«Me voy feliz»: Héctor Daer deja la secretaría general de ATSA Buenos Aires

Héctor Daer, histórico líder sindical, anunció que no buscará la reelección como secretario general de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA) Filial Buenos Aires, poniendo fin a 24 años al frente del gremio. La decisión, confirmada este sábado, marca un hito inusual en el sindicalismo argentino, donde las conducciones prolongadas son la norma.

El plazo para presentar listas en las elecciones de ATSA, previstas para el 7 de agosto, venció este viernes. Daer, de 63 años, expresó sentir que su ciclo al frente del gremio está cumplido, aunque aseguró que no abandonará la militancia. “Dejo la Secretaría General de ATSA, pero no me bajo de la militancia”, afirmó en su cuenta de X.

Dejo la Secretaría General de @AtsaBsAs, pero no me bajo de la militancia. Después de años dejando parte de mi vida en este sindicato, me voy feliz sabiendo que la Celeste y Blanca sigue fuerte y cuidando a nuestra organización. pic.twitter.com/MUEomDTO2S

— Héctor Daer (@hectordaer) May 31, 2025

La lista oficialista Celeste y Blanca, que Daer encabezó durante décadas, postulará a Javier Pokoik como candidato a secretario general, acompañado por Norberto Maschio. En la oposición, la lista Azul, liderada por Lucrecia Almada, y la Bordó, con César Latorre, competirán por la conducción.

Daer, quien también anunció su salida del triunvirato de la CGT en abril, continuará liderando la Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA) desde 2022. Su decisión de no renovar en ATSA y la CGT refleja su apuesta por un recambio generacional en el sindicalismo.

Javier Pokoik, candidato a secretario general en lugar de Daer

“La Celeste y Blanca va a seguir construyendo poder para defender a los trabajadores de la sanidad”, destacó Daer, felicitando a los candidatos de su espacio. Su retiro agita el debate sobre la renovación en un sindicalismo argentino caracterizado por liderazgos longevos.

La salida de Daer, una figura clave en el movimiento obrero, plantea interrogantes sobre el futuro de ATSA y el rumbo del sindicalismo en un contexto de desafíos económicos y políticos. Su legado, sin embargo, seguirá presente en la estructura gremial.