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ANÁLISIS Y OPINIÓN

«Nuestra postura sobre el nuevo régimen del trabajo agrario»

Postura del Diputado Mouillerón sobre el trabajo agrario en la Sesión extraordinaria del 15 de diciembre de 2011

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Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Tiene la palabra el señor diputado por Buenos Aires.

Sr. Mouillerón.- Señora presidenta: en realidad es cierto y lamentable que a esta altura de la madrugada, casi entre gallos y medianoche –aunque de gallos nos queda poco a esta hora y la medianoche ya está avanzada; estamos entrando de verdad en la madrugada‑, vengamos a tratar una de las leyes más importantes que hacen a las relaciones laborales que haya tratado este Congreso, sobre todo en estos últimos tiempos. Dos leyes fundamentales llegaron por pedido y presentación de distintos diputados, pero también reconocemos que el Poder Ejecutivo hizo llegar a este cuerpo el pedido de que tratemos estos temas.

El primer proyecto que abordamos, a requerimiento especial de la señora presidenta, fue el referido a la ley de trabajadores de casas de familia, o la llamada ley de trabajadores o empleados domésticos. Creo que después de mucho tiempo de análisis, de larga discusión y muchísima paciencia, y gracias también a la conducción de la Comisión de Legislación del Trabajo por parte del doctor Recalde, logramos que este cuerpo aprobara por unanimidad una ley de esa naturaleza y tan contradictoria, atendiendo más de diez proyectos que se encontraban en la casa.

Es lamentable la suerte que corrió esa ley cuyo tratamiento había solicitado la presidenta que se hiciera con premura y que muchos de nosotros nos esforzamos para que, de una buena vez y después de muchísimos años de su no tratamiento en esta Cámara, se lograra esa posibilidad cierta para que los trabajadores domésticos tuvieran la ley que los protegiera en sus derechos. Ese proyecto hoy duerme, después de ocho meses, en el Senado. Fue votado en general y a partir de esa votación se paró la ley.

Yo me pregunto: ¿no nos pasará lo mismo con este proyecto que estamos tratando esta noche, por votarlo un poco de atropellados y revoleando el poncho? Porque yo creo –lo dije en la reunión de comisión‑ que si nos hubiéramos tomado unos días más, dentro de la propia convocatoria a sesiones extraordinaria seguramente habríamos encontrado una solución para aunar los criterios. El proyecto que patrociné junto con otros compañeros diputados no es una iniciativa personal sino que tiene el consenso de la representación de los trabajadores y de la representación de los empleadores de trabajadores rurales, algo que acá todavía no se ha dicho.

El proyecto que presentamos viene acompañado por la firma de las instituciones del campo, pero como si esto fuera poco, en la última reunión de comisión en la que tratamos estas iniciativas ‑y nos trazamos un camino para llegar a una conclusión definitiva‑ a pedido de la UATRE convocamos al gremio para que viniera a dar sus explicaciones sobre el proyecto;  además, se convocó a todas las instituciones del campo, las que estaban de acuerdo con el proyecto que patrocinamos y también las que estaban de acuerdo inicialmente con el proyecto que elevó el Poder Ejecutivo. También vinieron otras representaciones gremiales, aunque en verdad no estaban los trabajadores. Vino algún abogado del gremio de la fruta a plantear algún grado de disidencia.

Más allá del avance, porque la norma estaba analizada en más de un 60 por ciento, ese día las instituciones, incluida la CAME, que de alguna manera venía a apoyar el proyecto del Poder Ejecutivo, dieron las razones suficientes para respaldar el proyecto que hoy venimos a defender a través del dictamen de comisión.

Tal como dije, este proyecto no es personal, sino que es una iniciativa que se viene impulsando en nuestro país a partir del año 1995. Si en algo me siento involucrado es porque durante mucho tiempo formé parte del staff de funcionarios del hoy Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires.

A instancias en aquel entonces del ministro Díaz Bancalari empezamos a trabajar de manera mancomunada con el gremio para lograr luego de una larga lucha la libreta de trabajo y el Renatre.

