ANÁLISIS Y OPINIÓN

Moroni, el hombre de Alberto Fernández para Trabajo

Es el nombre elegido para liderar un ministerio que será clave en un potencial gobierno albertista. La CGT, a un paso de la reunificación, con Todos.

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El contundente triunfo de Alberto Fernández en las PASO no sólo modificó las estrategias del oficialismo, sino que causó un sacudón entre los líderes cegetistas que se vieron obligados a acelerar el proceso de unidad en la central.

La sede de UPCN fue el escenario elegido para debatir el futuro inmediato de la CGT y recibir con brazos abiertos a los pesos pesados que dieron un portazo ante la creación del triunvirato Schmid-Daer-Acuña.

El nombre más importante que sellará su vuelta es Hugo Moyano. El camionero fue uno de los invitados a la cumbre de este martes, en la que participaron los popes de la central y donde se comenzó a gestar un adelantamiento de la reunificación.

El preacuerdo para acelerar la unidad total del movimiento obrero es un hecho entre los sectores. Así quedó sentenciado con el adjunto de la CGT Andrés Rodríguez como anfitrión.

Hay una voluntad de la primera línea, del moyanismo y parte de la Corriente Federal de Sergio Palazzo. Pero eso se volvería endeble si no existiera un pedido expreso del albertismo pensando ya en el futuro gobierno.

La intención del líder de Todos es avanzar y generar una interlocución unificada con los dirigentes sindicales ante un 2020 poco alentador en materia económica y con conflictos -que se buscarán amortiguar- en puerta.

Pero la idea de adelantar el proceso de unidad tiene una marcada relación con el armado del nuevo ministerio de Trabajo, una cartera que volverá a ganar trascendencia luego de la degradación sufrida durante el macrismo.

La conformación del nuevo gabinete laboral será consensuada con los gremios. Eso también es un acuerdo, un hecho. Y en ese contexto, comenzó la danza de nombres.

Los que pican en punta son dos: Nicolás Trotta, rector de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) y vinculado a Víctor San María, ambos cercanos a Alberto Fernández.

El otro apuntado, y tal vez con mayor fuerza por estas horas, es Claudio Moroni, un hombre puro del albertismo con pasado en la Superintendencia de Seguros durante los 90 -reemplazo al propio Fernández en ese cargo-, y en el máximo cargo de la Anses y la AFIP.

La unidad de CGT y el armado de la gestión en Trabajo no se pueden diagramar por separado. Son parte de un acuerdo común para comenzar a aceitar una relación confiable que otorgue tranquilidad y pasos firmes durante los primeros meses de un potencial gobierno de Alberto.

El acuerdo tendría el respaldo de todos los sectores y en las próximas semanas comenzarán a tentar a quienes hoy pintados de amarillo coquetean con volver a la máxima central del movimiento obrero, como por ejemplo los integrantes de la alicaída 62 Cambiemos.

Y ese todos también incluye a Moyano, que no quiere quedar afuera de la mesa de discusión en un futuro gobierno de peronista para poder controlar su situación judicial y garantizar el proceso de transición de poder a sus hijos, confío a Mundo Gremial en off un alto dirigente cegetista al ser consultado sobre el rol del camionero en la nueva relación CGT/gobierno.

Los próximas días serán intensos en busca de la unidad total, y también aparecerán candidatos a Trabajo de todos los sectores.

Mientras, los gremios hoy disidentes a la central buscarán estrategias para lograr un retorno lo más prolijo posible, sabiendo que quien quede afuera de la nueva y refortalecida CGT quedará apartado de todo.

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