ANÁLISIS Y OPINIÓN
Piumato: “En las paritarias no debe haber piso ni techo”
El dirigente de la CGT Azopardo respaldó las negociaciones salariales semestrales, pero se mostró en contra de que el Gobierno nacional le ponga tope a las paritarias.
El secretario de Derechos Humanos de la CGT Azopardo, Julio Piumato, rechazó que las próximas negociaciones paritarias tengan un techo del 26% y apoyó la posibilidad de reabrir las negociaciones cada seis meses,
«En las paritarias, cada organización resuelve como defiende a los trabajadores. No debe haber ni piso ni techo, porque sino no son paritarias y que los aumentos salgan por decreto», señaló Piumato en diálogo con Radio 10.
Sobre los aumentos y la inflación, el líder de la UEJN recordó que «la remarcación de precios comenzó en el último trimestre, antes de que se fuera el Gobierno anterior», y respaldó la opinión d los «analistas económicos» que «decían que el primer semestre iba a ser muy difícil, y que después se iba a desacelerar al inflación».
«Coincido con (Ezequiel) Sabor, hay que pensar una paritaria semestral porque si una organización hace un acuerdo anual y la desaceleración de precios no se produce, los trabajadores terminan perdiendo como en la guerra», explicó el dirigente sindical.
Al mismo tiempo, Piumato pronosticó: «Si por la proyección que parece, si la inflación continuara todo el año, me parece que no es un momento para que los trabajadores saquen ventaja ante la situación delicada que está el país. Es un año para no ganar pero tampoco perder».
«La mejor forma es semestral porque tiene una visión de lo que pasa en el semestre, y si se desacelera la inflación, en la discusión del segundo semestre, los ajustes tengan que ver con este principio de que los trabajadores no ganen pero que tampoco pierdan frente a la inflación«, añadió.
En referencia a los despidos, el gremialista moyanista sostuvo que «no tenemos denuncias de que haya despidos masivos en el sector privado. Y en el sector público, hay que distinguir bien entre un trabajador que se despide y un ñoqui. Los ñoquis no son trabajadores«.
«Los ñoquis usan la plata del Estado. ¿Y eso quiénes lo saben? Lo sabe cada organización sindical, saben quiénes cumplían su función y quiénes no, y son los primeros que tienen que salir a defender lo suyo», concluyó.