ANÁLISIS Y OPINIÓN
¿Quedan sindicalistas peronistas en los hechos?
Por Alberto Buela, columnista de Mundo Gremial.
Es un lugar común que el sindicalismo argentino y los sindicalistas son, en su inmensa mayoría peronistas. Y ellos mismos se encargan de declamarlo a los cuatro vientos, pero en los hechos, quedan sindicalistas peronistas. Veamos el siguiente ejemplo.
El diario Clarín publicó día que eligieron al Papa Francisco, el 13/3/13 una nota firmada por Carlos Galván donde se afirma: La CGT que lidera el metalúrgico Antonio Caló empezó a discutir con la Casa Rosada una polémica iniciativa: los gremialistas alineados con la administración kirchnerista pretenden que las obras sociales sindicales dejen de atender a los monotributistas y a los monotributistas sociales. De aprobarse esta propuesta, cinco millones de trabajadores y sus familias se quedarían sin su actual cobertura médica”.
Semejante despropósito, sobre todo por venir de dirigentes y sindicatos que se dicen peronistas, sublevó a más de un secretario general de gremio, pero el que se manifestó en forma explícita y con una carta documento dirigida a la Ministra de Acción Social y a la Superintendente del Servicio de Salud, fue Oscar Silva, el secretario general del sindicato de vendedores ambulantes, afirmando: Repudiamos el hecho de plano ya que parece que hay algunos que creen que hay trabajadores de primera y trabajadores de segunda, y no simplemente trabajadores con derecho a la salud…. Nuestra Obra Social, Osvara, viene atendiendo a estos trabajadores con eficacia y con los recursos económicos actuales, porque la aplicación de los mismos están monitoreados por los propios interesados… Por ello abrimos nuevamente nuestras puertas para que, de ser necesario, recibir a los trabajadores monotributistas y monotributistas sociales para darle la cobertura asistencial y programas de prevención que requieren y merecen.
Comentario:
La pérdida del sentido de la justicia social, bandera principalísima del peronismo en todas sus épocas es, sin dudas, la mayor de las pérdidas que puede sufrir en movimiento obrero organizado. Arriar esa bandera es renegar de la quinta esencia del peronismo.
Pero, qué se destaca de la carta documento comentada, más allá de su denuncia de pérdida del sentido social por parte de algunos gremios que propician semejante disparate. El meollo está cuando afirma los recursos están monitoreados por los propios interesados. Esto es, que las Obras Sociales sindicales deben de estar administradas por los propios sindicatos, por aquello de que el ojo del amo engorda el ganado o aquel otro, el que tiene tienda que la atienda o sinó que la venda.
Cuando se entrega a terceros la administración los costos se multiplican, porque este tercero o administrador, va también prendido en los mayores costos. Y así, por ejemplo, para una uña encarnada se pide y se factura una internación. Además la tercerización de los servicios médicos de las obras sociales sindicales son una fuente principalísima de corrupción, pues en su otorgamiento supone siempre “un retorno” a favor de quien otorga.
Nos congratulamos de tan expeditiva reacción, que sabemos que es compartida por muchos dirigentes sindicales insobornables que aun hoy tenemos.