En 1995 se presentó un proyecto que cayó y se volvió a presentar en el 97. Finalmente, en el año 99 se votó. El proyecto fue girado al Senado y debió ser convalidado por los dos tercios de este recinto para que finalmente pudiera convertirse en ley. Estoy seguro de que muchos de los diputados que aquí están trataron esa ley y la votaron favorablemente. Estoy seguro de que la bancada oficialista aportó para formar los dos tercios que hacían falta para la aprobación de la ley. Seguramente en ese entonces estaba la señora presidenta sentada en este recinto.

Este proyecto viene siendo trabajado desde hace muchísimos años. Una ley de la complejidad que tiene esta, que da los derechos a los trabajadores rurales, no es una ley sencilla. Efectivamente, el trabajo rural tiene muchas particularidades, como aquí se ha señalado, y una ley por sí sola no funciona si después no se la acompaña con organismos, con espacios de trabajo que puedan hacerla cumplir. Y esto se da mucho más con los trabajadores rurales.

Ustedes saben que son una masa de trabajadores diseminados por el país, y no sucede como en otras asociaciones gremiales, donde los trabajadores están concentrados. Además hay una diversidad de tareas que hace que la complejidad sea mucho mayor.

La ley que finalmente dio lugar a la creación del Renatre fue todo un acierto. Tan así es que yo participé de la reunión de la OIT ‑que presidía un señor que nos acompañó el día sábado en el momento en que juraba la presidenta, que es el secretario general de la OIT‑ que resaltó que esta posibilidad que se daba en Argentina merecía ser copiada por los países más avanzados.

Creo que eso le ha valido al actual secretario de la UATRE tener también un reconocimiento de tipo internacional al frente de los trabajadores rurales.

Quiere decir que tan mal no se hicieron las cosas. Fui cuatro años presidente del Consejo Federal, acompañando al doctor Tomada y a Noemí Rial. En definitiva, acompañando a Néstor Kirchner. Si había algo permanente dentro del temario de las reuniones del Consejo Federal era, precisamente, la discusión de cómo hacer para implementar con mayor acierto el funcionamiento del Renatre y la aplicación de las normas que se iban dictando a través del funcionamiento de la Comisión Nacional del Trabajo Agrario y de la Comisión Nacional de Trabajadores Rurales.

Más allá de que disentimos en algunos aspectos, obviamente que en términos generales tanto el proyecto que envía el Poder Ejecutivo como el que nosotros patrocinamos –que es esa iniciativa que digo que está apoyada por el conjunto de los trabajadores y los empleadores-, lo que ambas iniciativas hacen es incorporar un gran paraguas, que es la Ley de Contrato de Trabajo.

Pero todas las particularidades de este proyecto de ley, tal como señaló el doctor Pais, son ni más ni menos que las resoluciones que tomó la Comisión Nacional de Trabajo Agrario y que ahora se las lleva al rango de ley. Bienvenido sea. Nosotros vamos a estar de acuerdo.

A diferencia del proyecto que envió el Poder Ejecutivo, esta iniciativa tiene consenso de las instituciones representativas de los trabajadores del campo y de los empleadores de los trabajadores del campo, y se diferencia en algunas cosas que yo voy a particularizar. No lo haré en demasía porque no tenemos mucho tiempo y, en segundo lugar, porque voy a insertar en el Diario de Sesiones una fundamentación más acabada, artículo por artículo, donde los señores diputados van a poder observar que hay amplias coincidencias con el proyecto del Poder Ejecutivo.

Me voy a referir a tres temas centrales que, para mí, son los que están en discusión. Por eso, en la comisión pedí un plazo de 48 o 72 horas, o dos a cinco días, en el marco de esta convocatoria a sesiones extraordinarias, para tratar esta iniciativa. No estoy pidiendo que es trate en enero, febrero o marzo, sino que solicito que lo tratemos con celeridad. Estoy buscando un espacio para acordar, porque las diferencias, a mi criterio, no son muchas.

