ANÁLISIS Y OPINIÓN
Moyano y la claridad ideológica (sólo para sindicalistas)
Por Alberto Buela, columnista de Mundo Gremial.
Es sabido que el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, no es pájaro de devoción para muchos sindicalistas, sobretodo por su ambición en los problemas que surgen por el encuadramiento sindical con otros gremios.
Pero lo que acaba de producir hace unos días nomás afirmando públicamente: “Ahora parece que están todos apurados para que la CGT haga un paro, vamos a definir una medida de fuerza cuando sea adecuado, las condiciones para eso las fijarán los trabajadores, no el periodismo ni los opinólogos”, muestra una claridad ideológica que no tienen dirigentes de otros sectores de la sociedad argentina.
Moyano puso el dedo en la llaga de lo que sucede hoy política, social y culturalmente en nuestro país, donde los medios masivos de comunicación y sus voceros, los periodistas, hacen los discursos políticos y fijan la agenda social.
Es que los partidos políticos han cedido a los medios la hechura de sus discursos, no tienen un discurso político propio sino el generado por los grandes mass media. Esto no es una particularidad argentina sino que, mutatis mutandi, sucede en todo el mundo.
Así, Macri en Argentina y Temer en Brasil ceden la decisión política al juridismo exigido e instalado por los analfabetos locuaces, esto es, los periodistas. Es que ambos forman parte de una decisión internacional, tomada detrás de los bastidores, que viene a licuar la idea de soberanía. Pues nada más servil a dicho orden que la justicia de las menguadas democracias iberoamericanas.
En el caso de Argentina se ve también en la cultura, donde este nuevo gobierno de millonarios y tecnócratas cedió el manejo de los órganos e instituciones culturales al progresismo ya instalado desde el gobierno anterior. Lo que muestra la vigencia cultural de un pensamiento único y políticamente correcto.
Pero también esto sucede con la Iglesia, que a fuerza de no aparecer como reactiva, esto es, que reacciona ante las agresiones que sufre, ej. le defecaron en los templos, aplaude que el Papa reciba a Bonafini.
Ningún pensador, ningún político, ningún obispo argentino levantó la voz diciendo: Vamos a definir nuestra posición a partir de una decisión nuestra y nos negamos a tomar una prestada. Esto fue lo que dijo Moyano, para orgullo del movimiento obrero organizado. Y así se alzó como el único dirigente de peso que piensa con cabeza propia.
Por todo esto vemos que el lugar más adecuado para dar la batalla ideológica es el movimiento obrero y sus CGT .
buela.alberto@gmail.com