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Médicos privados denuncian bajos honorarios y una salida de profesionales

Después de la pandemia bajó la atención de consultorios externos, particulares y del servicio de ambulancia a domicilio.

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La Asociación Gremial de Médicos de la Actividad Privada (AMAP) denunció que son cada vez más los profesionales que dejan de atender los planes más bajos de las prepagas, como así también quienes han abandonado los consultorios externos y las interconsultas en clínicas y sanatorios privados. Además, se registra una baja del personal para la atención en ambulancias y domiciliaria.

Al respecto, dede la AMAP informan que el valor del honorario profesional ya se venía deteriorando año tras año antes de la pandemia y que el aislamiento obligatorio realizado por el COVID-19 generó el cierre de consultorios particulares, por el “fuerte golpe al bolsillo de los profesionales”. En tanto, las empresas de medicina prepaga se llevaron un “importantísimo ahorro de dinero por continuar con el cobro normal de las cuotas a sus afiliados”, más el beneficio del subsidio del Estado (ATP).

Por su parte, la organización sindical detalló que los médicos están cobrando cerca de 1.700 pesos la consulta en una prepaga pero a ese valor hay que descontar el 35% por cargas impositivas, más el alquiler del consultorio (una hora en CABA cuesta 1.000 pesos), quedando solo 100 pesos a cobrar a 30 o 60 días. Si se suman los aportes a la matrícula profesional y la caja previsional, “los números no dan”.

“La situación es muy delicada”, señalaron desde el gremio. “El costo de la salud crece año tras año. Hay actores (empresas) que se quedan siempre con la parte más grande de la torta”, indicaron y sentenciaron que es “un sistema que se desangra y que, una vez más, tendrá solo dos víctimas: el médico y el paciente”.

A todo esto, se debe agregar que el pago a los médicos por la visita domiciliaria se mantuvo en los mismos valores que antes de la pandemia, aunque las prepagas decidieron sostener el mecanismo de “teleconsultas” por el mismo valor. Sin embargo, este servicio médico es de “pésima calidad”, ahorrando costos de consultas domiciliarias, envío de remises o ambulancias con médico. “La desvalorización y la banalización del trabajo del médico, con el único objetivo de mantener la rentabilidad empresaria”, aseguraron.

“El hilo se corta siempre por lo más delgado: el recurso humano en salud, que se ha constituido desde los comienzos de la mercantilización de la medicina como la variable constante de ajuste de un sistema deshumanizado, en el que la vida pareciera haberse convertido en la mercancía legítima del poderoso”, cerraron el comunicado de la AMAP.

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