trota anunció créditos para docentes que quieran comprar su computadora: “No sé a quién quiere beneficiar con esto, son créditos al 36%”, contraataca Díaz.

Finalmente puntea: “Nuestras aulas promedio son de 30 metros cuadradas y en el protocolo ponen como ejemplo la distribución de 8 chicos por aulas de 49 metros cuadrados, lo que demuestra que están fuera de la realidad; con el agravante de que de los ocho, seis le tienen que dar la espalda al docente”.

En OFF las declaraciones se tornan más directa: van de que “se hizo el protocolo para sacarse el tema de encima” a que “Trotta está preparando su salida para candidatearse para diputado nacional”.

Y otra en OFF: la ministra de Educación de la PBA, Agustina Vila, anduvo de recorrida por los sindicatos para tomar la temperatura sindical. Recibió reveses, incluso de Roberto Baradel, quien se mantiene en un silencio prudencial.

Y una última: a fin de mes se abre la discusión bajo la órbita de paritaria nacional. Los docentes pedirán ajustes salariales y plus por educación online.

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