ANÁLISIS Y OPINIÓN

Paritarias 2012. Se firmó el primer acuerdo.

Esta semana, el pasado martes 24, la Federación gremial y los industriales aceiteros firmaron el primer acuerdo paritario, salarial, del año.

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Mientras los gobiernos europeos aplican los más terribles ajustes neoliberales:  despidos masivos, flexibilización laboral, baja de jubilaciones y pensiones, congelamiento de salarios, entre otras, que inexorablemente derivarán en mayor desempleo y una mayor crisis social,  en la Argentina ha comenzado una nueva ronda paritaria

Se mantiene así, vigente y activa, la serie de negociaciones colectivas anuales y contínuas mas prolongada de la historia laboral argentina, iniciada en 2003 durante la presidencia de Néstor Kirchner .

Después de varias semanas de negociaciones, la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso firmó con las tres cámaras empresarias de la actividad un incremento salarial de 24% a partir de enero, lo que lleva el sueldo mínimo del sector a $ 6.200.- (Anteriormente era de $ 5.000.-)

El convenio, suscripto por la federación gremial y los representantes de Ciara, Ciavec (aceites vegetales) y Carbio (biocombustibles) en la sede del Ministerio de Trabajo, fija un aumento de 20% desde enero, a lo que se agrega una suma fija no remunerativa de $ 200 mensuales, que representa una mejora adicional de 4% en los ingresos de unos 15.000 operarios de la actividad. Esa suma se incorporará a los salarios en dos tramos, en julio y octubre próximos. Además, el acuerdo establece un premio anual por única vez de $ 4.600, que se liquidará con los salarios de enero.

A titulo ilustrativo cabe señalar que a la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) pertenecen las siguentes empresas: Aceitera General Deheza SA.; Cargill SA.;  Bunge Arg SA.; Los Grobo Agropecuaria SA.; Agricultores Federados Argentinos Soc Coop Ltda (vinculada a la Federación Agraria Argentina (FAA); y ADECO Agropecuaria SA.; entre otras.

Otro dato importante es que el acuerdo firmado ayer en la cartera laboral establece la denominada «cláusula gatillo», que habilita la posibilidad de que la comisión salarial permanente que integra el convenio aceitero pueda revisar el aumento si éste queda licuado por una suba mayor en los precios.

La paritaria aceitera terminó de resolverse tras varias semanas de discusiones y en medio de un quite de colaboración dispuesto el viernes pasado por la conducción sindical para apurar la definición del aumento.

El acuerdo se suscribió a través de dos actas: en una de ellas se estableció el aumento remunerativo punta a punta del 20% y en la otra se incorporó la suma fija de $ 200. Además de la categoría inicial, que pasó de $ 5.000 a $ 6.200, con el nuevo aumento el resto de las categorías del convenio se elevaron de $ 5.375 a $ 6.650 (escalafón B), de $ 5.833 a $ 7.215 (escalafón C) y de $ 6.319 a $ 7.816 (escalafón D).

El incremento finalmente consensuado se ubicó apenas por debajo del reclamo inicial del gremio, que había solicitado al sector empresario una suba de 26%, que implicaba elevar de $ 5.000 a $ 6.315 el sueldo inicial del sector, en base al valor de una canasta básica de bienes y servicios calculada por la Escuela de Estadística de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario.

Sintonía fina.  La Presidenta de la Nación dijo, y más importante aún, nadie la ha desmentido, que las utilidades de las empresas en la Argentina son las más altas del mundo. Y si hay un caso que claramente demuestra esto es el de la industria aceitera, que incluye la producción de biocombustibles.El estudio de los balances contables de las empresas de la industria aceitera  muestra que en 2010 incrementaron sus ventas en un 39 % respecto de 2009 y las utilidades de las compañías fueron 3,3 veces más altas en el año 2010 que en el año 2009, lo que representa que el crecimiento de las utilidades en 2010 fue del 232 %. Otro tanto se estima para los balances de 2011.Además,  el costo laboral que tiene esta actividad y por el cual las patronales pretenden segmentar los salarios entre empresas “chicas” y “grandes” demuestra que no existía argumento, ni impedimento alguno para  pagar un salario inicial como el que finalmente se acordó, equivalente a dos veces y media mas que SMVM vigente ($ 2.300.-).

El impacto del incremento salarial solicitado implica una reducción aproximada del 7 % en la ganancia final de las empresas. Por supuesto, en el caso de que las ventas se hayan incrementado durante el transcurso del año —como las distintas estimaciones indican— las utilidades netas de las empresas no sólo no se verán afectadas, sino que será aún mayor que las de años anteriores, apropiándose así las patronales de los incrementos de la productividad.

¿Cuál es entonces la tasa de ganancia de todas las empresas en la Argentina? Ese dato es el que, no casualmente, falta o no se profundiza en la discusión general. Y falta porque de conocerse quedaría demostrado que ninguna empresa cerraría sus puertas por pagar salarios a los niveles necesarios de acuerdo al principio constitucional del mínimo vital y móvil, y ninguna empresa necesariamente debería trasladar a los precios de sus productos el impacto de una suba general de los salarios que incrementen considerablemente el mercado interno.Una última reflexión: ni el sindicato ni las empresas propusieron incorporar al temario de la negociación el derecho constitucional de los trabajadores a la participación en las ganancias de las empresas. Se perdió una buena oportunidad, dadas las características de la  evolución económica y las crecientes utilidades de la industria aceitera, este podría haber sido un excelente caso testigo.

Fuentes: El Cronista, Infobae, Clarín, La Nación, SEL Consultores, MTySS.

 

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