Sí nos diferenciamos en lo que significa la aplicación de la ley que pretende el Poder Ejecutivo y la que nosotros patrocinamos en el ámbito de aplicación.

El Poder Ejecutivo instala un criterio geográfico para la aplicación de la ley y determina cuál es el ámbito rural, aspecto con el que nosotros no estamos de acuerdo; después voy a explicitar por qué. En cambio, nuestra iniciativa lo hace a través de la naturaleza de la actividad tal cual hoy está funcionando. Cuando digo que es equivocado el criterio geográfico para establecer el ámbito de aplicación. Lo hago porque establece que trabajadores rurales son aquellos que trabajan donde hay campo, pasto, alambrado, tranquera, etcétera. Cuando nos empezamos a aproximar a un pueblo las actividades empiezan a reducirse y, a partir de ahí, si empezamos a aplicar este criterio, vamos a atomizar la representación de los trabajadores en tantos gremios que se va a debilitar la defensa de dichos trabajadores.

Por eso, nosotros sostenemos que la actividad del trabajo agrario se debe definir, precisamente, por su naturaleza. Aquí creo que reside una de las principales diferencias.

La segunda es el tema de la bolsa de trabajadores rurales. Hoy el Poder Ejecutivo intenta dejar de lado lo que sería una suerte de oficina de empleo, donde se iría a buscar a los trabajadores rurales cuando el empleador necesite de ellos.

Pido disculpas a mis compañeros peronistas, pero me parece que se están equivocando en este sentido, porque si hay algo que es esencial dentro del gremio de los trabajadores rurales es la bolsa de trabajo. Yo contaba a algunos de mis compañeros que mi padre era un trabajador rural y, aunque era un niño, recuerdo cómo lo venían a convocar para el trabajo. Él era apenas un domador de caballos de tiro, que eran los que se preparaban no para una doma sino para tirar del arado, las rastras, la sembradora, etcétera. Era un amansador de caballos, así que lo venían a convocar. Por lo tanto, sé cuál era el criterio de búsqueda.

¿Saben dónde se buscaba a los trabajadores rurales? En la orilla de los pueblos y en los boliches. ¿Saben con qué facilidad los iban a buscar y se los llevaban para luego pagarles lo que se les ocurriera? En esto también coincido con el señor diputado Pais, porque fue el general Perón quien vino a ordenar toda esta situación.

Por otro lado, quisiera contarles algo, no ya sobre mi padre sino sobre un gallego que había escapado de la Guerra Civil Española. Era un anarquista que andaba recorriendo las estancias por Tandil, cazando pajaritos y comprando gallos viejos. Lo hacía con el único objetivo de poder entrar a las estancias y registrar a los trabajadores, con lo cual en el momento en que entró en vigencia la ley impulsada por Perón este gallego anarquista –bastante ligero y gremialista‑ ya contaba con un listado de trabajadores como para empezar a ejercitar el derecho que les correspondía.

Digo estas cosas para que sepamos que el tema de la bolsa de trabajo no es, como muchos dicen, un ámbito en el que el gremio hace y deshace lo que quiere e impone sus condiciones. Podrá haber alguna picardía, como ocurre en toda actividad –incluso en esta propia Cámara‑, pero no más que eso. En definitiva, lo que consigue el gremio al ejercer el control es que el trabajador cobre en blanco, como corresponde, y esté protegido por lo que hoy es el Renatre, a través de la obra social y todo lo que necesita un trabajador a destajo o de temporada, que fueron más descuidados en lo que hace a sus derechos.

