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Pedido de centrales obreras de América Latina ante la OIT

Las centrales obreras de América latina plantearán a los bloques de integración y otros grupos de países, como el G-20, su participación en el proceso de toma de decisiones que afecten el mercado laboral a partir de diferentes situaciones críticas, tanto regionales como externas.

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Los delegados de varias centrales obreras de la región coincidieron, en las reuniones bilaterales que mantuvieron en el marco de la 100ª Conferencia Anual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que se realiza en Ginebra, en plantear a bloques como el Mercosur o el G-20 una participación más activa y vinculante con las decisiones que afecten el campo laboral, según declaró a Télam Hugo Yasky, secretario general de una de las dos conducciones de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA).

«Las centrales sindicales quieren ser de la partida y aportar su visión como trabajadores sobre el momento que se vive», sostuvo el dirigente docente, en relación con el planteo que procuran llevar estas organizaciones a una reunión que mantendrán el 12 de julio en Buenos Aires los ministros de Trabajo del Mercosur y del G-20.

En las reuniones bilaterales que mantuvo la delegación argentina en Ginebra, «otro de los grandes temas fue la repercusión en la región de la crisis global y la situación de los trabajadores de los países en los que supuestamente estaba todo discutido sobre el piso de los derechos sociales», señaló Yasky en referencia a Europa.

«Ahora retroceden y se encuentran con que las recetas que se aplicaban para América latina en el 2000, hoy se instrumentan para ellos. Por eso, en estos momentos es recurrente escuchar la palabra `argentinización` aplicada a la situación en algunas naciones europeas o la referencia a nuestro país durante el estallido social» de 2001, agregó.

En el plano de las problemáticas nacionales de América latina el gremialista puntualizó que los casos más discutidos en las reuniones del área sindical en Ginebra son los de Cuba, Perú, Chile, Brasil y Uruguay.

Uno de los intercambios más fructíferos de la delegación argentina fue el entablado con los dirigentes de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), con el eje puesto en las reformas que aprobó recientemente el Partido Comunista de la isla, máximo órgano de decisión en las políticas de gobierno del país caribeño.

Estas reformas «implican nada más y nada menos que empezar a introducir la actividad privada en la economía» del modelo socialista cubano, «hasta ahora monopolizado por el Estado», resaltó en referencia a la autorización del gobierno de La Habana a nuevos emprendimientos cuentapropistas para paliar la cesantía de 30 mil trabajadores públicos, detalló Yasky.

«En Cuba habrá, en breve, trabajadores de la actividad privada y sus respectivos sindicatos, lo que es inédito para la isla e implicará un gran desafío, por lo que acordamos con la CTC hacer un seminario en los primeros meses de 2012 para enriquecernos, evaluando este proceso cubano y nuestra propia realidad», indicó.

En tanto, la delegación brasileña centra su preocupación en la situación que generan a los trabajadores industriales «las crecientes importaciones del sudeste asiático y de China, y en el impacto negativo en el sector fabril que puedan traer los altos precios de los commodities en una economía con amplia producción de productos primarios», según informó a Télam el secretario general del Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (SUTNA), Pedro Wasiejko.

Por otra parte, Roberto Baradel, secretario general del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA), agregó que la delegación de Brasil planteó en la Comisión de Seguridad Social de la Conferencia, que los empresarios de ese país pretenden que, para los parámetros de la OIT, «ese área quede supeditada a la sustentabilidad fiscal de las naciones».

El rechazo a este planteo fue expresado de manera contundente por el secretario general de la Central Única de Trabajadores de Brasil (CUT), Joao Felicio, con el acompañamiento de la delegación de Nicaragua y de Argentina, con el argumento de que esta pretensión «es una cuestión a la medida de lo que sucede en Europa, es decir, bajar los pisos y los niveles de seguridad social», añadió el docente bonaerense.

Uno de los temas más ríspidos desde que comenzaron el 1 de junio los trabajos en comisiones, se presentó en la de Aplicación de Normas y Recomendaciones, que es la encargada de establecer sanciones a los países que no cumplen con la normativa de la OIT.

Yasky explicó que allí la delegación empresaria de Uruguay planteó que se considere como «ataques a la libre empresa, como restricciones para disponer del personal y de regular sus inversiones» a las leyes de protección contra el despido sin causa que garantiza la práctica sindical, aprobadas por el gobierno de José Mujica con apoyo de la central obrera PIT-CNT, planteo que fue aceptado hoy por la comisión.

Mientras tanto, fue desestimado el reclamo de los trabajadores de Colombia para que se sancione a ese país por los actos violentos contra dirigentes gremiales, que en algunos casos incluyen asesinatos.

«Incluir a Uruguay en las recomendaciones para sanciones establece una terrible asimetría al haber excluido a Colombia, cuando hace dos días en la OIT se denunció el asesinato de otros dos dirigentes sindicales», calificó Yasky.

Otro tema que preocupa es el marco represivo en el caso de Honduras, donde «hubo asesinatos en marchas y donde las organizaciones gremiales son hostigadas a través del bloqueo de recursos, persecución a los dirigentes y trabas a la libre acción sindical», agregó el titular de una de las dos CTA.

«Todo esto llevó a construir en la Conferencia un frente muy firme y solidario entre las delegaciones de Europa, América latina y el Caribe, que tienen claro que persisten los graves problemas de represión al movimiento sindical, lo que pone a prueba la consistencia de estos debates» porque «una cosa es sacar documentos y recomendaciones y otra muy distinta es que después esas cuestiones se conviertan en políticas reales», criticó.

Por otra parte, Wasiejko -secretario adjunto de la CTA sector Yasky- resaltó que la principal preocupación de la dirigencia sindical de Chile es la política del Ministerio de Educación, que «intenta una revisión de todo el sistema educativo».

Según la central obrera chilena, esta reforma «implica derogar la estabilidad de los docentes, introducir la posibilidad de que el personal directivo pueda dejar prescindible a una parte de los trabajadores, aplicar un sistema de premios y castigos en las escuelas, hacer depender el financiamiento de un ranking de los establecimientos educativos y avanzar hacia un esquema de privatización mucho más frontal que el actual», explicó el líder del gremio del neumático.

Por último, Wasiejko indicó que existía al comienzo de la Conferencia el temor de los dirigentes sindicales peruanos sobre un eventual triunfo en el balotaje del domingo de la candidata derechista Keiko Fujimori, por «la visión que tienen gobiernos de ese signo ideológico, de firmar un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos y otras potencias, y de generar políticas que provocan la disminución de la seguridad social».

El triunfo del candidato nacionalista Ollanta Humala «empieza a marcar otro tiempo, porque se veía como un eje de derecha a Perú, Colombia y Chile. Ahora, con esa victoria electoral cambia el escenario y se genera una expectativa muy interesante para el futuro de Latinoamérica», señaló.

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