ANÁLISIS Y OPINIÓN

Moroni defendió ante la OIT la política oficial para mitigar los efectos recesivos de la pandemia

Por Emiliano Russo, columnista de Mundo Gremial.

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En el marco de la 109° Conferencia Internacional del Trabajo, el gobierno defendió la política desplegada en pandemia para proteger el empleo y los salarios por medio del diálogo social que, en los hechos, tuvo resultados relativos por la pronunciada caída que registraron los trabajadores informales y la aceleración inflacionaria de los últimos meses.

El único orador de la ponencia fue el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, que, de manera virtual, enumeró las medidas desplegadas por el Ejecutivo desde 2020 cuando se decidió implementar una cuarentena dura en gran parte del territorio para ralentizar el pico de la epidemia del Covid en el país.

“Hemos asumido el compromiso de proteger el empleo y los ingresos de los trabajadores por la vía del Diálogo Social y con este mismo espíritu tripartito, abordamos el establecimiento del Consejo Económico y Social con la colaboración de la OIT”, expresó.

El ministro repasó las medidas implementadas para proteger los puestos de trabajo y garantizar el sostenimiento de las empresas durante la crisis causada por la pandemia. En ese sentido, destacó la prohibición de los despidos y de las suspensiones por cuestiones económicas y el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) para quienes no contaban con un trabajo regular o se encontraban en la economía popular. Además, señaló la elaboración de un programa de emergencia al trabajo y la producción (ATP) de asistencia económica a las empresas para el pago de los salarios que fue complementado con beneficios fiscales y créditos blandos.

En rigor, la prohibición de cesantías redujo la caída del trabajo formal por eso se tornó más visible el deterioro del trabajo informal que cargó con el peso de los efectos recesivos de la crisis.

Asimismo, remarcó la creación de la Comisión Tripartita de Formación Profesional y la incorporación del “Portal de Empleo”, así como la decisión de que el coronavirus fuera considerado una enfermedad profesional no listada y la promoción de protocolos de seguridad en todos los ámbitos de trabajo. Por último, Moroni mencionó la ratificación del Convenio 190, una “herramienta para acabar con la violencia y el acoso en el mundo laboral, impulsando políticas públicas de equidad de género y colaborando con la protección de quienes tienen a su cargo obligaciones de cuidado”, que también fue bendecida por la CGT.

Pensando en el futuro, el funcionario se mostró esperanzado en que “avanzaremos en la lucha contra la informalidad; aumentaremos la productividad de nuestras empresas con una equitativa distribución del ingreso, disminuyendo las brechas de desigualdad y con equidad de género para lograr decisivamente los objetivos de la Agenda 2030” y se permitió cuestionar la “inequitativa distribución de vacunas en el marco de la pandemia, producto de su concentración en las naciones más desarrolladas”.

En un último pasaje de alocución, el funcionario no desconoció el papel relevante que tendrán organismos multilaterales, hoy cuestionados por el kirchnerismo, en la agenda de reconstrucción. “Para que esto sea posible, la solidaridad de los países y de los organismos financieros y de crédito del sistema de Naciones Unidas, serán imprescindibles para la recuperación económica en la postpandemia”, concluyó.

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