En un contexto de fricciones políticas acerca de asignación de recursos donde el comercio global es cada vez más competitivo, los puertos se erigen como puntos neurálgicos para el comercio y el desarrollo económico. En Argentina, donde el movimiento de mercaderías juega un rol crucial en el Producto Bruto Interno (PBI), la inversión en infraestructura portuaria no solo es deseable, sino indispensable.
Revisando la bibliografía. El Rol de los Puertos en la Economía Nacional
Los puertos son más que simples puntos de entrada y salida de bienes; son motores de crecimiento económico. Según estudios recientes, una infraestructura portuaria eficiente no solo facilita el comercio internacional, sino que también dinamiza la economía regional, incrementando el PBI y generando empleo. La relación entre el puerto y su hinterland —el área económica que depende de él— es simbiótica: cuanto mejor es el puerto, más prospera la región circundante.
Según la investigación realizada por Schmitt, Imhof y Nechmad (2019), se encontró evidencia de que el comercio efectivamente impacta el crecimiento económico de manera positiva. Su análisis econométrico reveló una relación estadísticamente significativa entre el volumen de comercio y el PIB per cápita, confirmando así la importancia del comercio en el desarrollo económico de las naciones. Estos resultados se alinean con las observaciones de Gnangnon (2018), quien también destacó los beneficios de la liberalización comercial en el crecimiento económico. Además, el estudio se suma al cuerpo de investigación existente, como el trabajo de Makki y Somwaru (2004), que subraya el papel del comercio como un motor del crecimiento. En conjunto, estos hallazgos refuerzan la noción de que la participación en el comercio internacional es un factor clave para impulsar el desarrollo económico y mejorar el bienestar de los países.
En el mismo sentido, la literatura refuerza la idea de que la calidad de la infraestructura portuaria y el rendimiento logístico son factores cruciales para el crecimiento económico de un país, según un estudio de Munim y Schramm (2018). Este estudio encontró que la mejora continua en la calidad de la infraestructura portuaria tiene un impacto positivo significativo en la economía nacional. Además, el rendimiento logístico, que se ve afectado por la calidad de la infraestructura portuaria, también influye en el comercio marítimo de un país.
En particular, para las economías en desarrollo, el comercio marítimo media el impacto de la calidad de la infraestructura portuaria y el rendimiento logístico en el crecimiento económico. Por lo tanto, “los responsables de la formulación de políticas en los países en desarrollo deberían considerar invertir en la mejora de la calidad de la infraestructura portuaria y el rendimiento logístico. Esto es preferible a las inversiones más grandes en la construcción de nuevas infraestructuras físicas (Portugal-Perez y Wilson, 2012).»
En el análisis de Mudronja, Jugović y Škalamera-Alilović (2020) sobre 107 regiones portuarias de la Unión Europea revela que los puertos marítimos tienen un impacto significativo en el crecimiento económico regional. Estos puertos contribuyen directamente al desarrollo económico al reducir los costos de transporte, aumentar la accesibilidad y estimular el comercio. Los resultados subrayan la importancia de la inversión en infraestructura portuaria como un factor clave para el crecimiento sostenible de las economías locales y nacionales (Mudronja et al., 2020).”
Falta de Inversión y Desaceleración Económica
En el estudio titulado “The Impact of Port Performance on Trade: The Case of Selected African States” publicado en MDPI, se dedujo que para el caso Africano, una infraestructura portuaria deficiente y la falta de inversión en los puertos pueden afectar negativamente el rendimiento comercial y, por ende, la actividad económica. Los autores, Ndlendle (2018) y Fugazza y Hofman (2017), destacan que hay numerosos ejemplos donde la falta de modernización y eficiencia en los puertos ha resultado en una disminución en la actividad económica de las ciudades portuarias y sus hinterlands. En particular, la infraestructura portuaria de baja calidad y el mal desempeño logístico pueden limitar el acceso de un país a los mercados globales, disminuyendo así su competitividad económica. La incapacidad de adaptar los puertos a las nuevas tecnologías y a la demanda del comercio internacional puede llevar a una disminución en la participación de mercado y al declive económico en las áreas que dependen de estos puertos.
En el estudio titulado “Kolkata Port: Challenges of Geopolitics and Globalisation” de Subir Bhaumik(2018), se dedujo que la falta de inversión en infraestructura y modernización del puerto de Calcuta ha afectado negativamente la actividad económica de la ciudad y sus alrededores. El puerto, que fue uno de los más importantes de India, ha visto una disminución en su participación de mercado debido a la incapacidad de adaptarse a las demandas del comercio moderno. Este declive ha impactado negativamente no solo al puerto, sino también a la economía de las áreas circundantes que dependen de él. La modernización y la adopción de tecnologías avanzadas son cruciales para que el puerto mantenga su competitividad y contribuya al crecimiento económico de la región.
Argentina y el hinterland portuario: Una Relación Simbiótica con el Puerto
Argentina y, en particular, el hinterland portuario del AMBA, deben su existencia y prosperidad al puerto que ha sido el corazón de su desarrollo económico y social. No es el puerto el que existe por las ciudades, sino las ciudades las que han florecido gracias al puerto. Desde sus inicios, los puertos argentinos han sido la puerta de entrada y salida de bienes, personas e ideas, conectando al país con el resto del mundo y facilitando el crecimiento y la modernización.
La historia de las regiones circundantes está intrínsecamente ligada a su puerto. Las ciudades y áreas económicas crecieron y se desarrollaron alrededor de este punto neurálgico, que ha sido fundamental para su economía y su identidad. La inversión en el puerto no solo es una necesidad económica, sino también un reconocimiento de su papel histórico y su potencial futuro. Negar los recursos necesarios para su modernización es poner en riesgo no solo el puerto, sino también el bienestar y el progreso de toda la región.
Conclusiones
Es de conocimiento público que existe una puja por los recursos del Puerto de Dock Sud. Esta disputa ha generado tensiones y dificultado la aprobación de inversiones privadas cruciales para la modernización y mejora de la infraestructura portuaria. En un momento en que el estado enfrenta una emergencia en sus cuentas públicas, la falta de inversión privada se convierte en un obstáculo significativo para el desarrollo del puerto.
La inversión en infraestructura portuaria es esencial para el crecimiento económico y la competitividad de la región. Los puertos no solo facilitan el comercio internacional, sino que también dinamizan la economía regional, incrementando el PBI y generando empleo. La relación entre el puerto y su hinterland es simbiótica; cuanto mejor es el puerto, más prospera la región circundante.
Negar los recursos necesarios para la modernización del puerto de Dock Sud es poner en riesgo no solo el puerto, sino también el bienestar y el progreso de toda la región. Es crucial que las políticas públicas reconozcan la importancia de los puertos como motores de crecimiento económico y trabajen para facilitar la aprobación de inversiones privadas. Esto no solo beneficiará al puerto, sino que también impulsará el desarrollo económico de toda la región, creando un entorno más competitivo y sostenible para el comercio y la inversión.