Por lo tanto, no estamos de acuerdo con que se deje de lado al Renatre, inventando una Renatea que es una mala copia de este sistema, que a su vez desplaza el auténtico tripartismo, que en su momento fue elogiado por la Organización Internacional del Trabajo y que hoy forma parte de la constitución de ese organismo. Digo esto porque en él hay cuatro representantes de los trabajadores rurales –uno por cada una de las entidades representativas de los empleadores del campo‑ y dos síndicos que designa el gobierno a través del Ministerio de Trabajo, encargados de controlar al Renatre. Esto permite que los trabajadores desocupados cobren un fondo de desempleo, el doble de lo que cobra cualquier otro trabajador.  Cuando hoy un trabajador desocupado cobra un fondo de 480 pesos, el Renatre paga 960 pesos. Quiere decir que tan mal no anda el Renatre y la finalidad para la que se creó la está cumpliendo holgadamente.  Además está la capacitación del trabajador y obviamente debo decirlo no lo hace solo, generalmente lo hace por convenio, con otras instituciones, con el propio Ministerio de Trabajo, con el Ministerio de Trabajo de las provincias y demás.

Así que también nosotros en ese sentido no vamos a estar de acuerdo con que se deje de lado al Renatre para convertirse en una Renatea, porque en definitiva –algunos hablan de que ésa es la caja‑ a lo mejor si la caja la manejan unos ponen el grito en el cielo, pero si la va a manejar el Estado pareciera que va a funcionar mucho mejor.

Yo estoy convencido de que las cosas funcionan mejor cuando las tres partes son las que acuerdan para el cumplimiento de la normativa, que es el propio RENATRE establecido y el contralor del Estado.

Dado que me queda poco tiempo, puedo decir que vamos a votar en general -nuestro bloque de Unión Peronista- en contra de la ley y lo vamos a hacer porque el espíritu de la ley contradice y deja de lado conquistas que costaron muchísima sangre a los trabajadores rurales, desde el gallego Soto y hasta Facón Grande, muchos dejaron su vida en aras de esas conquistas.

Por lo tanto, reitero que vamos a votar en general en contra porque entendemos que esta ley es menos beneficiosa que la que estábamos planteando.  De todas maneras, como estoy seguro de que va a tener suficiente aprobación el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo, durante el tratamiento en particular vamos a votar en contra de los artículos que hablan de estos tres institutos a los que hice mención, o sea el ámbito de aplicación, la bolsa para los trabajadores y el RENATRE. En esos artículos vamos a reafirmar el voto negativo y en el resto, que son más o menos unos 100 artículos más, los vamos a acompañar porque los artículos son precisamente los que tienen que ver con la aplicación de la ley de contrato de trabajo y la aplicación de resoluciones establecidas ya no por una gracia de este gobierno sino por el trabajo también tripartito de la Comisión Nacional de Trabajo Agrario.

Permítaseme un segundo más para decirles que esta ley trae igual beneficio.

Sra. Presidenta (Abdala de Matarazzo).- Se ha acabado su tiempo, señor diputado.

Sr. Mouillerón.- Señora presidenta: en este proyecto de ley lamentablemente subyace un espíritu de revancha hacia alguien que conduce este gremio, por la manera que lo viene conduciendo.  Debo decir a mis compañeros que muchos de ellos son más amigos que yo, que se sacaron muchas más fotos y tuvieron muchos más abrazos que yo, que me parece que se están equivocando cuando dejan de lado o insisten a través de la ley, apretando a alguien que por ahí a lo mejor desde el punto de vista político no coincide con el oficialismo, es decir, se le está haciendo casi la vida imposible.

– Ocupa la Presidencia el señor presidente de la Honorable Cámara, don Julián Andrés Domínguez.

Sr. Presidente (Domínguez).- Ha vencido su tiempo, señor diputado.

Sr. Mouillerón.- Además, quiero decir que esta ley no va a subsanar el problema de los trabajadores sin registrar, porque aquí se ha dicho, incluso lo dijo la propia presidenta, que el RENATRE es el que tiene que registrar a los trabajadores, y el registro de los trabajadores así como el control de los trabajadores sin registro es potestad del Ministerio de Trabajo y no de la Nación, sino de las provincias que nunca delegaron la facultad efectiva.

Sí es cierto que se han hecho convenios para atender esa particularidad, pero es una responsabilidad de ese organismo y no del RENATRE.  (Aplausos.)

 

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